Os voy a hablar de una ciudad que significa mucho para mí. Es un lugar del que posiblemente muchos de vosotros no habréis oído hablar nunca y otros sabréis que está en Italia y poco más. Pues bien, la magnífica Ferrara, la gran olvidada, es una de esas ciudades medievales preciosas que con el pasar de los años se han mantenido como lugares pequeños y con encanto; no han tenido la explosión urbanística y de habitantes que han sufrido otras ciudades, y por ello se convierten en un sueño del pasado, como una fantasía de volver a encontrarte entre las piedras de la ciudad medieval, en mitad de las gestas de caballeros y empresadores.
Y ninguna ciudad mejor que Ferrara se me ocurre para hablar de ese estilo medieval tan intenso. Las calles del centro, adoquinadas, conservan la estructura que tenían en la Edad Media; aunque eso sí, resultan realmente incómodas para el transporte en bicicleta, imprescindible en Ferrara y en todo el norte de Italia.
Pero la pieza estrella de los monumentos medievales de Ferrara es sin duda su colosa castillo situado en el centro exacto de la ciudad y muy próximo al Duomo. Este castillo (El Castello Estense) recibió su nombre de la dinastía Estense, cuyo máximo representante (algo así como Lorenzo de Medicis en Florencia) fue el temido Duque de Ferrar, Ércole d’Este. A su vez fue el suegro de la tan renombrada Lucrecia Borgia, quien vivió precisamente en Ferrara hasta su muerte y a quien se la ha dedicado una calle en la ciudad.
Y Ferrara vive sus fiestas medievales en las que te puedes sentir un verdadero caballero o damisela medieval. De hecho, en la plaza La Ariostea, con forma ovalada de circo romano, se celebra cada verano la fiesta del Palio, la carrera medieval de caballos y banderas. Que yo sepa, sólo Ferrara y Sienna mantienen esa tradición. Hay un ambiente estupendo y parece que estás de verdad en una competición en mitad de la Edad Media. Precioso!!!
Históricamente, Ferrara posee un vagaje cultural muy amplio, fue una gran ciudad medieval como he dicho, y de ahí que existan grandes monumentos y edificios. Una de las cosas que más me llamó la atención fue el Palazzo dei Diamanti, que es exactamente igual que la Casa de los Picos de Segovia en cuanto a estructura. Lo que los diferencia es la piedra con que están hechos, la española con granito segoviano y el italiano con una piedra marmórea de color blanco. Es un edificio muy bonito y un lujo para contemplar las exposiciones que frecuentemente puedes admirar.
Ferrara en sí es una ciudad preciosa, pero no solamente en cuanto a construcciones medievales se refiere. Posee un barrio judío que merece la pena visitarlo. Y especialmente el cementerio judío, que es una verdadera joya. De hecho, y ya como curiosidad decir que en Ferrar se ambienta la conocida novela italiana «Il giardino dei Fizi-Contini» que retrata precisamente la vida de los judíos en todas las épocas difíciles que les ha tocado vivir. También es destacable la Catedral y su múltiples iglesias diseminadas por todos los recovecos de la ciudad.
Recomendaría dar un paseo por sus calles y por la Muralla, muy bien conservada a los bordes del río Po que baña toda la ciudadela. de hecho, Ferrara fue el lugar donde yo pasé mi año de Erasmus, y recuerdo cada rincón con especial ternura. Y de hecho, en la muralla recuerdo haber ido a hacer footing en múltiples ocasiones; ahora cuando lo recuerdo me parece una anécdota intrascedente pero muy bonita.
Contenido de la Guía
Cómo llegar a Ferrara
Ferrara es una ciudad desconocida pero preciosa, una de las pequeñas y maravillosas ciudades italianas que a todos nos gustan y sorprenden. Además está muy cerca de otros lugares como Venecia, Florencia, Padua, Mantua, Rávena o Bolonia. Para llegar a Ferrar lo más cómodo es coger el avión de iberia desde Madrid o Barcelona con destino Bolonia.
Desde el aeropuerto hay un bus especial a la estación de trenes, y de allí en tren hasta Ferrara sólo hay media hora de viaje. Otra opción, quizá más económica es ir a Venecia donde hay vuelos de compañías de low cost. En el aeropuerto de Venecia hay otro autobús que te deja enfrente de la estación de Santa Luzia, que es la estación de trenes de Venecia, y desde allí a Ferrara hay un trayecto en tren de aproximadamente una hora y media.
Alojamiento en Ferrara
En cuanto al alojamiento en Ferrara, hay opciones para todos los gustos y bolsillos: desde el albergue juvenil, que está muy céntrico y es uno de los mejores que yo he conocido en cuanto a instalaciones, precios y calidad se refiere.
Frente al Duomo, en la calle que sube hasta el río Po existen unos aparthoteles de un precio muy adsequible ideales si se va en pareja o si necesitas un ambiente más íntimo.
Y ya si os queréis dar el gran gustazo, nada mejor que el Hotel Duchessa Isabella, un hotel maravilloso, no existen palabras suficientes para definirlo; muy próximo a la Plaza la Ariostea, aunque eso sí, creo que el precio es para echar a correr y no parar.
Qué comer en Ferrara
En cuanto a las comidas, Ferrar está llena de pequeñas pizzerías encantadoras, donde degustar excelentes platos de pasta, pizza realmente italianas y muy buen vino. Le Due Mari en Via Mortara es un acierto por muy poco dinero.
En la zona centro, existen sitios encantadores como Le Tre Amici o In Bocca il Lupo. Y si no, el típico acto gastronómico ferrarese, el Aperitivo: que consiste en lo que aquí llamamos tapear: vas al bar y con la bebida, te pones morao de todo lo que hay encima de la barra.
La verdad es que la gran mayoría de las cosas que ponen es sobre todo pizza pero está muy bien como experiencia viendo los ferrareses, bastante estirados, es toda una lección de clase ferraresa!!!!
Lo dicho, que visitéis Ferrara. Os sorprenderá, es una pequeña joya desconocida.
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