Hoy os voy a hablar de un monumento digno de ser conocido: La Catedral de Sevilla. Es unos de los más importantes de la ciudad y está considerado de los templos de cristianismo más grandes.
Se encuentra en un entorno privilegiado flanqueado por la Av. de la Constitución, calle Placentines, Plaza del Triunfo y Plaza Virgen de los Reyes. A su derecha encontramos el Palacio Arzobispal. Frente a él se encuentra el Convento de la Encarnación, en la fachada opuesta a la Catedral está la Av de la Constitución y al otro lado el Archivo de Indias.
Entres sus varias entradas está la Plaza Virgen de los Reyes y la Puerta de Campanilla y la de Palos, por ella salen cada año las cofradías de Semana Santa, en su interior se encuentra la Capilla Real en la que está el último Rey árabe de Sevilla a los pies de Fernando III que acababa de conquistar la ciudad. En esta Capilla hay una urna de cristal y en ella se encuentra el cuerpo momificado del Rey cristiano Fernando, hoy patrón de la ciudad.
Su estilo gótico está asentado sobre una mezquita, la mayor de la árabe Sevilla que se construyó sobre el siglo XI y XII. Es el monumento más grande de nuestro país y el tercero en extensión del mundo cristiano. Se puede entrar por la calle Alemanes o por la puerta del Perdón al llamado Patio de los Naranjos, lugar en el que se encuentra una pila bautismal del siglo V.
También se puede subir a la Giralda, minarete de la antigua Mezquita árabe del siglo XII. Su campanario es cristiano y fue añadido por Hernán Ruiz en 1568. Desde allí se puede contemplar toda la ciudad en su plena belleza.
La altura que tiene la Giralda está sobre los 100 metros y al final de ella hay una veleta llamada popularmente como Giraldillo.
Después de la reconquista por Fernando III en 1248, la ciudad de Sevilla y tras muchos años de convivencia civil y religiosa se construyó la Catedral. Se comenzó en 1401 y fue Alonso Martínez quién dijo una frase muy popular y que decía así «Hagamos una obra tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos «.
Hoy día es el mayor templo gótico y ocupa una superficie de 22.700 metros cuadrados. Cuando se puede apreciar, recuerda la frase famosa del Cabildo de Canónigos, su majestuosidad es impresionante. Yo destacaría su Retablo Mayor de 18 metros de altura en la que se representa el antiguo y nuevo testamento con más de 1.000 esculturas, es algo espectacular.
Su riqueza artística es impresionante. Cuenta con unos de los más ricos tesoros eclesiásticos: su pinacoteca. Y hay obras desde el siglo XIV hasta hoy día. Hay de todos los pintores famosos de la historia como Zurbarán, Herrera, Goya, Grosso entre otros muchos. Creo recordar que hay unos 580 cuadros.
También destacaría sus Vidrieras son una maravilla, son bellísimas. La mayor de estas vidrieras fue realizada fundamentalmente en el siglo XVI , En 1930 se procedió a realizar una restauración general de estas vidrieras que habían llegado hasta nuestro siglo en precario estado.
La Patrona de Sevilla es la Virgen de los Reyes y se encuentra en ésta Catedral junto con Colón. Esta Catedral fue declarada Monumento Nacional en 1928 y en la Unesco en 1987 Patrimonio de la Humanidad. Hay otra entrada por la Plaza Virgen de los Reyes llamada popularmente Puerta del Lagarto, es verdad que hay un lagarto colgado en su techo y está disecado, yo lo recuerdo de toda la vida allí.
En su interior se encuentra los restos de Cristobal Colón que fueron traídos desde Cuba. La tumba está rodeada de cuatro heraldos que llevan su féretro a hombros y representan cada uno de ellos la corona de Castilla, León, Aragón y Navarra. En la Catedral hay infinidad de altares y capillas, difícilmente se puede hablar de todos ellos porque son muchísimos.
No quiero dejar sin comentar su maravilloso órgano Barroco, está tallado en madera y es antiquísimo. Cuando se tiene la suerte de poderlo escuchar (porque no siempre lo utilizan, solamente para grandes ocasiones), es un sonido digno de ser escuchado, te quedas parado al oir tanta belleza ya que es único en su género.
En esta Catedral, tanto en su interior como en su exterior hay para descubrir mucha belleza, en su interior están enterrados en su Capilla Real Fernando III, Beatriz de Suabía, Alfonso X, Pedro I, e infantes y otros miembros de la familia Real, hay muchísimos más pero la lista sería interminable.
Los horario de visita son de lunes a sábados de 11 a 18 horas la taquilla se cierra a las 5 de la tarde, el precio de la visita completa es de cinco euros y la reducida a 1,80, la entrada es gratuita para los menores de 12 años y para los estudiantes y pensionistas 1,20.
Mi experiencia
El transporte elegido para ir a Sevilla fue el tren, de manera que nos bajamos en Santa Justa y enseguida miramos las indicaciones para tomar el autobús adecuado que nos llevase cerca de la Catedral. En poco más de 10 minutos ya estábamos allí, y desde luego, lo que primeramente nos llamó la atención fue la larguísima cola que había para entrar. No olvidemos que la Catedral es Patrimonio de la Humanidad, y por ello, es normal que haya constantemente gente que quiere conocerla. A la cola se unía que hacía un sol de cuidado, así que nos tuvimos que armar de paciencia y unirnos a la espera…
En poco menos de media hora logramos acceder al punto de venta de los tickets. Para un adulto, el precio de la entrada es de 8€, sin embargo, existe la opción de tarifa reducida para estudiantes menores de 26 años y pensionistas. No pagarán nada por la visita los naturales o residentes en la Diócesis de Sevilla, los menores de 16 años acompañados de un adulto, los discapacitados y los desempleados. En todo caso, se deberá acreditar mediante documento oficial que se está en posición de disfrutar del beneficio del precio reducido o la entrada gratuita, como es costumbre. Para los más modernos, según he visto en la web de la Catedral, es posible reservar las entradas mediante Servicaixa. También existe la posibilidad de contratar una visita guiada por lo que te ahorrarás todas las colas y además te explicarán cómo es la Catedral de Sevilla al detalle.
Una vez se tienen los tickets correspondientes, ya toca visitar la Catedral. Ese día que estuvimos había una boda, por lo que estaba llena no sólo de turistas, sino también de invitados muy arreglados para la ocasión. Incluso habían acordonado una zona.
En un principio, lo más probable es que des a una zona donde se encuentran varias pinturas, la mayoría de ellas del Barroco. Más interesante me resultó el interior de la Catedral, pues siempre que estudiaba Historia en el colegio y el instituto, me decían que Cristóbal Colón estaba enterrado allí, así que no tardé en darme cuenta de que me encontraba justo delante del monumento donde se encuentran sus restos.
Sin embargo, lo más llamativo, sin duda, de la visita, es subir hasta lo alto de la Giralda. Se ha de tener algo de valor y un buen calzado, pues nos esperan 34 plantas que subir mediante rampas algo empinadas. Eso sí, en los primeros pisos está la opción de hacer una parada, ya que te puedes sentar perfectamente en el alféizar de la ventana. Una vez has logrado llegar a la recta final, es genial asomarte a los pequeños miradores que tiene la Giralda para ver Sevilla entera. Son estupendas las vistas desde allí. Además, te sorprenderás al mirar hacia arriba y ver el tamaño de las campanas, ¡son gigantescas! Es cuando te pones a contemplar la ciudad desde lo alto cuando te das cuenta que el esfuerzo realizado merece la pena con creces.
Una vez comienzas a bajar, tras haber hecho las fotografías pertinentes, lo suyo es darse un paseo por el Patio de los Naranjos, paseo que se hace aún más agradable si el clima acompaña, como fue en nuestro caso.
Si tenéis la oportunidad de visitar Sevilla y aún no conocéis la Catedral, os recomiendo que lo hagáis. Es una visita, que como os he comentado, no se hace nada pesada, vas a tu ritmo y como siempre, en lo que a hacer turismo se refiere, resulta muy gratificante conocer sitios nuevos, y más de tanta relevancia artística y cultura
Yo he disfrutado de ella en muchas ocasiones ya que nací en ésta ciudad , aunque últimamente no me encuentro en ella , siempre la llevaré en mi corazón.
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