Una semana después, vuelvo con otra opinión del viaje que he hecho estas navidades a la capital francesa. Viaje en el que he podido ver lo «principal» de París, aunque me he dejado otros muchos rincones en el tintero…….que como digo siempre, es una señal de que volveré!!! (el que no se consuela es porque no quiere, jeje).
El caso es que entre todas esas visitas que sí he podido hacer, se encuentra una muy interesante, y que quizá puede pasar un poco desapercibida cuando uno va a París. Se podría decir que no está entre las principales atracciones de la ciudad, ya que no se trata de uno de los monumentos más turísticos, pero sí es, sin embargo, uno de los más importantes. Y ya no solo por su exterior, sino por el interior y por lo que alberga dentro del mismo.
En este aspecto es quizá uno de los más destacables de la capital. Por algo lo llaman el hogar de los grandes hombres, o más concretamente «Aux grands hommes la patrie reconnaissante» (que significa «A los grandes hombres, la patria agradecida»). Así dice en la fachada principal del Panteón, como podéis ver en una de las fotos que os pongo abajo.
Y es que, como todos sabéis, en todo Panteón se encuentran los restos de una o varias personas, y el de París no es una excepción. Aquí se podría decir que se encuentran muchas de las figuras más importantes de la historia de Francia, enmarcadas en distintos ámbitos…política, literatura, medicina…Y aquí radica, además de en la propia arquitectura del edificio, lo interesante de la visita, y así como lo importante de este rinconcito de la capital francesa. A mí particularmente, es una de las visitas que más me agradó, pese a que realmente no «ves» nada, son sólo tumbas (lógicamente, hay que enfocar la visita desde un punto simbólico, sobre todo en la planta dónde se encuentran la mayoría de estas).
Contenido de la Guía
Dónde está y cómo llegar al Panteón de París
Pero antes de zambullirme en el interior del edificio, os hablaré de su ubicación en París, y de cómo llegar al mismo.
El Panteón se encuentra en lo que se conoce como el «Barrio Latino», en la «Place du Pantheon», muy cerquita de La Sorbona (de hecho, frente al edificio, se encuentra la Facultad de Derecho). Esta placita es más bien pequeñita, y tiene su encanto, con el Panteón, las típicas casas francesas, y además la decoración navideña pertinente, como fue nuestro caso. Pero mucho más que la plaza, lo que destaca es el monumento.
Para llegar a la plaza, podéis coger el metro y bajaros en la parada Cardinal Lemoine, que es la que queda más «cerca». Nos deja a una calle, por detrás del Panteón. No tiene pérdida. Se trata de la línea 10 del metro, que tiene también conexión con la línea 7 y la 4 (para hacer trasbordo, y cambiar a la línea 10, aunque depende de la zona en la que os encontréis). Otra forma fácil de llegar, es hacerlo directamente andando. El mismo día que veáis la «Île de la Cité» (Notre-Dame, Concergerie, Saint-Chapelle, etc), veis el Panteón. Sólo tenéis que seguir la Rue de la Cité-Rue St.Jaques (todo recto) y al pasar La Sorbona, os encontraréis con el perfil del Panteón. Por tanto, ya sea en metro o andando, no tiene pérdida.
Cómo es el Panteón de París
Una vez nos encontramos frente al Panteón, quizá no nos sorprendamos tanto, pues la arquitectura es muy similar a otros panteones, como el de Agripa en Roma. Sobretodo en la principal fachada, prácticamente idéntica. Sin embargo, o al menos esa fue mi impresión, el Panteón de París es mucho más grande. Algo que podemos comprobar tanto fuera, como dentro. Y a diferencia del de Roma, la cúpula es mucho más destacable y sobresaliente. El edifcio data del siglo XVIII, y la verdad es que está muy bien conservado.
Pero, realmente, lo más interesante de la visita, además de la arquitectura del edificio (que también, lógicamente), es su interior y lo que alberga. Un interior muy grande, muy bello y muy iluminado, en el que destaca, nada más entrar, la disposición de los distintos elementos (columnas, pinturas, resto de cúpulas, decoración -aunque no está muy recargado, es más bien sobrio, fijándonos en los colores-). Y más destacable, si cabe, el péndulo que cae desde la gran cúpula. El péndulo de Foucault, que se instaló con el propósito de demostrar la rotación de la tierra, debido a la gran altura de la cúpula, lo que facilita el experimento.
Todo esto lo encontramos en la estancia principal del edificio, nada más entrar. Al edificio se accede por las escaleras. En esta estancia encontramos las principales pinturas, el péndulo, esculturas, una maqueta del mismo edificio (que se encuentra abierta para que podamos ver como se divide en las distintas salas y plantas), etc. La visita se hace muy amena y agradable y tranquila, gracias a todo el espacio que hay. Ya digo que no es uno de los puntos más turísticos, pero sí que suele haber bastante gente (esto lo notaremos, sobre todo, cuando bajemos a la planta de abajo, dónde se encuentran todas las tumbas).
Pues bien, una vez vista la principal estancia, llega la hora de bajar a la planta dónde se encuentran todos estos hombres ilustres que alberga el edificio. A esta planta se accede a través de unas escaleras que hay junto al «coro» Puerta tras puerta, nos vamos encontrando con las tumbas de las personas más ilustres de la vida francesa……Marie Curie, Pierre Curie, Zola, Louis Braille, Rousseau (cuya tumba, de madera y muy decorada, se encuentra a la entrada de esta planta baja, o «cripta»), Víctor Hugo, Dumas, Voltaire, Monnet…..
Las tumbas se encuentran repartidas en un gran número de estancias, en cuya entrada podemos ver los nombres de los hombres que hay enterrados en esa estancia. Son «sólo» tumbas y más tumbas, y quizá pueda parecer un tanto «aburrido», pero yo opino todo lo contrario. Como ya he dicho por arriba, hay que enfocar la visita desde un punto simbólico, dándole la importancia que se merece, y que realmente tiene.
Además, junto a estas estancias que albergan las distintas tumbas, encontramos grandes cárteles informativos, dónde nos dice quién es la persona que hay enterrada y en definitiva su biografía, y su papel en la historia de Francia, y del mundo. Y aunque no lo parezca, son muchos los detalles en los que podemos fijarnos, como la pequeña inscripción en Braille que hay junto al nombre de Luis Braille (sólo junto al suyo), o el hecho de que haya tumbas con flores, ramos, y hasta «coronas». Es, por tanto, una visita interesante, y en la que no nos va a faltar información ninguna. En este aspecto, está muy bien preparado el Panteón.
Una vez «vistas» estas tumbas, algunas muy decoradas o recargadas y otras un tanto más sencillas sin ningún tipo de decoración, llega la hora de subir a la «sala» principal, darse una última vuelta, y fijarse en pequeños detalles (techos, suelos, capiteles, etc.), antes de abandonar completamente el recinto.
Mi opinión sobre el Panteón de París
Mi sensación, una vez terminada la visita, era que acababa de visitar uno de los rincones más importantes de París, y que había estado «relativamente» cerca de los principales nombres de la cultura y vida francesa. Para nada una pérdida de tiempo, y que se convierte, si uno lo sabe de antemano (aunque tampoco está mal descubrirlo en la propia visita), en una de las visitas más importantes que podamos hacer durante nuestra estancia en París.
La principal ventaja, hablando desde un punto más «turístico», es que, al ser tan grande, la visita se hace más cómoda y tranquila. Además, si tienes la Paris Musseum Pass, entras sin pagar nada, y mejor aún, sin tener que hacer cola (que, aunque no es muy larga, sí que suele haber). En último término, si no habéis comprado dicha tarjeta, el precio tampoco supone un gran desembolso. La visita cuesta alrededor de 8 euros (la normal), habiendo además distintas tarifas (grupo, jóvenes, etc.).
Por tanto, y para ir resumiendo, os dejo los principales datos del Panteón, para poder visitarlo cuando uno vaya a París, y así como mi recomendación personal de que no debéis dejar de verlo, pues merece la pena. Ahí van los datos:
- MONUMENTO: Pantheon.
- UBICACIÓN: Place du Pantheon, Quartier Latin.
- CÓMO LLEGAR?:
- Andando desde la Île de la Cité (Notre-Dame,Concergerie…), en dirección Rue de la Cité- Rue St.Jaques.
- En metro: Cardinal Limone (nos deja a una calle, por detrás). Línea 10.
- HORARIO: Tanto en invierno, como en verano, abre a partir de las 10h., y cierra a las 18:30 (T.alta)/18:00 (T.baja).
** Sin embargo, la entrada sólo es posible 45 min. antes del cierre. Es decir, que si llegas a las 17:45 ya no te dejan entrar. Esto hay que tenerlo en cuenta. Y una vez dentro, si lo visitáis por la tarde, tened en cuenta que lo que primero se cierra es la parte de abajo, dónde están todas las tumbas. Así que primero ver eso, y después veis el resto.
- ENTRADA: Tarifa normal son 8 euros, luego hay reducidas por grupo/edad. Con Paris Museum Pass es gratis.
- VISITA OBLIGADA?: Si tenéis tiempo, desde luego!!
Y poco más puedo decir. Espero que os haya gustado
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