Como «ancha es Castilla», je, je, seguimos por tierras de campos y vinos y llegamos hasta Medina del Campo.
Contenido de la Guía
Historia
Se alza sobre cimientos romanos, su nombre árabe se debe al caudillo Tarik, al que fueron arrebatadas por Alvar Fañez de Minaya, brazo derecho del Cid.
Muy antiguas y famosas son las ferias y mercados de Medina; en el siglo XV eran las más importantes de España, en ella se contrataba todo tipo de mercancías desde la buhonería hasta las piedras preciosas, incluidos los esclavos , los tejidos de lana y seda y las labores de cuero. Hasta aquí venían mercaderes de todas las nacionalidades y comienza a circular la letra de cambio.
También suele ligarse Medina con la Reina Católica, aquí transcurren los últimos momentos de su vida, pero durante todo su reinado es un punto de referencia constante donde se celebran acontecimientos de relieve: celebración de Cortes, preparativos para la conquista de Granada.
Sin embargo a mediados del siglo XVI su brillo empieza a eclipsarse: el desplazamiento de los mercados hacia las ciudades portuarias de la periferia, la expulsión de los judíos, los créditos al rey para la guerra de Flandes y el incremento de tributos fueron empobreciendo sus ferias y relegando la importancia de Medina.
El Castillo de Medina del Campo
Visitas guiadas de miércoles a Viernes a las 17:00 (marzo, octubre y noviembre) y a las 18:00 (de abril a septiembre). Domingos y festivos a las 13:00. La visita está restringida a la planta baja: patio, vestíbulo y capilla.
La fortaleza de la Mota esta situada sobre un promontorio que domina la villa, se compone de cuatro módulos bien diferenciados: la barbacana exterior que rodea la plaza de armas, la gran muralla de cubos almenados plagada de aspilleras, el cuerpo poligonal del castillo y la poderosa torre del homenaje. Todo el exterior es grandioso, pero lo más impresionante es el gran torreón fortificado y salvar el foso por el puente (qué fue levadizo) y cruzar el arco en cuyo frontal se mantiene el escudo de los Reyes Católicos allí colocado en 1482. Si nos acercamos observaremos que los ladrillos son más grandes que los corrientes, muy planos, separados por una gruesa capa de argamasa, combinación con la que se consigue el colorido peculiar del castillo.
En el interior se adivinan suntuosas estancias, desaparecidas casi por completo, aunque aún pueden verse arquerías, zócalos y lacerias mudéjares, y el «peinador de la reina», cubierta con bóveda de cañón y gótica cruceria en la que según la leyenda pasaba los días Juana la Loca a la espera de que volviera de Flandes, el hermoso archiduque de sus amores.
Como prisión de estado hay que destacar las estancias de Fernando, duque de Calabria, que aparte de la libertad, perdió sus esperanzas al trono de Nápoles, o el célebre César Borgia, ahora tan de moda por la peli, que por cierto aún no he visto, por lo que no sé si en ella sale descolgándose por una maroma desde un alto torreón para escaparse de esta prisión.
Además de mansión real y prisión de estado fue el castillo un bien guardado fortín. Durante las escaramuzas de las guerras comuneras, el obispo de Burgos manda sacar artillería en él depositada para batir lo muros de Segovia; la negativa de los medinenses trae consigo que Antonio de Fonseca, cabecilla y hermano del obispo, incendie la villa por los cuatro costados. Tras la tragedia, Segovia concede a los vecinos de Medina derecho de libre aprovechamiento de los pinares de Segovia de la madera que necesiten para la construcción de sus casas.
La Colegiata
Abierta todo el día.
El templo principal de Mediana fue siempre el de San Antolín en la gran plaza Mayor. En 1480 el papa Sixto IV eleva la iglesia a la categoría de colegiata. Eran los templos de esplendor económico y así no es de extrañar que se decida levantar de nueva planta un imponente templo que se comienza en 1502 por la cabecera y la torre siguiendo las obras a lo largo de todo el siglo XVI hasta completar un amplio edificio de planta rectangular de salón y tres naves cubiertas con altas bóvedas de complicada y hermosa tracería.
Del exterior destaca la piedra blanca de su fachada, rehecha en el siglo XVIII, el balcón desde donde se decía misa los días de gran afluencia de mercaderes y el torreón con el gran reloj que sustituyó en el siglo XIX al histórico carillón ferial que, procedente de los relojeros flamenco-alemanes, fue instalado en el siglo XVI.
El interior reúne una espléndida colección de escultura y pintura de los siglos XVI y XVII.
La visita comienza accediendo al templo por la puerta de la plaza. Una ojeada general nos permite hacernos una idea de las proporciones del templo y admirar las bóvedas de su planta de salón; es una lástima que la colocación central del coro, no permita contemplar de un solo golpe de vista el conjunto del templo.
Si desde la entrada vamos dando la vuelta a la iglesia, pasaremos ante una primera capilla presidida por una talla de Cristo atado a la columna. La siguiente, está cerrada por una reja de principios del siglo XVI y contiene un retablo plateresco con siete pinturas sobre tabla cuyos motivos principales son La Piedad y la Virgen con el Niño; la Asunción, el Abrazo de la Puerta Dorada, el Martirio de Santa Catalina. La capilla siguiente de grandes dimensiones, desde la que se accede al balcón de la plaza, es la denominada Pópulo, tiene también una reja del siglo XVI.
El altar del lado del Evangelio, inmediato a la capilla mayor, es una de las piezas que más me gustó, tanto por lo precioso que es, como por lo accesible, sin rejas ni penumbras que dificulten su visión. El retablo, sus pinturas y el relieve, forman un estupendo conjunto de la primera mitad del siglo XVI Destaca el relieve central de la Misa de San Gregorio, es admirable el contraste de la serenidad de los rostros con el movimiento que el escultor emplea para resolver la escena. Entre las ocho pinturas que completan el retablo hay dos que destacan especialmente: una Sagrada Cena y otra de un caballo entrando en una ciudad.
La capilla mayor, cerrada por una reja del siglo XVI, conserva valiosas obras de arte. El retablo mayor es una obra plateresca que cubre todo el frontal de la cabecera. También hay relieves y esculturas del martirio de San Antolin, de los donantes y de varios santos, relieves en piedra con escenas del Antiguo Testamento. Hay varias esculturas de otras épocas como una magnífica Virgen con Niño del siglo XV, una Inmaculada barroca y una talla representando a don Fernando de Antequera, el medinense que fue regente de Castilla y rey de Aragón, en memoria de quien se levantó la colegiata.
El altar del lado de la Epístola tiene varias pinturas entre ellas destacan: Sagrada Familia, San Juan Bautista, Santa Teresa y Santiago Matamoros en plena faena de limpieza de infieles.
La puerta situada junto al altar es el acceso a la sacristía y a la capilla de Quiñones, que no os debéis perder, pues allí se guarda la extraordinaria talla de LA PIEDAD DE JUAN DE JUNI.
El coro situado en el centro data de 1603, realizado en madera de nogal, dispone sus 53 asientos en dos órdenes de sillas que forman una U abierta hacia la capilla mayor. El coro alto tiene la misma forma ocupando el tercer tramo de la nave central; en él se puede ver la espléndida caja del órgano barroco que tuvo este templo respetada al transformarlo en órgano romántico a principios del siglo pasado.
En la confluencia del trascoro con la nave del Evangelio, está la puerta de acceso a la capilla de las Angustias, trazada por Alberto Churriquera, en un estilo que nada tiene que ver con el resto del templo. Los tres altares se apiñan en la cabecera representando fielmente el estilo rococó.
Las iglesias de Medina del Campo
Medina tiene un censo importante de edificios religiosos. No es extraño, pues en los años de prosperidad la villa tenía censados más de 300 religiosos entre curas, monjes, canónigos y capellanes. Los edificios, tienen una aspecto externo modesto con muros en los que abunda más el ladrillo que la piedra; sin embargo los tesoros que conservan en su interior son notables.
Iglesia de Santiago
Abierta de 18:00/19:00 (invierno) y de 19:00/20:00 (verano)
Es lo único que queda del Colegio y Noviciado de la Compañía de Jesús. Fue el primer templo que la Compañía tuvo en Castilla; se comenzó a construir en la segunda mitad del siglo XVI y consta de una nave con capillas a ambos lados comunicadas entre sí; bóvedas de crucería estrellada que cubren el templo y la sacristía.
En el prebiterio hay un retablo renacentista y los enterramientos de los personajes que protegieron la fundación. Destacan la capilla de las Reliquias y la Piedad flamenca que se conserva en la sacristía y un retablo de Alonso de Berruguete.
Iglesia de San Miguel
Abierta todos los días de 20:00/21:00. Los domingos está abierta todo el día, excepto a la hora de comer.
De la misma época del anterior. La portada de estilo renacentista muestra, en una hornacina la escultura de San Miguel; también se conservan en la puerta los herrajes de la época. La capilla mayor se cubre con bóveda de crucería con combados y claves decorativas colgantes. En el coro se encuentra la pieza de mayor valor un órgano barroco.
Los Conventos
Dominicas Reales
Tras entrar en el recinto girar a la derecha para acceder al torno por el que facilitan la visita al templo.
Ampara tras sus muros un templo de paredes de ladrillo: Santa María la Real. El interior muestra bóvedas de crucerías estrelladas. A los pies y en alto se halla el coro, cerrado con celosías de yeso, con los bustos de Fernando el Católico y el emperador Carlos V en los arcos, que recuerdan que fue fundación real de los Reyes Católicos. Pueden verse retablos barrocos y una pintura de Santa Catalina de Siena de la escuela de Zurbarán.
Agustina de la Magdalena
Avisar por el torno y el capellán nos acompaña a visitar el templo.
Posee una iglesia renacentista. Es una nave con gran arco triunfal de medio punto, coro alto a los pies, portada lateral adintelada y paredes decoradas con pinturas al fresco bien conservadas. Destaca el lado del Evangelio donde podemos encontrar en una capilla un retablo con un Calvario en el centro y los Cuatro Evangelistas obra de Esteban Jordán.
San José de las Carmelitas Descalzas
Avisar en el torno, pueden visitarse el museo y la iglesia.
Fachada barroca. En el interior podemos ver un museo de recuerdos de Santa Teresa que aquí fundó su segunda casa en 1567. En el centro de la iglesia está la lápida de los patrocinadores del convento.
El Hospital
Depende de un Patronato. Las dependencias están asignadas a diversos grupos, por lo que es bastante difícil de visitar. El capellán de la iglesia es el párroco de Santiago, podemos concertar visita con él.
Simón Ruiz fundo a finales del XVI el hospital que lleva su nombre. Comprende un edificio de austeridad escurialense que gira en torno a un gran patio e iglesia jesuística. Son muy interesantes las naves de enfermos, dispuestas en capillas-hornacinas, de modo que las camas van alojadas entre los contrafuertes, quedando así aislados los pacientes.
En la iglesia:
- Presbiterio: esculturas orantes de albastro de Simón Ruiz y sus dos mujeres y el obispo Lope de Barrientos, policromada del siglo XVI, el retablo mayor.
- Lado del Evangelio: Calvario del XIV, Virgen y San Juan del XVI, pintura de San Juan de la Mata (XVI) y retablo barroco con pintura de la Virgen.
- Lado de la Epístola: retablo barroco con pintura de Angel de la Anunciación (XVI).
- Coro: escultura de la Virgen y el Niño (XVI).
Los palacios y edificios civiles
De los Dueñas
Hoy Instituto Laboral por lo que pueden visitarse sin ningún problema el zaguán y el patio. Fue construido en los primeros años del siglo XVI por el doctor Beltrán, consejero de Indias, pasando en 1553 a la familia de los Dueñas.
La guía nos comentó que fue residencia ocasional del emperador Carlos V al cruzar por estas tierras.Su aspecto externo es bastante sobrio, edificado en piedra, con columnas, dintel y un gran escudo de los Beltrán.
En un extremo de la fachada, hay un torreón con mirador y escudos. Al interior se accede a través de un zaguán con artesonado mudéjar que sirve de entrada al gran patio de dos pisos de refinada arquitectura renacentista, con buenos medallones en las enjutas; también es muy bonita una sala contigua ornamentada con friso de yeso y adornos platerescos.
Las Carnicerías
Mercado público en activo.
Es un curioso caserón, sencillo y elegante, levantado en tiempos de Felipe II para albergar la carnicería oficial. Tiene tres naves separadas por arcos con columnas a la manera basilical.
Ayuntamiento
Fue reconstruido en el siglo XVII bajo el reinado de Felipe IV, su fachada se adorna con el escudo real y el heráldico de la villa.
Casa del Arco
Antigua Casa del Cabildo Colegial, se construyó hacia 1654 con fachadas balconadas a la plaza y a la calle Gamazo (bajo estos arcos han pasado siempre los toros en los encierros).
Palacio Testamentario de la Reina
Hace esquina con la Casa, según nos contaron Isabel La Católica dictó su testamente y codicilo en 1504.
Casa Blanca
En las afueras, a unos dos kilómetros está esta casa de campo renacentista, versión castellana de las villas italianas de tipo palatino; su exterior parece de un castillo, mientras que el interior con planta de cuadrado perfecto aloja una cruz griega. Tiene un patio interior porticado y cerrado, cuya parte alta está decorada con yeserías policromadas con veinticuatro figuras de personajes mitológicos.
Plaza Mayor de Medina del Campo
Enorme plaza porticada, formada por viviendas de tres plantas, con grandes balcones y huecos, presidida por la monumental colegiata, en uno de los extremos de la plaza; junto a ella el palaciego edificio del Ayuntamiento con doble balconada corrida, dos torreones esquineros y escudo central. Junto al Ayuntamiento, la Casa del Arco y completando el repertorio de edificios ilustres correspondientes al tramo no porticado de la plaza el Palacio Testamentario de Isabel la Católica.
Hay que imaginarse el colorido que tendría este marco en un día de feria, atestado por comerciantes, cambistas, tratantes, mendigos y gentes de armas, aunque todo estaba controlado por ordenanzas, así las ferias comenzaban con la Misa mayor oficiada al aire libre, desde el balcón de la colegiata, para que los comerciantes oyesen sin desatender sus negocios.
Para que nos se nos atragante tanto palacio, iglesia y retablo entre visita y visita podemos entrar a tapear en los numerosos locales de la plaza, os recomiendo:
- K. Mangas Restaurante: Rinconada, 2. Riquísimas croquetas y pinchos morunos. Si todavía os queda hueco después del aperitivo podéis probar el asado tanto de cochinillo como de cordero está buenísimo.
- Restaurante Continental: Plaza Mayor, 15. Para los que no os guste la carne, aquí la especialidad es el ajo arriero.
- Restaurante Alegría: Plaza Mayor, 35. No os vayáis sin probar los torreznos y la oreja en salsa.
Fiestas
La mejor época para visitar Medina es sin duda para las fiestas patronales del 2 al 8 de septiembre. Lo más característico son los encierros y las competiciones del «juego de la calva».
Museo de las Ferias de Medina del Campo
Me gustaría hablaros del Museo de las Ferias de Medina del Campo, tuve la oportunidad de visitar este lugar cuando se hizo una exposición de fondos artísticos y documentales que estaban relacionados con el mundo de las ferias, del comercio y el nacimiento de la banca en la Europa de los siglos XV y XVI.
Bueno, primero os comentaré dónde se encuentra este museo, está situado en una antigua iglesia, la de San Martín.
Este edificio fue instaurado en 1512 por Pedro de Ribera y María de Medina, que eran unos cortesanos de los Reyes Católicos.
En su función de Museo nos pilla su inauguración mucho más cercana en los tiempos, ya que concretamente fue en el año 2000 y ya os he comentado al principio que se fundamenta principalmente en torno al mundo de las ferias que tienen alcance internacionalmente celebradas en este lugar de Valladolid en siglos pasados, durante exactamente los siglos XV y XVI.
En sus salas nos podemos encontrar con una más que excelente colección de piezas de importante valor artístico, también importantes históricamente y documentalmente hablando.
Reflejan de un modo extraordinario la relación existente entre el comercio con la economía y la sociedad de aquella época.
Cuándo yo estuve, el Museo De Ferias de Medina del Campo se centró principalmente en los actos conmemorativos del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.
Ofrecía seis áreas dedicadas a los aspectos más importantes de las ferias medinenses. Estos seis espacios eran:
- Los Cambios y el Mercado del Dinero
- La Diversidad de Oficios y Mercaderías
- El comercio del Arte
- La imprenta y el comercio del libro
- La historia de las ferias
- Mercado de la lana y el comercio textil.
Lo que yo aprendí visitando este museo fue un poco más la historia de los azogues, los mercados, los escenarios urbanos que atendieron aquellos encuentros feriales a finales del Medievo y ya comienzos de la Modernidad…
También prestaron especial atención a la figura de Fernando de Antequera, que fue quién fundó las ferias de la Edad Media de comienzos del siglo quince.
Me gustó especialmente el Mercado de la Lana y el comercio Textil que explicaba como Medina llegó a convertirse en el gran centro de contratación textil de la época, todo gracias al comercio de sedas, lanas, lienzos, bordados…
Mención especial para el conjunto representativo de encajes castellanos, italianos, flamencos y el Pendón Real de Castilla que está elaborado de damasco carmesí, que era utilizado para las proclamaciones de nuevos reyes.
En cuanto al Arte estaba muy bien también, ya que tenían piezas de platería, joyería, obras artísticas, destacando principalmente un relieve de la Piedad, de Juan de Juni.
Jarras, capiteles, mosaicos, candiles…son los elementos que nos vienen a explicar la artesanía, la vida cotidiana, la arquitectura, el intercambio de culturas…Esta sala me gustó mucho, pero sobre todo a la persona que me acompañaba, ya que es alfarero y disfrutó mucho de todo esto de la artesanía y la cerámica.
Me gustó, por ejemplo, bastante el conjunto de figuras escultóricas del siglo VIII, que procedían del Museo Nacional de Damasco o también me acuerdo mucho del Cuadrante Solar de Córdoba, que es el reloj más antiguo conservado y que actualmente supongo que estará en el Museo Arqueológico de Córdoba…
La dirección de este Museo de Ferias de Medina del Campo es la siguiente:
C/ San Martín, 26 y el teléfono era 983 83 75 27.
La entrada valía 1,50 euros por persona, luego había precios especiales para grupos de más de 25 personas o para personas mayores de 65 años que era de 1 euro.
Los horarios era de martes a sábado de diez de la mañana a una y media de la tarde y de cuatro a siete de la tarde, mientras que los domingos y festivos el horario era de once de la mañana a dos de la tarde, vamos que cerraban los lunes.
No sé si estos horarios que os he dado habrán cambiado desde que fui.
En general me gustó mucho toda la exposición, es ideal para personas que aman el mundo de la Historia como yo.
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