Conocí este maravilloso lugar hace tres años, sinceramente hasta ese momento jamás había oido hablar de él, quería conocer Obidos, Batalha y toda la costa oeste, y cuando me puse a buscar un hotel por la zona apareció Peniche.
Peniche es un puerto pesquero, situado en una peninsula rocosa a 92 kilómetros. de Lisboa. Hasta el siglo XV la población era una isla , pero el área se sedimento con el tiempo y hoy en día se encuentra unida a tierra firme por un estrecho istmo con playas.
Sus fiestas son el primer fin de semana de Agosto: procesión de los pescadores, fuegos artificiales, feria con atracción, y degustación gratuita de sardinas.
Contenido de la Guía
Qué ver en Peniche
- La Fortaleza: Desde 1557 se comenzaron ha construir murallas para defenderse de los ataques de los piratas y otros invasores. Fue una de las cárceles más famosa del dictador Salazar. Ampliada de manera considerable en las décadas 1950-60 para dar cabida al creciente número de presos políticos de la dictadura , más tarde se utilizó para alojar temporalmente retornados de las colonias. Actualmente es un museo dedicado a la arqueología local, historia natural y artesanía; entre todo ello aún se ven las antiguas celdas (en el piso superior), los calabozos de castigo (segredos) y el locutorio (parlatório). Os recomiendo la visita es un sitio que merece la pena, es un museo local y las colecciones obviamente no tienen un valor trascendental, pero la visita es entretenida, y además las vistas desde la fortaleza son preciosas.
- Igreja Jubilar de S. Pedro e de N. Sra. da Boa Viagem, bonita iglesia dedicada a la virgen de los pescadores. Hermosos azulejos.
- Cabo Carvoeiro: Naturaleza en estado puro. Con formas geológicas raras y exóticas. El viento ha esculpido la roca de caprichosas formas, formando preciosos acantilados.
Playas de Peniche
Praia Consolaçao y Praia S. Bernardino
Kilómetros de arena blanca, pero solo los valientes surfirstas se atreven a meterse en este embravecido mar.
Aparte de las tremendas olas, la temperatura del agua es muy baja. Y como todos los sitios donde hay campeonatos de surf, el viento es el protagonista, por lo cual los turistas lo eligen sólo para pasear y contemplar los campeonatos de surf, por supuesto enfundados en ropa de abrigo para protegerse del aire y del frio, aunque sea pleno agosto doy fe de ello, porque toda la familia nos tuvimos que comprar ropa chándals, chubasqueros y polares, porque desgraciadamente en la maleta solo teníamos bermudas y shorts, je. je.
Praia Balear
Es la playa por excelencia donde la gente va a tomar el sol, su privilegiada situación, al abrigo del viento, hace que aquí sí que se pueda estar en bañador, pero de meter un pie en el agua, nada de nada, sigue estando congelada. Esta muy concurrida.
El negocio mas floreciente la venta de paravientos, un artilugio que se usa a modo de sombrilla para que el viento no te entre por ningún lado.
Gastronomía
Si os gustan las sardinas o el marisco o ambas cosas, esto es el paraíso, ahora entendéis que haya tantas gaviotas, la verdad es que se ponen las botas a comerse las sardinas, es un espectáculo sentarse en el puerto y ver como estas aves se lanzan sin piedad a por su comida, en mi vida he visto tantas sardinas dentro del agua y tan cerca del puerto, es increíble.
En el pueblo junto al puerto hay una calle llena de restaurantes, donde se puede comer a un precio muy asequible os daré el nombre de unos cuantos que visitamos, pero podéis elegir cualquiera porque la nota predominante es la frescura de sus productos.
Islas Berlengas
Es un archipiélago a unos 12 kilómetros al NO de Peniche, formado por una isla de unos 2 km cuadrados y varios islotes.
Para ir hasta allí hay que tomar un barco en el puerto que sale entre 9.30-10:00 de la mañana según la época del año y regresa a Peniche a las 16:30. El precio de la travesia es de 15 €/adulto y 10 €/niños. Procurad llegad pronto pues se suele rápido y caben alrededor de 150 pasajeros.
La travesía dura una hora más o menos, el barco te deja al pie de una escalera por la que se accede a la isla, y allí te tienes tú que buscar la vida literalmente, es decir te puedes quedar en la playa hasta las 16.00 horas del regreso, te puedes meter en el único bar de la isla, no os lo remiendo, bastante caro, se aprovechan del «ave de paso cañazo», o puedes armarte de valor y subir la empinada cuesta hasta el castillo situado en un promontorio en medio de mar y unido a la isla por una estrecha franja de tierra.
¡Dios mío qué vértigo!, el acceso es bastante peligroso parece un camino de cabras, pero cuando llegas, no te acuerdas, ni del barco, ni de lo que te pesa el culo subiendo la cuesta, ves la inmensidad de océano y ese agua turquesa, el castillo rodeado de maravillosas grutas, al pie del castillo otra vez agua…
Otra vez hay que tomar una decisión, o te vuelves por donde has venido, o sea por el camino de cabras, o te esperas a subirte a una destartalada barca donde los lugareños hacen el «agosto» cobrando 6 €/cabeza por un paseito por las grutas y vuelta otra vez a la playita donde cogerás el barco de regreso. Está claro la opción a elegir, je. je…. cuando termina el paseo comes el picnic
Que si eres previsor comprarás en el pueblo antes de salir y después a contemplar la vista y a bañarse, por supuesto, los que soporten las frías temperaturas del agua.
Conclusión
Es la zona más barata de Portugal porque aún es poco conocida y el tiempo es bastante fresquito incluso en agosto, pero es un sitio precioso con un paisaje alucinante y una gastronomía estupenda y a precio muy asequibles.
Está muy cerca de toda la zona monumental la llamada Costa de Plata: Obidos, Batalha, Alcobaça, etc.
Imágenes: Abilio Maia (Wikipedia)
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