Jardín botánico de Oporto
¿Quieres disfrutar de un lugar con encanto en Oporto? Si te gustan las flores y las plantas, no puedes perderte su jardín botánico. ¿Cómo es?
Oporto es una de esas ciudades con encanto que se puede visitar en un fin de semana. Digo lo de fin de semana ya que es lo suficientemente grande cómo para generar interés y lo suficientemente pequeña cómo para recorrerla en 2 días.
En la desembocadura del rio Duero, dos puertos surgieron en la más remota antigüedad Porto, en la margen derecha y Cale, a la izquierda. Estas dos ciudades romanas fueron pobladas más tarde por los godos, después por los musulmanes. Iniciada la Reconquista, el condado de Porto Cale fue concedido por el rey de León a su hija la infanta como dote de matrimonio al casarse con Enrique de Borgoña; el reino que nacería, se llamaría Portugal.
Pasado el peligro musulmán y normando, Oporto pudo volcarse decididamente hacia el mar, construyendo poderosos astilleros donde se construyeron las naves que condujeron a los grandes descubrimientos. A esta época se remonta la fama de austeros que han tenido los habitantes de esta región; cuando Enrique el Navegante decidió dar el primer paso hacia el continente africano, la población de Oporto sacrificó todo su ganado para el aprovisionamiento de la flota, quedándose sólo con las tripas de los animales, de ahí su nombre de «tripeiros».
En el siglo XVIII, el comercio del vino adquirió un gran apogeo. Los viticultores vieron con buenos ojos la llegada de negociantes británicos que impulsaron rápidamente el cultivo de la vid, controlando su producción y venta, Oporto se vio pronto cubierta de bellos monumentos barrocos que daban testimonio del florecimiento de la ciudad. Al que no le hizo tanta gracia, fue al marqués de Pombal que en 1756 creo la Compañía del Alto Duero, para arrebatar el monopolio a los ingleses.
Una ligera bruma envuelve durante casi todo el año a la «capital del norte» de los 10 días que estuvimos, sólo un hizo un sol radiante los demás fueron de lluvia o nubes.
La vieja ciudad se eleva sobre un promontorio cerca de la desembocadura del rio, a un lado se encuentra el muelle con casas desordenadas y calles tortuosas, declarado Patrimonio Mundial; al otro lado hay una hilera de bares y restaurantes entre los antiguos almacenes de vino de Oporto.
Algún sitio más visité pero creo que ahí están los sitios principales y más representativos de dicha ciudad.
En Oporto llueve bastante, en invierno… puedes estar meses sin que deje de llover… además, es esa lluvia menudita a la que aquí llamáis «chirimiri» o algo así… Allí, el paraguas es un complemento más, le gente pone un importante interés en elegir su paraguas que, cambia cada año, para adaptarse a la moda de ese otoño-invierno… todavía hoy, hay días en los que salgo al balcón, en mi valencia querida….y le digo a mi chico: «huele a Oporto»… eso significa que esa noche ha llovido y, el olor de la tierra mojada… me lleva derechita a la casa de mi abuela, a las mañanas desayunando frente al Duero… viendo a las gaviotas sobrevolar el dorado río….
El río Duero en portugués se llama Río Douro. Douro, en portugués significa «de oro» y desde pequeña, sé muy bien por qué: cuando miras el río por la mañana, el sol llega de una manera, que colma el río de reflejos dorados… no creo que esta sea el origen… o igual sí… pero es algo que nadie me ha explicado, solo con verlo ha sido suficiente… os recomiendo que lo veáis algún día… ha de ser por las mañanas desde la zona río de Oporto. (El río divide dos ciudades Vila Nova de Gaia y Oporto).
Una buena zona para ver los destellos del río es la zona de las «fontainhas» (fonéticamente: fontaiñas), allí los Sábados hay una rastro centenario: «Feira da Vandoma» este rastro tiene cientos de años, ha estado toda la vida… su nombre dice algo así como: «Mercado del abandono» porque, lo que se vende allí son cosas antiguas. Si habéis venido hasta aquí, tened en cuenta que estáis en una de las zonas más antiguas de la ciudad… en el principio de este mercado podréis ver los antiguos lavaderos de ropa donde, antiguamente, la gente iba allí a lavar… desde esta zona tenéis dos opciones: subir a la estación de tren y centro de la ciudad o bajar a la ribeira, uno de los lugares más especiales de Oporto.
SI DECIDÍS SUBIR: Podéis subir por la «Rúa do Sol»… preparad las piernas porque la pendiente es considerable.. jeje… desde ahí tenéis un rápido acceso a pié a la «Estação de São Bento» donde podréis disfrutar de su magnifica arquitectura de un encanto incomparable. Además, estáis muy cerca de los puntos más turísticos de la ciudad: la «Torre dos Clérigos» a la que podréis subir por 1,5€, muy cerca de allí el Café Piolho, lugar emblemático durante la revolución e independencia de Portugal. La «Praza dos Aliados» con visita obligada al «Café Majestic» el café más lujoso de la ciudad y si seguís hacia la izquierda llegareis a la «Rua Santa Catarina» (mi favorita) es la calle más comercial de la ciudad, allí estaréis entre las tiendas que puedas encontrar en la mayoría de ciudades españolas, Zara, Bershka, etc.
A las chicas: no dejéis de visitar «Porfirios» tienda de verdaderas monadas para mujer… en la misma calle hay un centro comercial «Vía Catarina» donde puedes comprar lo que sea o subir a la última planta a tomar un rico café. Además muy cerca tienes el «Bolhão» que es un mercado con muchas flores bien digno de ver…y el tranvía, al que no podéis dejar de subir…
SI DECIDÍS BAJAR: Podéis bajar por la «rua das fontainhas» o por la «Rua da cortiçeira» para vivir la vertiginosa pendiente de las calles de Oporto… si bajáis cualquiera de estas dos calles… llegareis a la «Ribeira» zona de marcha nocturna dentro del casco antiguo… donde por el día… encontraréis buena comida y actividades turísticas.
Actividades que puedes hacer por el día en la Ribeira:
Debéis saber que a los naturales de Oporto nos llaman «tripeiros» (se le llama tripas a lo que nosotros conocemos como «callos») de modo que el manjar más típico de Oporto son los callos o mejor dicho, el «Feijão à moda do Porto» que son alubias con callos, una comida algo parecida a la fabada pero con un estilo y sabor diferente que, además, se acompaña con un arroz que solo allí sabe tan bueno… y como no, lo que nunca faltará en ningún restaurante es el bacalao, dicen que los portugueses saben más de 1000 maneras diferentes de cocinar el bacalao! Así que si os gusta… tenéis hasta cansaros. De todos modos, si no os gusta ni bacalao ni callos, hay todo tipo de carnes y pescados en cualquier sitio…
Algunos de los platos tradicionales de Oporto son: las tripas a la moda, (callos), caldo verde, broa de Milho (pan de maíz), bacalao a Gomes de Sa, rojoes (carne guisada), arroz al horno, anho (ternasco), francesiña (pan de molde con jamón york, salchicha, chorizo y salsa).
Como todas las ciudades turísticas que se precien, Oporto no iba a ser menos y en todos los restaurantes te meten un palo por comer, que sales tiritando, je. je., En el casco urbano es imposible comer bien a un precio razonable, por eso os recomiendo acercaros, hasta Matosinhos, ciudad a 8 Km. de Oporto, es uno de los mayores puertos pesqueros del país, podéis llegar con coche o en un tranvía que discurre por las orillas del rio y luego del mar. El lugar ideal para comer sardinas y mariscos.
Está plagado de establecimientos de este tipo, pero os recomendaré uno de los que visité Restaurante marisquería Majára, el nombre se las trae, je. je, tranquilos que no os vais a quedar majaras viendo la cuenta, situado en la rua Roberto Ivens, 603.
Nosotros fuimos un lunes y había de menú Pescada assada no forno a primavera, o sea una estupenda merluza al horno con guarnición de verduras, que hasta mi hija de 7 años se chupó los dedos. Pero cada día hay tres platos diferentes para elegir, dentro del menú, combinan carne o pescado, así si no te gusta una cosa puedes pedir otra.
No podéis iros de Oporto sin probar el tesoro mas valioso que conservo de allí: «La Francesinha» esta es una comida que no podéis dejar de probar… se trata de pan de sándwich con ternera, bacon, linguiça (un chorizo picantito), jamón, huevo, queso fundido y la salsa, que es una salsa muy, muy picante… la tradición dice que la Francesinha se come acompañada de cerveza, el truco es, que como pica, bebes y bebes…. En mi casa seguimos comiendo Francesinhas a menudo, las que cocina mi mamita… las Francesinhas son naturales de Oporto, no existen en ningún sitio más (pedir una francesinha en Lisboa es como pedir una Paella en Madrid)…
Otras recomendaciones gastronómicas:
Para finalizar con esta sección dos consejos de oro: 1) Si eres cafeter@ como yo, que el café es mi pasión… has llegado al sitio adecuado… el café allí es inigualable… 2) No os vayáis de Oporto sin entrar a merendar a una pastelería… es como un sueño hecho realidad…
Podemos llegar hasta FOZ DE DOURO en el tranvía nº18 en la rua Do Carmo. Desde el tranvía podemos contemplar la iglesia do Carmo, con su fachada rococó y su lateral cubierto de azulejos, después el tranvia baja hasta el río, pasa delante del Museo do Carro Eléctrico. El recorrido sigue por el Passeio Alegre, adornado de palmeras, hasta la desembocadura del Douro y el Forte de S. Joao da Foz. El tranvía sigue por una larga avenida paralela al océano, en el que abundan las terrazas y los restaurantes. La Foz termina en la rotonda del Castelo Queijo, donde se sitúa la estatua ecuestre de Joao VI.
Siguiendo por esta dirección nos encontramos con MATOSINHOS, merece la pena visitar su preciosa iglesia barroca. Como os comentaba anteriormente esta es la mejor zona para comer los platos de mariscos son típicos, por su privilegiada situación, junto al mar. Las antiguas fábricas de conservas de pescado se han reconvertido en bares de moda y discotecas. Enfrente de Matosinhos, LEÇA DA PALMEIRA, protegida por un fuerte del siglo XVII, también cuenta con numerosos restaurantes de pescado fresco , es una zona mucho más elitista y por supuesto mucho más cara que la popular Matosinhos.
A 62 Km., de Oporto en los márgenes del Támega, se encuentra esta preciosa ciudad. La iglesia y el convento de Sao Gonçalo, de bello pórtico renacentista exhibe las estatuas de sus fundadores en la «varanda dos reis» (balcón de los reyes). El puente que cruza el río es una obra del siglo XVIII y presenta pequeños balcones circulares con bancos de piedra que constituyen magníficos miradores sobre el rio.
Cruzando el puente se encuentra un pequeño mesón que os recomiendo, el precio es magnífico siempre está hasta arriba, pero merece la pena esperar, para sentarse en sus banquillos de madera a degustar tranquilamente la vitela porguesa. Saliendo del restaurante a la derecha justo enfrente se encuentra una pastelería centenaria, donde se elaboran primorosos dulces. Una maravilla de sitio, lo malo es que hay que aparcar fuera de la ciudad, el centro histórico esta cerrado al tráfico.
Vila Nova de Gaia está emplazada en el lugar de la antigua Cale, en la orilla izquierda de la desembocadura del rio. Es famosa por acoger las bodegas que producen el famoso Oporto, 80 grandes bodegas (Offley, Osborne, Quinta do Noval, Ramos Pinto, Romariz, Rozes, Sandeman, Taylor, Graham´s, etc) que admiten visita (tienen que ser en grupo por lo cual siempre hay que esperar, sólo lo recomiendo si realmente se tiene un interés especial, sino es más apetecible sentarse en la orilla de río a contemplar la ciudad desde el «otro lado») y degustaciones (momento que aprovechan para «meterte» el vino por los ojos (si os han hecho un encargo o algo muy concreto, desde luego esta bastante caro, nosotros como queriamos Oporto más corriente lo compramos en Carrefur, donde comprobamos que las botellas estaban un 40 % más baratas que en las bodegas).
En los valles del Duero se plantaron hace siglos vides procedentes de Borgoña, construyeron terrazas que bordean el río aprovechando los suelos pizarrosos para crear una especie de invernadero natural donde puedieran madurar las uvas.
El mosto fermenta en Regua hasta alcanzar el grado de azúcar deseado, momento en el cual se le añade el alcohol (aguardente) para detener la fermentación y retener el azúcar. En este estado es transportado a las bodegas de Vila Nova de Gaia, donde envejece el vino en inmensas cubas durante varios años antes de ser almacenado en toneles de 550 litros.
Los VINTAGE, cuidadosamente seleccionados y controlados, requieren entre 10 a 20 años o más de reposo antes de ser consumidos. Los BLEND se obtienen mediante complicadas mezclas de crudos de diferentes años, que realizan expertos catadores. De este modo resultan diferentes tipos: el oporto blanco seco o extraseco, es un excelente aperitivo; el tinto, semiseco o dulce, se bebe con los postres. El TAWNY es un oporto tinto que ha empalidecido y se ha endulzado con el envejecimiento.
Ahora, un poquito de vocabulario básico, os pongo la palabra y la fonética respectivamente..
Lo leo y me río yo sola por como queda escrita la fonética… Si se me ocurre alguna palabra más de interés la iré añadiendo, si se os ocurre alguna a vosotros decídmelo… así como si tenéis alguna duda de vocabulario o queréis saber como se dice algo, me lo preguntáis… podéis fiaros de mi, que soy traductora Portugués-Español y viceversa desde hace más de 10 años…
En definitiva una ciudad preciosa donde la luz del día y los alumbrados de la noche, hacen de esta una ciudad totalmente diferente. Hay que conocerla a ambas horas ya que el encanto de la Ribera por la noche es especial.
Así que recomiendo la visita para ir en fin de semana ya que todo está a mano y es posible verla en poco tiempo.
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