La Piazza Navona es una de las zonas más turísticas de Roma… viene en todos los recorridos para hacer y en todos los libros que hablan sobre la ciudad eterna… Se puede visitar tanto de día como de noche…. por supuesto visitarla es gratuito aunque solo visitarla… si te quieres tomar un capuccino en alguna de las terracitas de la plaza, pues te van a dar un buen palo…jeje…. como pasa en todas las zonas muy turísticas… eso no es solo allí, eh??
Además de visitar la plaza en sí misma… con sus terrazas típicamente italianas y sus pintores en la calle y sus pequeñas tiendecitas de recuerdos donde uno puede comprar eso de «Estuve en Roma y me acordé de ti» (pero en versión italiana, claro…jeje)… no podemos dejar de acercarnos a sus fuentes…
Contenido de la Guía
Historia, arte y leyenda
La plaza Navona (240 x 65 metros) se encuentra en el antiguo circo de Domiciano (siglo I d.C.), que se destinaba a las competiciones deportivas, llegando a tener 15.000 espectadores. Posteriormente, en 1644 se alzó el edificio de la familia Pamphili y, uno de los miembros de esta familia, Inocencio X, fue quien transformó el estadio en una bella plaza barroca que decoró con diferentes obras. Las obras más representativas son las fuentes y la Iglesia de Santa Agnese, que comentaré a continuación.
- La Fuente de los Cuatro Ríos: Inocencio X encargó a Bernini construir esta fuente en la que están representados los 4 grandes ríos de la época (Danubio, Ganges, Nilo y Mar de la Plata) que aparecen acompañados por 4 figuras: la roca, la palmera, el león y el caballo. En el centro de la fuente se levanta un obelisco egipcio de 17,60 metros que mandó tallar Domiciano para colocarlo delante del templo de Iseo. Posteriormente en el siglo IV, Máximo lo colocó en el circo en memoria de su hijo Rómulo, en la Vía Apia. Años después, fue encontrado roto en 5 pedazos en el circo de Rómulo y finalmente el papa Inocencio X mandó colocarlo donde actualmente se encuentra. Según se dice Bernini comentaba que gracias a la fuente se tapaba la horrible obra de su rival Borromini, la Iglesia barroca de S.Agnese, situada frente a la fuente.
- Iglesia de S. Agnese: Se cree que en este lugar estaba emplazado el burdel donde santa Inés fue obligada a desnudarse para divertir a los clientes. En 1652, Inocencio X encomienda a Girolamo Rainaldi y a su hijo Carlos construir la iglesia y, en 1653. manda a Borromini derribar el muro frontal de los Rainaldi y construir la nueva fachada.
- La fuente del Moro: Se ubica en un extremo de la plaza, el extremo más cercano al Palacio Pamphili. La Fuente del Moro, fue esculpida en 1654 por G. A. Mari, diseñada por Bernini y apoyada en una bañera de G. Della Porta de 1576.
- Fuente de Neptuno: Se ubica en el otro extremo de la plaza. Bernini comenzó a construirla, basándose en un diseño de Della Porta, quedaron paralizados durante largo tiempo y fue solo en 1878 cuando Della Bitta los terminó, completando la estatua de Neptuno.
Hay una leyenda muy graciosa que cuenta que los representantes de los ríos Nilo y de la Plata tienen las manos levantadas porque tienen miedo de que se les caiga encima la fachada de Santa Inés… que es del arquitecto Borromini… se dice que Borromini y Bernini fueron grandes enemigos en su época… aunque es solo una leyenda, porque la iglesia la construyeron después de la fuente!!!).
La visita aún no está completa, pues nos falta algo fundamental: Sentarnos en la terraza de una de sus heladerías a degustar uno de los famosísimos y sabrosísimos (solo puedo poner superlativos) helados italianos.
De entre ellos yo os recomiendo que probéis el tartufo, una explosión de chocolate en tu boca y tus sentidos. Bueno, y una explosión de calorías, pero esto es Roma y con lo que hemos caminado y lo que nos queda por caminar, no habrá problema en quemarlas.
Pues porque nos encontraremos en uno de los centros de Roma… en su corazón… en una plaza que sería el equivalente a cualquier plaza mayor de cualquier pueblo o ciudad española… Me recuerda a nuestra plaza mayor (la de Madrid) pero a lo grande… es enorme!!!
Impresiona mucho verla…la verdad es que sí… y la fuente de Bernini, es muy grande y muy alta… por lo que también impresiona bastante…
Da gusto dar un paseo por ella… mirar las tiendecitas y ver a los pintores desarrollando sus obras… merece la pena «perder» unos minutos en una visita a Roma en ir a visitarla…. No todo es el Coliseum y el Vaticano… la Piazza Navona es un claro ejemplo de muchas más cosas que hay que ver en Roma!!!
Y por ultimo sentaros en un banco, tardareis un rato en encontrar uno libre, y disfrutad al máximo de todo, poned los 5 sentidos en todo y viajad en el tiempo porque merece la pena.
Bueno, hay demasiada gente ya que a los romanos que van a darse una vuelta por SU plaza nos juntamos los muchísimos turistas que nos desviamos de nuestra ruta para visitarla… (aunque tampoco es tanto desvío… el Panteon está muy cerquita…).
Y lo peor son los precios de los bares y restaurantes… de todos modos, el esfuerzo de un capuccino lo haces… lo que no haría yo sería el esfuerzo de una comida completa!! pero un cafecito por caro que sea… es aceptable!!
He estado dos veces en Roma: la primera fue el viaje de estudios del instituto y la segunda fue el año pasado en plan turismo. De mi primer viaje, tenia un bonito recuerdo de esta plaza y, la última vez que la ví, me terminó de cautivar. La majestuosidad de las fuentes rodeadas por edificios artísticos, unida al ambiente romano que se respira, hacen que sea un lugar que cobra vida en la Roma moderna.
Vendedores ambulantes de artesanía, camisetas…, vendedores de recuerdos, junto con turistas degustando helados y Romanos charlando por todos lados. Es un lugar típico para quedar, yo quedé con unos amigos que viven en Roma y ellos nos enseñaron los entresijos de la plaza y sus alrededores. Después comimos en una famosa pizzería cercana llamada «Da Baffeto» que está siempre llenísima por la calidad de su comida.
Merece la pena escuchar a los guías o llevar información sobre las obras de arte porque es infinitamente más interesante observar en las obras la leyenda de enemistad entre Bernini y Borromini que ver una Iglesia y una Fuente. Del mismo modo, no es lo mismo imaginar un circo romano repleto de espectadores y un obelisco egipcio con una larga historia de desencuentros que ver simplemente una plaza ovalada con un pilar en la mitad.
Se me olvidaba: la mejor forma de llegar aquí es andando, hay autobuses que os dejarán en las proximidades pero está en pleno centro de Roma y todos los alrededores tienen algo que ver, así que nada un buen paseito y a disfrutar.
En conclusión, creo que es una visita obligatoria si vas a Roma ya que son muchas obras encerradas en una: son leyendas, arte e historia que se funden en un lugar real lleno de magia.
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