Madeira

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El verano pasado tuve la suerte de ir a Madeira, una pequeña isla que descansa en el océano Atlántico, cerca de las islas Canarias, pero que pertenece a Portugal y no se parece demasiado a sus vecinas españolas. Me gustaría daros algunos datos que espero puedan resultaros útiles si vais.

¿Ir o no ir a Madeira?

Pues yo os diría que es una buena idea. El viaje en avión sólo dura unas 3 horas así que no se hace muy pesado y es un clásico de las agencias de viajes que suelen tener ofertas para ir allí, así que se puede ir una semana por un precio razonable. El año pasado y este lo he visto por unos 400 euros avión y hotel.

Ahora bien, si vuestras aspiraciones vacacionales consisten en tumbaros al sol en la arena para broncearos al más puro estilo lagarto, buscar otra isla, Madeira no destaca por sus grandes playas. La mayoría tienen rocas, y no precisamente pequeñas. En algunas hay plataformas de madera para estirarse y si nos acaloramos siempre podemos recurrir a las duchas y refrescarnos porque el mar es bravo y con fuertes corrientes así que no invita mucho a nadar. Siempre hay excepciones como Praia Dourada en Porto Santo, que con ese nombre ya nos hacemos una idea de lo idílico del lugar, pero claro, idílico sólo nos lo seguirá pareciendo después de ir si no nos importan las aglomeraciones.

Pueblo de Madeira

Para nadar con tranquilidad y disfrutar del buen tiempo se puede ir a las piscinas de agua de mar, o quedarse en las piscinas de los hoteles, aunque creo que sería una lástima con lo bonita que es la isla.

Nosotros siempre buscamos olas, que en el Mediterráneo escasean y cada vez más con los espigones, pero aunque allí se ha celebrado algún campeonato de surf, las olas no tenían mucha calidad los días que estuvimos y aún no se ha explotado mucho el negocio así que era muy difícil encontrar tiendas para alquilar material. En un club náutico cercano a Madeira alquilaban tablas pero no tenían ninguna buena. Nos dijeron que habían tenido pero que en invierno unos las habían roto todas y aún no las habían repuesto. Así que tablas malas y olas malas en medio del Atlántico sólo nos podían hacer pensar en que quizás de vuelta a casa nuestro querido mar nos recibía con un poco de temporal de levante.

Hoteles baratos cerca de Madeira
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Pero antes de volver quedaba mucho por ver y por caminar. Si lo que os gusta es pasear, el senderismo, las plantas y las flores, este es vuestro lugar. La isla está repleta de hortensias y otros mil tipos de flores y el agua fluye por todas partes, en forma de levada, de cascada o de manantial, llenándola de vida y de rincones preciosos. Al principio nos llamaba la atención que junto a una carretera hubiese una cascada, o que al salir de un túnel nos esperase una fina cortina de agua, pero luego nos fuimos acostumbrando a su constante presencia. Hay miradores y rincones preciosos que nos recordaban a un pequeño Hawaii, algunos los veremos parando por algunas carreteras, otros serán la recompensa que sólo podrán disfrutarán los más enérgicos y aventureros recorriendo sus levadas, como la de 25 Fontes, de las que ya escribí una opinión.

Si queréis fiesta, no os puedo aconsejar porque no es lo que nosotros buscamos. Pero en Funchal, la capital, que es un lugar más turístico, es más fácil encontrar locales de todo tipo para bailar, tomar copas,… En cambio los pueblos como Sao Vicente donde yo estuve, son muy tranquilos, con algunos bares y restaurantes, que no suelen cerrar muy tarde.

Puente de Madeira

Es una isla en general relajada y limpia. Leí que había pueblos que olían mal y que tenían suciedad, pero yo no encontré nada parecido. Quizás, tuve la suerte de no pasar por algunos sitios poco recomendables, y supongo que en todos lados hay zonas más adecuadas para visitar y otras menos, pero de verdad que en Madeira nos sentimos bien en todo momento. Nos pareció una isla segura y agradable.

También leí que los habitantes de Madeira no sienten demasiada simpatía por los españoles, pero no traté con demasiada gente para descubrirlo. En general si que vi que en principio no son demasiado sociables y dan la sensación de ser personas serias, incluso un poco secos, pero con todo el mundo. Aún así son respetuosos y me imagino que es distinto conocerlos que preguntarles por una dirección o por el precio de un souvenir. Sólo un consejo para gustarles más es que no está mal aprenderse alguna palabra en portugués como buenos días (bom dia) o gracias (obrigado) que no es muy difícil y no esperar que hablando castellano nos vayan a contestar siempre con una sonrisa. Es fácil entendernos, pero si vienen aquí unos portugueses y nos empiezan a preguntar en portugués no nos hará tanta gracia como si nos demuestran un poco de interés y se esfuerzan a hablar algo de nuestro idioma.

El Clima en Madeira

playa de Madeira

Madeira tiene clima subtropical pero las montañas favorecen la aparición de microclimas. Esto significa que la lluvia está presente en muchas zonas con bastante frecuencia, lo que favorece una exuberante vegetación, pero no llueve siempre, ni en toda la isla por igual. Los puntos más soleados son la bahía de Funchal, Punta do Sol y Calheta. En el norte solíamos tener algo de nubes a primera hora, con alguna gotita algún día, pero al medio día ya brillaba el sol sin ser un calor asfixiante.

En general la temperatura es agradable, rondando los 24 grados, pero por la noche refresca, algunos días bastante y la mayoría mucho. También durante el día se puede tener algo de fresco, especialmente en el norte y en algunas levadas.

Qué llevar en la maleta si viajas a Madeira

Teleférico de Madeira

Vale, suponiendo que aún tengáis ganas de ir os tengo que aconsejar que os llevéis algo de manga larga en la maleta para esos momentos en los que refresca. No hace falta nada muy gordo, olvidaros de los anoraks, pero una chaquetilla nos reconfortará si por ejemplo cenamos al aire libre alguna noche.

También si pensáis ir por las levadas o si queréis visitar la zona norte os puede venir bien un chubasquero porque es más que probable que algún día os llueva. Y un calzado cómodo para caminar, ya sean botas de montaña o bambas, pero que la suela no resbale nada.

Costa de Madeira

Llevábamos repelente de mosquitos y no tuvimos que usarlo, por suerte. Yo temía regresar con unas cuantas picadas, porque había leído que había muchos, y al llegar y ver tanta agua no me extrañó que pudiesen criar a sus anchas. Al final, no se si fue por el tiempo, que hacía más frío de lo habitual, o que tuvimos suerte, no tuvimos problemas con estos pesados insectos. Ahora que por si acaso… uno de esos botecitos no ocupa mucho espacio.

A parte de eso, pues todo lo típico que os llevaríais a unas vacaciones en una isla. Bañadores, protector solar, ropa cómoda, mochila para las excursiones,… cámara de fotos y una tarjeta con mucha memoria libre para llenarla de buenos recuerdos.

El coche

Montañas de Madeira

Una vez allí sería conveniente alquilar un coche, al menos unos días para recorrer la isla con comodidad.

Evitar los diesel porque aunque en principio puedan parecer un acierto para ahorrar a la hora de repostar, en la isla hay muchos sitios con cuestas por donde el diesel no tira. A nosotros nos dieron un Seat Ibiza nuevo precioso pero lo tuvimos que ir a cambiar por uno de gasolina que tuviese más potencia y no se quejase tanto en las subidas.

Nos habían dicho que en Madeira conducían muy mal y no nos lo pareció, supongo que después de ver a los italianos por Roma, ya nada te sorprende. Lo que si me impresionó fueron varios tramos de carretera hiper estrechos junto algunos acantilados por la zona del Arco de Sao Jorge en el norte. La carretera de muchas curvas y con algunos túneles de piedra estaba construida con la montaña a un lado y un murito de piedra al otro lado para evitar caídas, pero había lugares donde parecía que sólo podría pasar un coche, aunque eran carreteras de doble sentido y cada vez que nos cruzábamos con alguien de frente teníamos que hacer malabarismos para no intercambiar la pintura de la chapa.

Vistas en Madeira

Pero no os asustéis, que el resto de carreteras están bien, especialmente cerca de Funchal por donde también tienen autovía. En la empresa de alquiler de coches nos dieron un mapa bastante básico pero fue suficiente para orientarnos bien. Creo recordar que en algunos supermercados, en Funchal por ejemplo, vendían mapas más completos.

Para los que no queráis conducir por Madeira, siempre os quedará la alternativa de las agencias y tour operadores, también en Funchal tenéis muchas para preguntar y comparar pero no os puedo recomendar ninguna porque no nos gusta demasiado ese tipo de turismo y no contratamos ninguna excursión.

Qué hacer en Madeira

El mar de Madeira

Para planificar bien el tiempo, saber que fiestas y eventos hay los días que vamos a estar, o si hay alguna levada cerrada, y para conseguir mapas, pensamos que lo normal era ir a las oficinas de información turística, pero a nosotros no nos informaron mucho. Fuimos a una de Funchal (Avda. Arriaga) y a una de Santana (Sitio do Serrado) y había unas chicas que no sabían nada de castellano y el inglés le costaba bastante así que la comunicación no fue muy fluida…. Suerte que el portugués se entiende más o menos, pero supongo que tampoco tenía ganas de trabajar. Al final donde más nos informaron fue en nuestro propio hotel, pero si queréis probar suerte igual salís más contentos. Hay otras oficinas por toda la isla, en el aeropuerto, en porto Moniz, en Cámara de Lobos, en Caniço,… y están abiertas de 9 a 20:00 de lunes a viernes y de 9:00 a 18:00 los fines de semana y festivos. La oficina de Sao Vicente aunque sale en los mapas no está operativa. Paramos un día que llovía y nos volvimos a meter en el coche mojados y sin datos.

Lo que más me gustó y os recomiendo 100% fueron las caminatas por las levadas. Ya escribí una opinión sobre estos caminos así que no me volveré a extender ahora. Sólo deciros que hay muchísimos kilómetros para recorrer y descubrir sitios preciosos, tanto para los que les gusta andar y buscan aventuras por la montaña, como para los que prefieren un agradable paseo sin dificultad. En Madeira hay senderos para todos los gustos.

El mar de Madeira

Si queréis un poco de movimiento, en verano es muy fácil encontrar pueblos que celebren sus fiestas por la noche. Puede ser divertido pasar un rato si encontráis alguno en el que se toque música en directo, y entre canción y canción podáis degustar algo de carne a la plancha, como una espetada.

Pero si preferís relax y os gustan las plantas hay varios jardines botánicos. No fuimos a ninguno porque la isla en si ya es un gran jardín y el tiempo vuela cuando lo pasas bien. Y para nadar con tranquilidad en agua salada están las piscinas del Lido en Funchal, y las piscinas naturales y volcánicas de Porto Moniz.

Excursiones y lugares para visitar

Ruta por Madeira

Madeira no es una isla muy grande pero tiene mucho por ver. Valles, montañas, paisajes volcánicos y tropicales, cascadas …. harán que nuestra estancia sea interesante y variada. De entre todos los sitios que hay voy a destacaros algunos de los que vimos:

  • Sao Vicente, es donde yo estuve y sin duda donde volvería. Es un pueblo pequeño y tranquilo con una iglesia del siglo XVII, y muy cerca de allí se encuentran las Cuevas de Sao Vicente “Madeira a filha do fogo” (Madeira, la hija del fuego), donde podréis descubrir una gruta volcánica, señal silenciosa de los orígenes de la isla. Os recomiendo la visita, aunque os tengo que decir que es parecido a la Cueva de los Verdes de Lanzarote o al Lava Tube de Hawaii. En Madeira como complemento del paseo por el túnel volcánico os llevarán a hacer un tour al centro de la tierra y podréis visitar el museo, pero si ya habéis estado en el Lanzarote y no os gusta mucho el tema volcánico igual os parece un poco repetitivo.
  • Porto Moniz tiene un bonito paseo y unas vistas preciosas del mar, además por pocos euros podremos darnos un baño en sus piscinas. Y después cenar en alguno de sus restaurantes con vistas al mar.
  • Cámara de Lobos, es una aldea tradicional de pescadores a pocos kilómetros de Funchal. Se llamó así porque allí había hace muchos años un gran número de leones marinos, del que por desgracia ya no queda ni rastro. Allí encontraremos el mirador de Pico da Torre.
  • Cabo Girão, es el acantilado más alto de Europa. También con un mirador que ofrece vistas espectaculares
  • Santana, un lugar que no os podéis perder porque allí podréis ver y entrar en las típicas y pequeñas casas triangulares con tejado de paja de Madeira. Entre jardines y a modo de pueblo, se pueden visitar gratis varias de estas casitas que parecen de cuento.
  • Penha d’Aguia, en Porto da Cruz, donde una gran roca separa Porto da Cruz de Faial.
  • Ponta de Sao Lourenço, en la parte más oriental es un lugar que tampoco nos podemos perder. Es una zona elevada y rocosa donde suele hacer siempre mucho viento pero que ofrece unas vistas espectaculares. Hay mesitas para comer en plan picnic y nosotros nos quedamos un día pero no fue muy cómodo por el viento.
  • Ponta do Pargo, un pintoresco valle con un faro y unas bonitas vistas de la costa.
  • Monte, ofrece impresionantes vistas a la bahía de Funchal y tiene una iglesia del siglo XVIII. Aquí se supone que pueden verse los famosos carros de mimbre que bajan hasta Funchal, que era un medio de transporte inventado en 1850 y que ahora es algo más turístico que práctico, pero no los vimos. Supongo que tienen un horario así que si os interesa preguntar a qué horas pueden verse. Debe de ser curioso de ver y divertido si no nos asusta bajar a toda velocidad en una especie de trineo de madera y mimbre conducido por dos isleños que usan sus propias botas como frenos. Se puede subir con el teleférico y bajar con los cestos uniendo tecnología y tradición en una sola tarde.
  • Funchal, la capital, es una ciudad moderna, y mucho más movida que el resto de la isla. Con más turismo, muchos hoteles, restaurantes, tiendas y más vida nocturna. Aunque no sería el lugar que yo elegiría para alojarme, porque prefiero sitios más tranquilos, se merece una visita ya que tiene paseos y calles con mucho encanto.

La comida

Flores en Madeira

Tenía entendido que en Madeira se comía mucho por muy poco, y no me pareció tan barato ni los supermercados ni los restaurantes. Los precios son razonables, pero no baratos.

Hay platos típicos para los amantes del pescado y de la carne, y por lo que vi, todos suelen venir acompañados de patatas fritas o ensalada, o los dos si el del restaurante es generoso. Entre los pescados destacaría el espada con plátano, riquísimo. Y también es muy común encontrar en las cartas y menús el atún y el bacalao.

Y entre la carne la espetada y el picado que puede ser de ternera, cerdo o pollo. La espetada es como un gran pincho moruno con grandes trozos de carne con algo de ajo insertadas en una ramita de laurel y a la brasa, muy sabroso. Y el picado es un plato para compartir en el que se fríen trozos de carne con pimientos y patatas, y del que todos los comensales van picando.

Madeira

Me quedé con ganas de probar los famosos bolos de caco, que son panecillos calientes con mantequilla, ajo y perejil y son típicos de las fiestas y celebraciones, pero no encontré ni un sitio donde los tuviesen.

Lo que si probé y no me gustó demasiado fueron los bolos de mel, que es un pastelillo de miel de color oscuro. Se considera el dulce con más tradición en la isla y se relaciona con la Navidad pero está por todas partes y en distintos tamaños, desde pastelillo individual hasta unos familiares enormes. Os advierto que ha de estar blandito, que yo compré unos en una tienda y aquello parecía una piedra pero como yo no sabía como tenía que ser y la fecha de caducidad estaba bien pues me lo lleve tan contenta, y luego en otras tiendas vi que eran blandos, parecido a la textura del mazapán, así que me tomaron el pelo. Aún así, compré uno blando y es demasiado dulzón para mi gusto.

De bebidas, tiene muy buena fama el vino, que lo encontrareis de una gran variedad de presupuestos y la poncha que es aguardiente, miel de caña y zumo de limón o de naranja.
Hay muchas más cosas, desde frutas tropicales hasta platos más o menos elaborados y sopas tradicionales, ya lo descubriréis.

En conclusión

Vista de Madeira

Una buena elección si buscamos una isla tranquila, de clima templado y con preciosos paisajes, donde desconectar de la rutina.

Su extensión es pequeña pero ofrece grandes oportunidades para descansar y pasarlo bien. Yo me alegré de haber ido y le recomiendo el viaje a todo el mundo, especialmente a los que os guste el senderismo porque vais a disfrutar mucho por las levadas.

Es un lugar que no nos queda muy lejos, al que se puede llegar a buen precio y que seguro que nos dejará un buen recuerdo.

Nada más, sólo recordaros que allí la hora es una menos que en la Península, como en nuestras Canarias, y desearos un buen viaje.

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