San Sebastián tiene tres playas: la Concha, que es la más conocida por todos, la Zurriola (o playa de Gros para los foráneos), frecuentada por surfistas, y Ondarreta.
La de Ondarreta es la menos frecuentada, lo cual está muy bien pues en ella podemos plantar la toalla sin problemas.
Está en la zona del Antiguo, a dos pasos del Palacio de Miramar, del Peine del Viento, a la falda del Monte Igueldo y pegada a la playa de la Concha. En realidad, está unida de tal forma que hay gente que seguro que piensa que ambas son una sola playa. Las separa una especie de espigón de tal forma que si la marea es alta hay dos playas pero, si la marea es baja, las dos se unen formando una única y gigantesca playa.
Lo mismo que las otras dos playas, su arena es amarilla, muy fina, de gran calidad.
No es una playa demasiado castigada por las olas. Evidentemente, es el Cantábrico pero, tanto la Concha como la playa de Ondarreta están protegidas de las olas por la isla de Santa Clara que, al estar en medio de la bahía, para un poco su fuerza. Si se quieren olas y mar salvaje hay que ir a la Zurriola.
Una de las cosas que más me gustan de esta playa es que dentro de ella hay un parque infantil. Si vas con niños, éste es un gran punto a favor. Puedes estar sentado o tumbado tranquilamente mientras los niños juegan sin peligro. Incluso, si no es verano, sin necesidad de entrar en la playa, desde el paseo marítimo se les puede vigilar mientras ellos se divierten.
En verano suelen poner una piscina (más o menos junto al parque infantil). Ahí dan cursillos de natación para niños.
También por esa misma zona hay un bar, dentro de la arena, donde se puede tomar algo.
Es una playa a la que voy poco porque me pillan mejor la Concha o la de Gros, que son más céntricas. Pero reconozco que es la que más me gusta: por estar menos congestionada que la Concha y ser más tranquila y menos peligrosa que la de Gros.
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