Dudo que vayas a Roma y que no atravieses en algún momento de tu visita a la ciudad la Vía del Corso. Se trata de una de las calles más largas de la ciudad, y que comunica dos puntos bastante importantes dentro de la misma, la Plaza Venecia y la Plaza del Popolo.
Precisamente al comunicar dos puntos tan estratégicos turísticamente hablando, muchas veces caminar por esta calle se convierte en una odisea.
La calle no es peatonal, hay dos aceras, no especialmente anchas, y por el centro dos carriles para vehículos. Por ello cuando vayas por las aceras, tendrás que ir un poco pendiente del resto de transeúntes, dependiendo de la época puede que no se note, pero cuando fui yo, recuerdo claramente como había algunos tramos en los que tenías que «empujar» un poco a la gente para desplazarte, porque bueno, cuando todo el mundo se está moviendo no hay problema, pero como a lo largo de la calle hay algunas tiendas y comercios, pues como llamen un poco la atención, el desplazamiento se hace difícil.
Además de unir las dos plazas citadas, tiene la particularidad de que es una calle totalmente rectilínea, si vas de una a otro es gracioso o te puedes plantear como un juego el hecho de ver a lo lejos tu destino y ver como cada vez está más cerca a medida que te vas desplazando.
Y digo que te lo puedes tomar como un juego porque la calle es larga, así que más te vale ir motivado cuando te estés desplazando por ella. Según he podido leer tiene una longitud de unos 1.500 metros.
Dicen que en Roma lo que no faltan son las Iglesias, y eso también se percibe cuando estés caminando por la Vía del Corso, ya que a tu paso irás dejando atrás varias, pudiendo elegir si visitar alguna, todas o ninguna en tu viaje por esta calle.
Hay que decir que es una calle principalmente comercial y encontramos multitud de tiendas a ambos lados de la carretera. También se pueden ver muchos palacios antiguos, algo que de lo que Roma puede presumir, es una ciudad increíble. Respecto a los comercios que puedes encontrar a tu paso en esta calle, pues muchas tiendas de textil, marcas conocidas a nivel mundial, firmas, ropa deportiva, tiendas de calzado, tiendas de souvenirs….
Pero donde yo creo que realmente hacen el negocio es con las tiendas de helados, porque claro, tanta gente paseando por la calle con un objetivo marcado, pues en algún momento entra la sed o el calor, y un helado es lo que mejor sienta, además de ser uno de los productos estrella en Roma, por lo que las heladerías son los puntos más solicitados de la calle.
Si vas con tiempo, de la Vía del Corso salen bastantes calles secundarias y callejuelas con encanto, donde podrás encontrar también algún edificio emblemático de la ciudad o simplemente acudira algún comercio o centro de restauración a tomar algo.
Un entretenimiento más de la Vía del Corso, los edificios, como ya he dicho hay algunas iglesias o edificios importantes turísticamente hablando, pero también puedes disfrutar mirando las fachadas de los edificios normales, algunos más antiguos, algunos más clásicos, otros más modernos, levantar la mirada y disfrutar con la arquitectura, visualizar las fachadas, los balcones, algunos da gusto verlos por cierto, ya que están muy adornados o acompañados de muchas plantas, de los edificios que conforman la calle.
Como ya he mencionado, lugar de tránsito casi obligado en la ciudad de Roma, no es que sea una agradable zona de paseo, pero bajo mi opinión puedes encontrar diversos encantos en el paso por esta calle, además de convertirse en una buena zona de ocio para realizar comprar diversas.
Un detalle que os quería contar es que como vivía a pocos metros de la Via del Corso, muchas de las tardes que tuvimos por allí visitábamos un café en la misma via y a muy pocos metros de la Piazza del Popolo. Aprovechamos para tomarnos un capuccino, típico italiano, y para ver a la gente pasar. ¡Estábamos muy entretenidos!
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