Las playas de Caparica se halla a unos 15 km. De Lisboa. Son muchos kilómetros de playas limpias, de aguas transparentes y de arena fina; cumplen todos los requisitos exigidos por la Unión Europea.
Son casi 30 kilómetros interminables que no dejan indiferente a nadie. Mucha gente que no lo conoce o que llega allí de casualidad se queda junto al pueblo Costa de Caparica, pero yo aconsejo tomar uno de los autobuses que salen desde la estación del pueblo y que te puede llevar hasta playas más alejadas, en las que apenas hay gente y los paisajes son muchos más bonitos, incluso te puedes encontrar con algún acantilado o si vas en coche seguir la carretera que va paralela al mar.
A la altura del hotel Costa de Caparica hay unas playas resguardadas entre espigones; son playas pequeñas, una especie de calas, pero tienen el inconveniente de que cuando sube mucho la marea se reducen bastante y alguna casi desaparece.
Después las playas se extienden a lo largo de muchos kilómetros de mar abierto, con un paisaje de casitas de pescadores, algunas de ellas pintadas a listas de colores, al estilo de las de Aveiro.
Citaremos como referencia el nombre de algunas de estas playas: Paraíso, Dragón Rojo, Nueva Playa, Mata, Reina, Cabaña del Pescador, Princesa, Rey, Bella Vista y Nueva Ola. Son playas tranquilas, sin aglomeraciones, playas para disfrutar de la naturaleza.
Al caer la tarde, el espectáculo que se nos ofrece es extraordinario. Los pescadores arrastran las redes hasta la arena para seleccionar, in situ, el pescado sobre una lona o plástico. Entonces, las gaviotas que andaban por la arena a la espera de ese momento, levantan súbitamente el vuelo y una nube de aves se cierne, revoloteando y graznando, sobre los pescadores a la espera de llevarse al pico los peces que los pescadores desechan por diversos motivos y alguno de los otros si los pescadores se descuidan. Verdaderamente, el espectáculo es digno de verse.
Existe también un pequeño trenecito (Transpraia) que recorre las playas cada cierto tiempo y en las que no existe esa horrorosa masificación que conocemos en otros sitios.
La zona está muy bien comunicada con Lisboa, por autopista, tren o ferry.
- Existen dos embarcaderos de Ferry con dirección Lisboa. Uno de ellos en Cacillas que te deja en el cais de Soudré, muy cerca de la Plaza del Comercio. El otro esta en Trafaria y te deja en Belem. La travesía es corta (unos 15 minutos) y barata.
- El tren sale de la estación de Pragal y te deja en Lisboa en la estación de metro de Campolide.
Para desplazarse a los embarcaderos o a la estación del tren se pueden tomar los autobuses del servicio público. Los números 124 y 135 te dejan en el embarcadero de Cacillas; el 129 en el embarcadero de Trafaria y el 194 en la estación de Pragal. Hay también un autobús, el 101 que te lleva hasta la estatua de Cristo Rey.
El único problema de esta playa es el viento, cuidado si te quedas dormid@ porque puedes despertar enterrad@!!! Y si vas a comer por allí, en algún chiringuito (se come bastante bien, y es bastante barato) llévate algo para cubrirte porque puede que haga un poco de fresco y esto te estropee la comida,
También es un problema la temperatura del agua, para quien esté acostumbrado al Mediterráneo es un mundo totalmente distinto, el agua está casi helada (normal en el Atlántico), cosa que a mi me encanta, y hay muchísimo oleaje, normalmente tienen bastantes zonas con bandera amarilla o señalizado como zona peligrosa, pero con un poco de cuidado te puedes bañar tranquilamente. Si te gusta el surf, te va a encantar.
Una de las cosas que más me gustó es que es una playa donde hay muy poco turistas, por no decir ninguno, y no te tienes que pelear por encontrar un sitio donde dejar la toalla, como puede suceder en otra playas portuguesas como pueden ser Cascais o Estoril, aunque estas también tienen sus encantos, pero no tienen nada que ver.
El lugar es aconsejable en cualquier época del año.
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