Lisboa en 4 días
¿Tienes 4 días para disfrutar de Lisboa? Te proponemos un itinerario y un repaso por los puntos más importantes de Lisboa para que no te pierdas nada
Atardece en La Alfama, en el Miradouro de la Porta du Sol, y mis recuerdos atraen a otros recuerdos de otros tiempos ya pasados. Siempre me ha impresionado la vocación de estrella que tiene esta ciudad, con esa luz infinita que se refleja sobre los visos del agua de ese Tajo que la besa y la acurruca con sus cantos de sirena; esa luz que recorre las calles estrechas y empinadas de una Alfama que suena a fado y que huele a saudade.
Lisboa… la última ciudad romántica de Europa, la bella mujer que se esconde tras los lamentos de un río que ya anuncia el mar. Lisboa… la de las historias de navegantes perdidos que nunca olvidaron sus luces, sus amaneceres, sus ocasos, su paz… Si alguien supiera cantarte y embotellar tu belleza entre palabras que el viento no se pudiera llevar con un solo soplo, como se va la vida… como se aleja el mar.
En el mismo aeropuerto de Lisboa tienes una oficina de turismo en la que el personal o está muy cansado o no tiene ganas de atenderte, además no te hablan en español aunque se lo pidas. La chica que nos atendió nos dio un mapa a regañadientes en el que nos dijo que estaba toda la información y nos marcó con un boli dónde estaba el aeropuerto y donde podíamos coger el aero-bus “ y punto”. No conseguimos sacarle más información que esa.
Ya en el centro hay varias oficinas de turismo en las que si te hablan en español, te dan más información y son más amables aunque tengo que decir que no te marcan rutas ni te hacen recomendaciones de por donde ir/comer etc. Tienen poca información de los transportes de la ciudad y bueno … la verdad es que la atención deja bastante que desear. Yo os recomiendo que os compréis una guía que esté bien y las sigáis.
Si hay algo más intenso que el resto en Lisboa, eso es el barrio de la Alfama. Nada más verlo, te recordará en parte a otros barrios árabes como por ejemplo el Albayzín de Granada. Y es que la Alfama es un »’laberinto de calles y de vida, con cientos de casas con las paredes encaladas, algunas de ellas pintadas de colores, que se van desparramando con desconcierto siempre mirando al sor y con el azul de ese río, que allí ya es casi mar, reflejado en sus ventanales.»’
En algunas guías dicen que la Alfama es peligrosa de noche. Yo no lo creo, puedo decirte que me he perdido en ella muchas veces, especialmente en las noches de junio en las que toda la ciudad sale a la calle a celebrar las fiestas de Santo António, su patrón. Nunca jamás he tenido ningún problema, todo lo contrario.
La Alfama es un barrio pobre pero también un barrio lleno de vida, con un montón de tascas, con fuentes que hacen honor a su nombre (pues Alfama significa precisamente la Fuente en árabe), con tiendecitas de toda la vida, con la ropa colgada al sol, y donde puedes encontrarte escenas de siempre. Por ejemplo, un buen día nosotros encontramos una señora encalando su casa. No tiene nada de monumental ni de especial, pero posee algo íntimo e único . Creo que tiene una sensibilidad y una forma de ser especial, intensa. Mi recomendación es que bajes la Alfama, desde el Miradouro das Portas du Sol hacia abajo, te evitarás las cuestas arriba empinadas y llegarás hasta el mar. La zona del mar no tiene nada de especial, pero podrás encontrar alguna terraza con cierto encanto y luego ir andando (en plano) hasta el centro de Lisboa y la zona de la Casa dos Bicos, muy parecida en su fachada a la Casa de los Picos segoviana o el Palacio dei Diamanti ferrarese.
En teoría forma parte de la Alfama, así que creo que tengo que incluirlo dentro de ella. Este mirador, uno de los más famosos de Lisboa, se sitúa en la parte alta de la Alfama, y desde allí podrás obtener unas fotos maravillosas, con las siluetas recortadas de las casas de la Alfama sobre el intenso azul del Tajo, las iglesias, los colores… Espero que esté abierto, la última vez que estuve estaba cerrado por obras. Allí mismo hay un pequeño barecillo en el que puedes sentarte en su terraza (eso sí, intenta coger sombra porque si no en agosto puedes achicharrarte) y disfrutar de un momento de descanso.
Te darás cuenta en seguida de la absoluta devoción que tiene esta ciudad por su santo patrón, San Antonio de Padua, que aquí por supuesto llaman San Antonio de Alfama, porque fue precisamente en este barrio donde nació y vivió su niñez y adolescencia. Llama la atención que ocho siglos después esa devoción siga siendo tan intensa. Hay una Iglesia y un Museo donde se encontraba su casa, justo a la entrada de la Alfama, en la cuesta que sube a la Se o la Catedral. La Iglesia y el museo a mí no me llamaron la atención cuando los visité, es más bonita la plaza en sí con la estatua. Lo que no puedes perderte es la Sé o Catedral, con sus dos torres defensivas impresionantes. Es una Catedral de monumentales proporciones, diferente a las que yo haya conocido nunca, por lo menos merece la pena entrar y además es gratuita.
Decirte que para llegar a la Alfama, puedes coger el eléctrico 28, con su alegre traqueteo.
He de reconocer que Chiado y Alfama son los dos barrios que más me gustan de Lisboa, cada uno por razones diferentes, los dos tienen un gran encanto pero no tienen nada que ver. Chiado es una mezcla de barrio bohemio y a la vez elegante y cultural. En él podrás encontrar cafés llenos de encanto, tiendas, calles adoquinadas, y las estatuas de los dos grandes escritores portugueses Pessoa y Camoes, creo que sólo falta la estatua de Saramago para tener a los tres grandes.
A Chiado puedes llegar andando desde el Rossío, cogiendo el eléctrico 28 o saliendo por la boca de metro que desemboca justo delante de la estatua de Pessoa. También puedes coger el Elevador de Santa Justa hasta la Iglesia do Carmo en el Bairro Alto y bajar andando. Como ves, todos los caminos parecen conducir a Chiado.
Puede parecer una turistada, y probablemente lo sea, pero no puedes irte de Lisboa sin sentarte a la mesa de Pessoa y charlar un ratito con él. Ya sabes de mi afición por hablar con las estatuas, y siempre que voy a Lisboa me acerco a ver a mi amigo Pessoa. Lo verás allí sentado, frente a Brasileira»’ , el café que tanto frecuentó en vida.»’ Este café es muy turístico y por tanto con precios más elevados que otros, pero si te apetece, puedes tomarte algo allí. Es especialmente bonito en su interior, ya que se conserva como el propio Fernando Pessoa lo conoció.
Muy cerca de él, en la calle que Pessoa tiene casi enfrente, por donde sube el eléctrico 28, tienes el Café no Chiado , con una terraza muy agradable en la que todas las tardes da la sombra. Los precios también son elevados para Lisboa pero muy aptos para el bolsillo de un español. Es una terraza muy agradable que te recomiendo, allí he pasado maravillosas tardes de lectura.
Ahora dudo si esta Iglesia pertenece a Chiado o Bairro Alto, pero está muy cerca de Pessoa, eso sí, cuesta arriba y con gran inclinación. Puedes llegar hasta ella también, y de forma mucho más sencilla, utilizando el Elevador de Santa Justa desde la Baixa. Actualmente es un museo, pero merece la pena pagar la entrada y verla por dentro. Recuerdo que leí un artículo sobre ella escrito por Manuel Rivas y me encantó. No tiene techo, ya que sufrió, como gran parte de la ciudad, el terremoto y un incendio, por eso su bóveda es el cielo estrellado , especialmente en las noches de invierno, un espectáculo maravilloso, aunque creo que no podrás disfrutarlo en verano, ya que no está abierta de noche.
Muy cerca de esta iglesia y de la estatua de Pessoa, en la Rua da Trindade, se encuentra la Cervejaria da Trindade, la cervecería más antigua de Portugal , y que tiene un salón comedor decorado con azulejos que es una absoluta maravilla. Es más cara que otros lugares de Lisboa, pero te aseguro que merece la pena, y estoy segura de que te encantará. Suele llenarse, por lo que o reservas, o vas a cenar pronto (sobre las ocho de la tarde, luego se pone imposible). Pide el bacalhau a bràs y una entrada que tienen de gambas con salsa de ajo (no sé cómo se llama, pero no es la açorda, es una entrada), dos platos exquisitos.
Te diré que a través de Carpetania he conocido a un portugués que me ha recomendado un lugar que no conozco personalmente, pero que está muy cerca de la Cervejaria da Trindade y que te lo digo por si quieres acercarte. Subiendo la misma calle de la Cervecería da Trindade llegarás a una pequeña plazuela, y a mano derecha hay unas escaleras de bajada. Pues bajando esas escaleras encontrarás un restaurante argentino con terraza llamado Buenos Aires , donde ponen un bife impresionante al parecer. Lo mismo que en Trindade, o vas pronto (a las 8) o reservas, especialmente por el tema de la terraza. Yo voy a Lisboa el último finde de agosto y te prometo que lo probaré. Creo que es muy bueno y a muy buen precio.
Una visita a Belem también es imprescindible. Para llegar hasta esta población que hoy forma parte de Lisboa, la manera más fácil para mí es coger el eléctrico 15 , bien desde la Plaza da Figueira (en el centro de Lisboa, justo al lado del Rossío) o desde la Plaza del Comercio. Te llevará en unos veinte minutos hasta Belem, te deja justo delante de los Jerónimos, y además se trata de un tranvía moderno, lo que quiere decir que tiene aire acondicionado, cosa que seguro que agradeces en agosto.
Belem tiene bastantes cosas que ver y además están alejadas entre unas y otras, por lo que necesitarás unas cuantas horas para hacerlo. Te recomiendo encarecidamente que te quedes a comer allí en A Carvoeiro , también estoy segura de que te encantará. Es un pequeño restaurante de toda la vida situado en la fila de restaurantes frente al parque, justo detrás de la calle principal de Belem, por la que circula el tranvía y donde están los famosos Pasteles de Belem. Si puedes, acércate y pide a ver si te pueden reservar mesa en la terraza. Creo que tú comes pronto, pero este sitio suele estar hasta arriba de gente y más en pleno mes de agosto. Las especialidades de este lugar son el bacalhau a minhota (un lomo de bacalao fresco, con espina y todo, rebozado y servido con patatas fritas redondas y huevo hilado, está de muerte), el bacalhau a bràs (yo nunca me canso de comerlo), el arroz con tamboril y arroz con polvo (no los recomiendo en agosto). En realidad, todo está bueno allí.
Merece la pena, no puedes irte sin visitarlos. La Iglesia es de acceso libre, en ella podrás ver los sepulcros y de Vasco de Gama (este último vacío). Pero la verdadera joya de este monasterio es su claustro , especialmente desde que ha sido restaurado y limpiado. Tiene una piedra como la de Salamanca, preciosa y bellísima con el resplandor del sol. Es un lugar que invita a quedarte un rato, a reposar en la sombra, a escribir, a hacer fotos… Bellísimo, de verdad. Lo he visitado en varias ocasiones, y cada vez me parece más bonito que la vez anterior.
Había estado en su interior hace unos 12 años y volví a entrar hace menos de un año. Está alejada de la parte del pueblo y de los Jerónimos, por lo que te tocará andar bastante. Quizá si vas pronto (ya que eres madrugador), mejor es ir hasta la Torre de Belem primero (para evitar el calor) y a Los Jerónimos después. Esta torre era lo último que veían los navegantes portugueses antes de entregarse a la gran travesía marítima , por lo que está cargada de simbolismo y saudade. Tuvo varios usos, entre ellos como prisión. Se pueden sacar fotos buenísimas, es especialmente bonita frente al azul recortado del mar.
Muy cerca de ella se encuentra también el Monumento a los Descubridores . Yo suelo pararme en él y sentarme a ver los barquitos en la bahía, con el Puente del 25 de abril y la figura recortada en el horizonte del Cristo, muy parecido al Pao de Azúcar de Río de Janeiro. Creo que puedes acceder a su interior y subir hasta arriba con un ascensor, no he probado la experiencia, por lo que no puedo opinar.
Toda una tradición, tomarse uno de estos pasteles calentitos junto a una copita de Oporto , aunque es una tradición mucho más apetecible en invierno que en verano. Aún así, merece la pena acercarse a probar al menos uno y además visitar el lugar donde se alberga esta pastelería, abierta desde hace ni sé cuantísimos años (unos ciento cincuenta o así) y que ha ido adquiriendo los locales de alrededor. Eso sí, aparte de decenas de salones, están maravillosamente decorados con los azulejos típicos portugueses , realmente bonito. Además, los baños están muy bien y nunca viene mal utilizarlos, y además es un lugar fresquito.
Este pequeño tranvía amarillo lleva traqueteando alegremente arriba y abajo por las colinas lisboetas desde finales del siglo XIX , y sigue tan guapo como siempre. Decir que yo soy una fan absoluta de este tranvía, llegando al extremo de que Lisboa no me parece la misma sin él. En mi último viaje, estaba cortado por fiestas en la Catedral, y no me gustó tanto Lisboa. Normalmente, dedico una tarde entera a subirme en él y hacer el recorrido completo desde Martin Moniz hasta el Cementerio de Campo de Ourique, lo que te da una visión general sobre la ciudad bastante recomendable. Eso sí, lleva más de una hora de trayecto entre uno y otro punto, pero merece la pena.
Recomendaciones para el eléctrico 28: cuidado con los carteristas, utiliza la tarjeta 7 colinas que puedes comprar y recargar en el metro y cógelo en determinadas paradas . Lo de los carteristas, pues ya se sabe: sitio de turistas, sitio de carteristas. En cuanto a la tarjeta 7 colinas, cuesta 50 céntimos la tarjeta y 3,70€ la recarga para un día completo, pudiendo utilizar todos los medios de transporte (autobuses, metro, tranvías, elevadores) ilimitadamente durante 24 horas de hora a hora. Un trayecto en el eléctrico 28 te cuesta 1,20€, así que calcula.
Lo bonito del eléctrico es subirte y bajarte las veces que uno quiera. Puedes bajarte además en mil sitios interesantes: el Castelo, el Miradouro das Portas du Sol, Graça, Chiado, Estrela y un largo etcétera. Creo que en agosto suele ir más lleno que de costumbre, pero de todas formas los turistas lo suelen coger del Castelo a Chiado o viceversa, no suelen ir más allá. Mi recomendación es que intentéis evitar esas paradas, sobre todo las del centro, las de la Baixa y la Rua da Conçençao, porque es donde más gente hay. Por ejemplo, si vais hasta Chiado en metro, en lugar de coger el eléctrico bajando en una de las callejuelas situadas frente a la estatua de Pessoa, subir hacia la Plaza de Camoes y cogerlo en la parada de allí. La diferencia es que por una sola parada, posiblemente podáis ir tranquilamente sentados, y de la otra manera ni de coña lo lograréis.
En sí mismos, los elevadores son algo que tampoco podéis perderos en Lisboa. La ciudad de Lisboa, al igual que Roma, se asienta sobre siete colinas, y para salvar los desniveles se idearon una serie de elevadores, cada cual con un encanto especial. En concreto existen cuatro. Decir que la Tarjeta 7 colinas vale para todos ellos.
Sin duda es el elevador más famoso de toda Lisboa, el más turístico y algo que no te puedes perder. Es una especie de macro-ascensor que une la Baixa con el Bairro Alto. Es del finales del XIX y está realizado por la Escuela de Gustave Eiffel , por lo que resulta muy bonito desde fuera, y recuerda a otras obras como la Torre Eiffel o el Puente de Oporto. Subirás en una cabina de madera que te teletransportará a tiempos pasados. Desde arriba disfrutarás de las maravillosas vistas sobre toda la ciudad, podrás hacer unas fotos muy chulas e incluso tomarte algo en la terraza situada en la parte superior. Además, desde la parte de arriba, simplemente tienes que andar una pequeña pasarela y aparecerás al ladito de la Iglesia do Carmo.
Este elevador no es un ascensor, sino como el resto de los elevadores de Lisboa y a excepción de Santa Justa, es un tranvía también amarillo. Une el Bairro Alto y la Plaza de los Restauradores, o viceversa. En la parte de arriba hay un mirador, el Mirador de San Pedro de Alcántara , donde también hay unas vistas impresionantes del otro lado de la ciudad: del Castelo, Graça, etc. Resulta curioso situarse en este mirador o el de Santa Justa a este lado y luego en el De Graça o el Castelo al otro lado, para ver las diferentes perspectivas.
Ha sido uno de mis últimos descubrimientos en esta ciudad, sabía que existía este elevador, pero nunca lo había encontrado ni lo había utilizado. Une la parte baja a la altura del Casi do Sodré con un punto situado entre Chiado y Estrela. Lo mejor es fijarse en él al pasar con el eléctrico 28, bajarse del 28 y subirse al elevador da Bica.
Une una parte del barrio de Graça con el centro de Lisboa, cerca de la Plaza de los Restauradores. No lo conozco personalmente, pero ya tengo localizado donde se encuentra, y espero poder subirme a él este verano.
El Barrio del Castelo también merece una visita, y también el Castillo en sí, o por lo menos su maravilloso Mirador sobre Lisboa. Cierto que para acceder al Mirador hay que pagar la entrada al Castillo, y aunque el Castillo en sí no sea maravilloso, el Mirador sí que lo es.
Muy cerca del Castillo se encuentra uno de los restaurantes más chics y de más encanto de toda Lisboa, o al menos de los que yo conozca. Se trata de A Chapitó , donde te sirven menús más enfocados a comida de autor (muy diferente a la cocina tradicional portuguesa del resto de lugares que he recomendado), pero donde comes bien y merece la pena. Lo mismo, mejor si haces reserva, especialmente en verano y con terracita. Las vistas sobre el río Tajo son magníficas y a veces hasta hay conciertos mientras cenas.
La Baixa también tiene su encanto, más escondido que otra parte de Lisboa, pero lo tiene. A mí personalmente me gusta Rossío y no la Plaza de Figueira, pero eso va a gustos. Entre ambas plazas hay una confitería con más cien años de existencia, que merece una visita y que hace las delicias de cualquiera, incluso de los que no somos amantes del dulce.
Pero concretamente yo siempre realizo un ritual en Rossío, tomarme una cervecita fría, sentada tranquilamente en la terraza que sitúan bajo la columnata del Teatro Nacional. Con unas vistas maravillosas sobre la plaza, disfrutando de una gran tranquilidad y pagando además menos de 2 euros por cada cerveza.
Muy cerca de allí, por la calle que se sitúa a la derecha del teatro según lo miras de frente desde el Rossío, podrás encontrar un montón de calles llenas de restaurantes. Es un sitio muy turístico, pero al haber tantos restaurantes, hay también mucha competencia y los precios están muy bien. Es un lugar estupendo para, una noche, darte un gustazo y tomarte una buena mariscada en una terraza en la calle.
La noche lisboeta tiene dos nombres: Chiado y Bairro Alto. Son lugares llenos de bares, restaurantes, terrazas, pubs etc. La verdad es que gozan de un gran ambientillo, y después de cenar en Trindade por ejemplo puedes tomarte una copa o un café en el Mirador de San Pedro de Alcántara. Hay mil tipos de lugares: tranquilos, con música de jazz, de marcha hasta el amanecer… Aquí todo el mundo encuentra lo que busca.
Un poco más arriba del Mirador de San Pedro de Alcántara se encuentra un lugar muy pintoresco, que te voy a recomendar y que creo que te gustará. Se trata del Pabellón Chinese , un pub totalmente diferente a cualquier otra cosa que hayas visto antes. Se trata más que de un pub de un auténtico museo, donde podrás tomarte un oporto en salas llenas de vitrinas repletas de colecciones de todas las cosas imaginables. Te gustará, es diferente, te sorprenderá, y tanto si eres ave nocturna como si no, un licorcito allí te vendrá muy bien.
El barrio de Graça también tiene un encanto especial, porque es un barrio muy tradicional, donde los turistas casi ni se acercan. Para llegar allí, sin duda lo mejor es coger el eléctrico 28 y bajarte en el largo da Graça. Podrás ver una Lisboa diferente, nada turística, un barrio de toda la vida. Monumentalmente posee lugares como el Monasterio de Sao Vicente da Fora o la propia Igreja da Graça, aunque lo verdaderamente importante de este barrio es su idiosincrasia, un barrio de toda la vida.
Existen dos miradores en este barrio, aunque yo personalmente sólo conozco uno. Al otro lado de la ciudad, desde el Mirador de San Pedro de Alcántara podrás verlos perfectamente, pero a mí me costó encontrar el Mirador da Graça (que se encuentra justo donde la iglesia) y al otro todavía no he ido, pero el carpetano portugués me ha dicho que no es difícil desde el Largo da Graça, que sólo hay que preguntar y está allí al lado.
Las vistas desde el Mirador de Gracia son espectaculares, así que desde el otro mirador, seguro que también lo son. Es el primero de ellos, además hay una terracita entre los árboles (imagino que en el otro probablemente también haya otra), y es un sitio tranquilo, relajado y muy agradable donde tomarte algo y a un buen precio.
Empecé esta opinión (hace unas 4.000 palabras según el Word) hablándote del fado y la saudade, y no he vuelto a retomar el tema. Antes de nada, decirte que »’para preparar el viaje, y si vas en coche, yo me llevaba para escuchar la canción “Lejos de Lisboa” de Pasión Vega, algún disco de Mariza, algún otro de la gran Amalia Rodrigues, y sin duda alguna todo lo que encontrase de Ana Moura, la conocida como nueva Amalia.»’
Pero lo de ver fados en directo en Lisboa es posible pero caro, y además una turistada. Yo fui hace muchos años con mi madre, y en mi opinión no merece la pena. Sin embargo, conozco una tasca en Graça, muy pequeña y bastante cutre, pero donde los sábados y domingos de cuatro a diez podrás escuchar fado amador , que es fado cantado por amateurs, vecinos del propio barrio. No te cobrarán nada, sólo las bebidas y un poco de picoteo (croquetas, jamón y queso o algo así, nada del otro jueves y no especialmente bueno), te saldrá por uno 7-8€ por persona, mientras que en cualquier sitio de fados de los 50€ por persona no creo que baje mucho. El sitio es muy cutre, pero la intensidad del fado removerá tus emociones, será capaz de embargarte, porque es una música del alma. Y Lisboa no sería la misma sin el fado, ni el fado sin Lisboa. No deseo publicar el nombre de la tasca, pero quien quiera conocerlo, que me lo pregunte en un privado.
El tajo forma parte de Lisboa, la enmarca, la hace aún más bonita. Por ello, es importante fijarse también en él: acercarse hasta sus aguas en el embarcadero de la recién restaurada Plaza del Comercio, contemplar su azul infinito y recortado tras las casa de la Alfama, sentarse en Belem y contemplar los veleros… o incluso si se tiene tiempo coger uno de los barcos que nos llevan al otro lado y visitar el Cristo sobre el río. Todo depende del tiempo que tenga cada uno, pero querer al Tajo es querer a Lisboa, y viceversa.
Lisboa está muy bien comunicada. Tiene 4 líneas de metro (que no cogimos) y muchos muchos tranvías y autobuses que te llevan a todas las zonas antiguas, tan solo tienes que coger el metro obligatoriamente si vas a la zona nueva que hicieron para la expo.
La compañía Carris es la concesionaria de los transportes en Lisboa salvo el metro. Cualquier billete sencillo a bordo cuesta 1,40, creo que puedes comprarte una tarjeta y recargarlo y te sale bastante más barato. Otra cosa que puedes hacer es comprarte la tarjeta de carris para un día o varios y puedes subir y bajar cuanto quieras de tranvías y autobuses pero ni metro ni aerobus, otra nota a tener en cuenta es que te sirve para el elevador de santa justa y demás elevadores.
El aerobus, sale de la misma puerta del aeropuerto y te lleva al centro de la ciudad, tiene muchas paradas. Ese billete luego lo pudimos usar para subir a tranvías y autobuses en el mismo día. En cambio si andas 100 metros puedes coger el autobús normal que te cuesta 1,40 y te deja tb por muchas zonas del centro de Lisboa.
La frecuencia del transporte es muy buena, pasan cada 5 minutos o incluso menos. Podéis ver el tiempo que falta para que pase el siguiente tranvía autobús en la propia parada. Hay tranvías muy modernos y también están los típicos antiguos que siguen funcionando. Os recomiendo que os saquéis la tarjetita y viajéis en bus-tranvía ya que Lisboa es todo cuestas todo todo cuestas, vayas donde vayas o subes o bajas.
Para ir a los pueblos de alrededor podéis coger el tren, la frecuencia a Sintra por ejemplo, es muy buena, tienes trenes cada 20 minutos desde las 5am hasta la 1am y el billete cuesta 1,70€ (x2 porque son uno para la ida y otro para la vuelta).
Los lisboetas están muy acostumbrados a las maquinas expendedoras de billetes y todo el mundo saca el billete de dichas maquinas, incluso dentro del autobús, tu te subes, vas viajando y te sacas tu propio billete en la máquina.
A parte de Lisboa capital, en la cual necesitaremos por lo menos 4 días para conocerla, está la zona de la COSTA DE LISBOA, que también merece la pena ser visitada con calma.
Bordeando el Tajo más allá de Belém llegamos a ESTORIL, estación balnearia famosa por su casino y su excepcional clima, que le ha valido el nombre de «tierra de las dos primaveras», pero si se quiere disfrutar de una playa más tranquila, es preferible parar antes en CARCAVELOS. Más cerca del Atlántico, en una pequeña bahía se asienta CASCAIS, a la vez un bonito puerto de pesca tradicional y una atractiva y animada estación balnearia, cuya vocación turística se remonta al 1870, año en el que la corte real fue a pasar allí el verano, dejando tras de sí una tradición de elegancia, que se respira en sus lujosos hoteles y restaurantes.
Antes de emprender el retorno a Lisboa por la sierra de Sintra, merece la pena llegar hasta el CABO DA ROCA, el extremo más occidental de esta sierra y del continente, para admirar los bellos paisajes típicamente atlánticos de lugar. SINTRA debe su fama a su magnífico paisaje, al frescor de su clima y a la abundancia de históricos monumentos; por algo fue, al igual que MAFRA, antigua residencia de verano de los reyes portugueses.
Otro palacio real es de QUELUZ, inspirado en el de Versalles. A diferencia del palacio de MAFRA, de un austero barroco portugués, aquí predominan la elegancia y la luminosidad. La costa atlántica del sur de Lisboa forma una sucesión de playas a lo largo de una veintena de kilometros, a partir de la COSTA DE CAPARICA; alguna de ellas son peligrosas, por su fuerte oleaje. Un trenecillo las recorre hasta FONTE DA TELHA. Entre esta costa, el estuario del Tajo y el río Sado se forma casi una isla, que alcanza su máxima altura en la SIERRA DA ARRABIDA, con preciosas vistas al interior y al océano.
En el litoral sur, al pie de la sierra y de su castillo situado entre el acantilado rocoso, se extiende el bello puerto pesquero de SESIMBRA, con una preciosa playa donde al atardecer se puede asistir al espectáculo de la subasta del pescado, que se efectúa sobre la arena misma. Los aficionados a la gastronomía no deben perderse aquí una «caldeirada» con pescado fresco.
De camino hacia Setúbal un corto desvío nos conduce a la bella CALA DE PORTINHO, con una vegetación tipicamente mediterránea y un clima, que la convierte en un pequeño paraiso escondido. SETUBAL es una ciudad industrial con un puerto pesquero de gran atractivo. PALMELA, rodeada de su fértil región vinícola destaca por su castillo, uno de los mejores ejemplares de la arquitectura militar portuguesa; desde lo alto de la torre se divisa al sur la campiña que rodea Setúbal, salpicada de naranjos y molinos de viento; al oeste la sierra de Arrábida y a lo lejos , en días claros, Lisboa.
En Lisboa no es típico el menú del día sino el plato del día. Los restaurantes tienen carta y además ofrecen a un precio más barato los “platos del día”.
Estos platos son de comida mediterránea y se dividen en carnes y pescados. Suelen tener entre 4-8 platos a escoger. Los precios oscilan entre los 4 y los 15 euros dependiendo de qué/donde sea. Los platos están todos muy ricos, yo te recomiendo el pescado en cualquiera de sus variedades, es barato, rico y los platos suelen venir acompañados de patatas y/o verduras y/o ensalada. Con un plato de estos comes de sobra, aunque si quieres puedes incluir un entrante.
De entrantes ofrecen sopa del día que suele ser o La sopa del día o a elegir entre 2-3 sopas. La sopa es muy barata y la tienes desde 1€ hasta 3€. A diferencia de lo que pensábamos suelen ser calientes a pesar de estar en pleno Julio. Son típicas las de verduras, espinacas, zanahoria, …
El pan es opcional y te lo suelen servir con queso & mantequilla. Te lo cobran por supuesto y es entre 40 céntimos y 1,50€.
Las bebidas son bastante baratas también y suelen tener una gran oferta: cerveza, refrescos, agua, sangría …
Los precios varían si te lo ponen para llevar, para tomar en barra, en mesa dentro del local o en terraza. Puede variar el precio mucho de tomarlo en barra a tomarlo en terraza, estoy hablando de 3€ dentro y 5€ fuera por ejemplo!.
El café es un problema, la verdad, es difícil acertar. Si pides un café te lo pondrán caliente, solo y cargadito. Así es como toman generalmente el café los portugueses. El garoto es un café cortado pero es lo que te pondrán si le pides un café con leche con poco café ya que ellos entienden que poco café equivale a taza pequeña y la cantidad de leche también poca ya que tu no le has dicho que con mucha leche sino con poco café … Si lo que quieres es un café con leche pídeles “meia leite” y te pondrán mitad de leche y mitad de café y si lo quieres con poco café espero que te hagas entender porque nosotras en 5 días no lo conseguimos.
En la zona más turística puedes encontrar menús para comer con sopa + plato del día + postre y café y para cenar con un plato o bocadillo + café. La conclusión es que pidas lo que pidas lleva café.
Lo que tienen muy muy rico son los pasteles/bollos. Lisboa está plagada de pastelerias-cafeterías de fabricación propia. Puedes comer “pau com chouriço e queijo” en cualquier pastelería para merendar por sólo 1 euro. Es un bollo de pan casero relleno de chorizo y queso calentito que está riquísimo. Tienes muchos bollos salados y dulces a escoger que te cuestan entre 0,80 céntimos y 1,20 aproximadamente. Tienes que probar los pasteles de nata, que en realidad es hojaldre con forma de tartaleta con crema pastelera y encima tiene crema quemada. Otros son las queixadas de madeira, tartas de almendras, bolos (bollos de bizcocho con azúcar por encima), pasteles de cerveza, y otros muchos bollos que no he encontrado en España.
Los bollos son del día y de fabricación propia. Busca las pastelerías que ponen fabricación propia y no te preocupes porque están todos los pasteles muy ricos aunque yo te recomiendo dos pastelerías:
En todas las pastelerías te puedes tomar un café acompañando el bollito en la barra o en mesa. También suelen ofrecer platos del día a precios económicos.
Sueles tener muchas tiendas donde puedes comprar agua, refrescos y demás a buen precio, es decir a menos de 1€. En algunas pastelerías también te cuestan eso.
e los lugares que he visitado me parece de los más incómodos para viajar con niños pequeños, junto con Venecia que tiene mil y un canales con mil y un puentes con escaleras y no rampas. En Lisboa hay muchas calles empinadas y además, tanto la calzada como las aceras están adoquinadas pero muchos de los adoquines están medio sueltos y es fácil tropezar, y si no están sueltos el pavimento es irregular. Un niño pequeño que ya ande se cansará mucho y tiene muchos números de tropezar constantemente, y si hay que arrastrar un carrito también es como para tenerlo en cuenta. Por supuesto, vimos parejas con niños, a parte de los lisboetas, claro está, pero yo me lo pensaría mucho y seguramente buscaría otro destino más cómodo en este aspecto.
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Te cuento todo sobre el mítico Tranvía 28 de Lisboa, la mejor manera de conocer la ciudad a bordo de este transporte con mucho encanto
¿Quieres disfrutar de unas vistas increíbles y un ambiente medieval único? Te cuento todo del Castillo de San Jorge, no te lo puedes perder!
Te descubrimos el Barrio de Belém de Lisboa en una ruta preciosa para que no te pierdas ninguno de sus encantos. ¿Por qué debes visitarlo?
No hay nada mejor que subirte en el tranvía en Lisboa y dejarte llevar… subir y bajar calles empinadas a toda velocidad en un vehículo tan curioso como este es toda una aventura. Observar el pintoresco paisaje portugués desde tu asiento, si tienes suerte de pillarlo, o bien de pie entre la gente que sube …
Te cuento la historia y lugares más emblemáticos del barrio de La Baixa en Lisboa, un sitio que no puedes perderte. ¿Qué debes saber antes de ir?
¿Qué ver y hacer en el Barrio Alto de Lisboa? Descubre este lugar lleno de calles con encanto y buen ambiente para salir de fiesta por la noche
Si visitas Lisboa, no puedes dejar de visitar el barrio de Alfama. Descubre qué visitar en él y por qué es un lugar lleno de historia