Antequera

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Antequera es una ciudad que, con su conjunto histórico reúne una riquísima colección de arte compuesta por más de medio centenar de monumentos y edificios singulares de la arquitectura religiosa y civil que abarcan desde la Edad del Bronce hasta el siglo XVIII.

Tras pasar por ella muchos pueblos, especialmente romanos y musulmanes, y quedar integrada en la Corona de Castilla, la ciudad empieza a crecer fundamentalmente en la época renacentista y barroca (este último período el que dejará más huella)

Cómo llegar

Esta localidad esta situada a 46 kilómetros de Málaga capital. Es una ciudad histórica y monumental que esta situada en la ladera de la Sierra del Torcal.

Me limitaré a decir que desde Málaga hay que coger la autovía dirección Sevilla por la A-45. Desde Sevilla, obviamente, dirección Málaga por la A-92 y luego coger el desvío a la A-45. Desde Granada idem de lo mismo.

Los accesos a la ciudad son varios y todo está muy bien señalizado, no ha pérdida. La entrada que nosotros cogimos fue la primera que se ve en la A-45 y da directamente a la zona de polígonos y donde se encuentra la entrada a los dólmenes. Aunque nosotros la visita a éstos lo dejamos para otro día.

Una vez llegamos a Antequera seguimos los carteles de centro ciudad y metimos el coche en un parking de un centro comercial.

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Rutas para ver Antequera

Primera ruta

La primera ruta que os propongo discurre por la ciudad baja, partiendo desde la plaza de San Sebastián para concluir en la Puerta de Granada. En este camino encontraremos gran parte de conventos de clausura.

Pasaremos por la Colegiata de San Sebastián del siglo XVI ( con su torre de ladrillo (la más alta de la ciudad), la Casa de los Bouduré, el Arco del Nazareno y una fuente renacentista obra de Pedro Machuca.
Continuamos adelante y nos encontraremos el Palacio de los Marqueses de la Peña (de fines del siglo XVI) y dos conventos (la Victoria o los Mínimos y Santa Eufemia o las Mínimas) Después entramos en la plaza de Santiago con la iglesia de su mismo nombre y el convento de Belén (siglo XVIII) Nuestro punto de llegada de esta primera ruta es la Puerta de Granada (arco de ladrillo construido en 1748)

Segunda ruta

La segunda ruta que os propongo transcurre por la ciudad alta o parte antigua y partiremos de la Real Colegiata de Santa María la Mayor del siglo XVI, destaca por su grandeza y porque, desde ella, tendréis unas vistas preciosas de la ciudad)

Muy cerca, podremos ver la Alcazaba (declarada monumento nacional) Mientras seguimos camino, podemos ir observando las murallas de la ciudad antigua hasta que llegaremos al convento del Carmen (declarado también monumento nacional), el cual sólo conserva la iglesia así que entrad sin pensarlo.
Desde el Arco de los Gigantes llegaremos a la Plaza del Portichuelo, conjunto urbano de gran influencia barroca, con un primer plano de la capilla-tribuna de la Virgen del Socorro y la empinada calle de Santa María la Vieja.

Más alejado veremos la blanquísima iglesia Santa María de Jesús (que tuvo que ser reconstruida en el siglo XIX después de la invasión francesa) Siguiendo por la Cuesta Real llegaremos a la Puerta de Málaga (de marcado estilo musulmán y declarado monumento nacional), punto final de nuestra segunda ruta.
A partir del siglo XVI la ciudad se expandirá considerablemente por los conocidos caminos de Estepa y Lucena. Por estas zonas encontraremos muchos más monumentos como el convento de San Agustín (de Diego de Vergara), la iglesia y hospital de San Juan (del siglo XVII), el convento de Nuestra Señora de los Remedios y el Palacio Municipal (desde 1845 convertido en Ayuntamiento)

Justo un año después se empezó a construir la Plaza de Toros, situada más al norte (entrad en su interesante museo taurino)

Podría seguir hablando de muchos monumentos más, principalmente conventos e iglesias pero son tantos que quizás os llegue a aburrir con tanta «lección de historia». Aún así, para los interesados profundizaré sobre ellos en el siguiente punto.

Cuando queráis saliros un poco de la ciudad, os podéis acercar al Parque Natural de «El Torcal», donde podréis contemplar un magnífico conjunto de dólmenes y piedras de tiempos prehistóricos.

Iglesias y visitas de interés en Antequera

La ciudad de Antequera, su conjunto histórico, es sencillamente la conjunción de su pasado histórico plasmada en una riquísima colección de arte compuesta por más de medio centenar de monumentos y edificios singulares de la arquitectura religiosa y civil que abarcan o arranca en la Edad del Bronce y concluye en el siglo XVIII. Resulta una tarea difícil describir en unas pocas líneas los muchos siglos de historia que contemplan dólmenes, colegiatas, iglesias, conventos, palacios, arcos, puertas, castillo y alcazaba, capillas, ermitas, casas señoriales, palacetes y hasta la propia trama urbana. Y es que, tras pasar por ella tantos pueblos, especialmente romanos y musulmanes, y quedar integrada en la Corona de Castilla, la ciudad crece renacentista y barroca, siendo este último período el que más la marcará dejando grandes obras arquitectónicas y urbanísticas. Dado el número de monumentos y su complejidad, nos limitamos a efectuar unos breves recorridos a modo de rutas y la primera propuesta discurre por la ciudad baja, partiendo desde la plaza de San Sebastián para concluir en la Puerta de Granada. En este camino se encuentran la mayoría de los conventos de clausura de impenetrable apariencia externa y cargados de obras de arte en sus dependencias.

Así, podemos encontrar la Colegiata de San Sebastián y en el entorno urbano la Casa de los Bouduré, el Arco del Nazareno y una fuente renacentista trazada por Pedro Machuca en 1545. La iglesia data de mitad del siglo XVI con portada plateresca obra de Diego de Vergara (1548) y una torre de ladrillo -la más alta de la ciudad–, que construyó el maestro Andrés Burgueño entre 1701 y 1706. Su interior es un museo de pintura y escultura. El convento de la Encarnación (Carmelitas Descalzas), adosado la Colegiata de San Sebastián, con su iglesia morisca granadina de una sola nave y capilla mayor en alto y armaduras mudéjares.

El palacio de Nájera, hoy Museo Municipal, del siglo XVIII, destaca por su torre mirador como una de las más bellas de la arquitectura civil del barroco andaluz. El convento de las Catalinas (Dominicas) y su iglesia construida por Burgueño entre 1724 y 1735 con una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón y capilla mayor con cúpula semiesférica. El convento de San José (Carmelitas Descalzas), cuya fachada del propio convento e iglesia dan a la plaza de las Descalzas. La fachada de la iglesia es genuina representación del barroco antequerano y el interior de ambos edificios son auténticos museos por la cantidad y calidad de obras pictóricas colgadas.

El Palacio de los Marqueses de la Peña es de finales del siglo XVI y está construido bajo los cánones del mudéjar y el renacentista. Por su parte, el convento de la Victoria (Mínimos) cuenta con una iglesia del primer tercio del XVIII que se construyó siguiendo un esquema similar al de algunos modelos del barroco romano, de ahí que se considere que se aparta un tanto del resto de obras barrocas de Antequera. El convento de Santa Eufemia (o de las Mínimas) tiene a su vez una iglesia que repite la misma disposición del de la Victoria, aunque es algo posterior y tiene de peculiaridad que su planta es mixtilínea, lo que le confiere más dinamismo. Es de gran interés la cúpula que cubre la capilla mayor.La iglesia de Santiago, en la plaza del mismo nombre, presenta una curiosa fachada concebida como un atrio de dos pisos. El convento de Belén tiene su iglesia que data del siglo XVIII y presenta una sencilla fachada precedida de un compás. El interior presenta una rica decoración a base de escayolas y yeserías barrocas y guarda diversas obras escultóricas y pinturas renombradas. Como último hito de este primer recorrido está la Puerta de Granada, un gran arco de ladrillo construido en 1748 y a partir de la última restauración presenta como una imagen mariana en una sencilla hornacina. La cruz y los jarrones que rematan los extremos son aportaciones recientes.

La segunda de las rutas discurre por la ciudad alta o antigua, comenzando por la Real Colegiata de Santa María laMayor, declarado monumento nacional, que es sin duda el más significativo de la ciudad de Antequera por su grandiosidad y estar situado en una posición alta desde la que se domina todo el paisaje urbano y la vega antequerana. Fue construida entre 1514 y 1550 como primer ejemplo del renacimiento en un momento en que todavía estaba vigente el gótico, estilos que se conjugan en determinadas partes del majestuoso edificio en el que se utilizaron sillares procedentes de la Singilia romana, igual que en el Arco de los Gigantes, que data a su vez de finales del siglo XVI y que fue levantado sobre una antigua puerta nazarí.

Es de destacar que en la Real Colegiata, hoy sin estar abierta al culto, se creó la Cátedra de Gramática y Latinidad, origen del grupo poético antequerano del Siglo de Oro. Muy próxima está la Alcazaba, monumento nacional al que se accede desde la plaza de Santa María y de los Escribanos.

antequera

La mayor parte de las murallas conservadas datan de la primera mitad del siglo XIV y en su construcción se utilizaron materiales de la época romana. Por su importancia destacan las torres del Homenaje, Blanca y la Puerta de Málaga. El convento del Carmen (Carmelitas Calzados) tiene también la declaración de monumento nacional y en la actualidad sólo se conserva la iglesia, construida entre 1583 y 1633. Exteriormente tiene escaso interés, de ahí que el visitante quede extasiado cuando accede al interior y contempla la armadura mudéjar y los tres monumentales retablos de la capilla mayor, obra de mediados del siglo XVIII. Se conserva aquí, entre otras muchas obras de arte, una virgen gótica del siglo XIV y en su construcción se utilizaron materiales de la época romana. Por su importancia destacan las torres del Homenaje, Blanca y la Puerta de Málaga.

El convento del Carmen (Carmelitas Calzados) tiene también la declaración de monumento nacional y en la actualidad sólo se conserva la iglesia, construida entre 1583 1633. Exteriormente tiene escaso interés, de ahí que el visitante quede extasiado cuando accede al interior y contempla la armadura mudéjar y los tres monumentales retablos de la capilla mayor, obra de mediados del siglo XVIII. Se conserva aquí, entre otras muchas obras de arte, una virgen gótica del siglo XV regalo de los Reyes Católicos a la iglesia-mezquita de San Salvador, ya desaparecida. Desde el Arco de los Gigantes, siguiendo la calle de los Herradores, se llega a la Plaza del Portichuelo, conjunto urbano de » gran teatralidad barroca «, con un primer plano de la capilla-tribuna de la Virgen del Socorro y el desembarco de la calle escalonada de Santa María la Vieja. En un plano más profundo, la iglesia y espadaña de Santa María de Jesús como blanco telón de fondo. Esta iglesia perteneció a los frailes Terceros Franciscanos y tuvo que ser reconstruida en el siglo XIX después de la invasión francesa.

En el camarín del altar mayor se encuentra la imagen de la Virgen del Socorro Coronada, de gran devoción popular y uno de los pasos más señalados de la Semana Santa antequerana. Bajando desde el Portichuelo por la empinada cuesta Real se llega a la parroquia de San Juan Bautista, edificio de 1584 y traza manierista. En su interior destacan el retablo mayor y en la capilla de Animas la imagen del Cristo de la Salud y de las Aguas, de principios del siglo XVII, que es sin duda la imagen más venerada en Antequera.

La Puerta de Málaga está declarada también monumento nacional y constituye la expresión más característica del arte musulmán en la ciudad. En su frontal se abre un arco de herradura hecho en ladrillo. El interior de la torre alberga la ermita de la Virgen de Espera. La basílica de Santo Domingo es lo que queda del antiguo convento de los dominicos, obra del siglo XVII y XVIII. La nave central tiene un artesonado mudéjar policromado y en el camarín del retablo mayor de estilo barroco está la imagen de la Virgen de la Paz Coronada, también muy popular en Semana Santa. En la nave de la Epístola, entre otras, se halla la capilla de la Virgen del Rosario, con un suntuoso camarín barroco de comienzos de XVIII. Como consecuencia de la expansión urbanística de la ciudad a partir del siglo XVI, se abre un nuevo horizonte artístico en la parte baja que discurre junto a los antiguos caminos de Estepa y Lucena, hoy arterias urbanas importantes.

En esta zona se encuentra el convento de San Agustín y su iglesia, fechados entre los años 1550 y 1566 por el arquitecto Diego de Vergara. El primitivo artesonado de la nave central, desaparecido en el XVII, fue de diseño del gran Diego de Siloé. Esta iglesia tiene la segunda torre en importancia y en su interior resalta una amplia y profunda capilla mayor, cubierta con una bóveda de crucería gótica y remodelada en el siglo XVII con yeserías manieristas. Por su parte, la Casa de los Pardo lleva a gala tener la más bella fachada de la arquitectura civil antequerana y ejemplar interesantísimo del manierismo andaluz. El interior fue vaciado y hoy se dedica a oficinas.

La iglesia y hospital de San Juan es otro de los ejemplos arquitectónicos de finales del siglo XVII, de sobria fachada y un interior de un barroco exagerado. El convento de Ntra. Sra. de los Remedios es otro monumento nacional. Su iglesia, la de Los Remedios, tiene un altar mayor presidido por un enorme retablo barroco con columnas salomónicas cuya exuberancia choca nuevamente con la sobriedad y sencillez del exterior del templo. La imagen de la Virgen de los Remedios, patrona de la ciudad, es una escultura muy conseguida de comienzos del siglo XVI y restaurada a principios del XIX. Siguiendo el recorrido por la parte baja de la ciudad nos encontramos con el Palacio Municipal, antiguo convento que fue de los Terceros Franciscanos hasta la Desamortización de Mendizábal y adquirido en 1845 para ubicar el Ayuntamiento.

El patio claustral, las escaleras y el salón de plenos, más el despacho de alcaldía, son las piezas más representivas. Más al norte, la Plaza de Toros, construida entre 1846 y 1848, con su interesante museo taurino, y entre las muchas muestras de la arquitectura civil barroca hay que citar los palacios o casas señoríales de Conde de Pinofiel, del Conde de Colchado, del Conde de Valdellano, del Barón de Sabasona, la casa de los Colarte y el del Marqués de Villadarias, que es sin duda uno de los edificios más importantes.

Otro conjunto de conventos y sus iglesias son el de Madre de Dios (Agustinas), de mitad del XVIII y cuya iglesia está considerada como una de las mejores muestras del rococó andaluz; el convento de la Trinidad (Trinitarios Descalzos), (1672-1683), de un barroco muy clasicista; el convento de San Zoilo (San Francisco), de principios del siglo XVI y declarado monumento nacional. Su iglesia es del gótico tardío y fue remodelada en el siglo XVII introduciendo numerosas yeserías manieristas. En el interior, la nave central tiene artesonado mudéjar y guarda una colección de obras de arte como el retablo de tablas hispano-florentinas del XVI, la imagen de Jesús Nazareno de la Sangre y el llamado Cristo Verde, un crucificado de estilo gótico-renacentista.

Otros monumentos en este último recorrido por la ciudad son la capilla tribuna de la Cruz Blanca, dedicada a la Virgen del Socorro como en El Portichuelo; la parroquia de San Pedro, como uno de los templos más grandes y que junto con las iglesias de Santa María y San Juan Bautista, forman el conjunto de templos columnarios renacentistas. Entre las obras de arte conservadas en San Pedro destacan el baldaquino de la capilla mayor (1609) para la Colegiata de Santa María, y una Inmaculada de madera policromada de escuela napolitana.

De arquitectura religiosa también ha de mencionarse la iglesia de Ntra. Sra. de Loreto, en el antiguo colegio de la Compañía de Jesús (Recoletas), que comenzó a construirse en 1693 con monumental fachada de piedra. El interior del templo, que no está acabado en su crucero y capilla mayor, está ricamente decorado de abigarradas yeserías blancas. Fuera de la ciudad, camino de Málaga y Granada, se encuentra el conjunto de los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral. El primero está datado en una fecha próxima al 2500 a. C.; el segundo, de menores proporciones pero más perfecta construcción, data del 2000 a. C. y al tercero, el más evolucionado y con una larga galería y dos cámaras circulares desiguales, se le atribuye una antigüedad de unos 1800 años a.C. La visita a la ciudad de Antequera no estaría completa sin acercarse a ver el Museo Municipal, ubicado en el Palacio de Nájera , donde se guarda celosamente el Efebo de Antequera, pieza considerada como » la más bella salida del suelo peninsular » y probablemente de Europa, como se demostró en una exposición de bronces romanos en Berlín en 1987.

Otros lugares de interés, además del conjunto kárstico del Torcal y de la Peña de los Enamorados por la leyenda que encierra, son los vestigios arqueológicos de la época romana -Singilia Barba, recinto Capacheras, Aratispi, Carnicería, Los Moros, etc.-y una serie de complejos serranos, cuevas, etc…

Antequera en un día

Aparcamos el coche en el aparcamiento de un centro comercial , situado en la calle Diego Ponce. Calle que se encuentra a continuación de la Plaza San Francisco y que pilla cerca de casi todo. Nosotros, nada más salir del parking echamos un vistazo a la plaza San Franciso en donde nos llamó la atención una especie de claustro de monasterio reformado por Fremap y con una iglesia en su interior.

A continuación salimos por la otra entrada/salida del parking, C/ Diego Ponce y continuamos por allí hacia la plaza de toros, (aunque eso lo descubriríamos después) por la calle Cantareros. Toda esta zona está llena de edificios antiguos reformados para sedes gubernamentales, así como iglesias o conventos regentados por distintas órdenes de monjas. Ya que en Antequera hay un gran patrimonio religioso.
Nos podemos encontrar con:

  • el Convento Madre de Dios del siglo XVIII (Monjas Agustinas)
  • la Casa del Conde de Colchado (ss. XVIII – XIX) – Edificio adaptado para la Conserjería de agricultura y pesca.
  • la Plazuelilla Virgen de los Remedios donde hay una fuente y la parte posterior de la iglesia del mismo nombre, donde se puede ver una pequeña imagen de la virgen en una especie de puerta trasera.

Si seguimos andando llegamos a la Alameda Andalucía. Calle muy amplia que puede considerarse como el centro comercial de la ciudad donde hay un gran número de tiendas y algunos lugares para comer, aunque a nosotros nos parecieron caros. Esta calle desemboca en la Puerta de Estepa, situada al lado de la Plaza de Toros.

La Puerta o Arco de Estepa está en una rotonda que da paso a la circulación bien en sentido hacia Sevilla (recto) o hacia Málaga (a la derecha). Este monumento es reciente. Fue construido en 1998 con motivo de los 250 años de la feria de Antequera por Fernando VI; recuperando un monumento de la ciudad destruido en 1931.

A la derecha, encontramos la Plaza de Toros que data de 1848 aunque se realizaron una serie de reformas en los años 80 construyendo una nueva puerta principal de sombra pero siguiendo el estilo de la zona propio del s. XVIII. Después de estas reformas, el aspecto actual de la Plaza de Toros está bastante lejano al que se diseñó a finales del s. XIX.

En ese momento era ya la hora de ir buscando un sitio para comer… miramos en la Plaza Castilla pero alli sólo había una cafetería, aunque se debía estar muy bien al solecito. En la Alameda Andalucía también miramos pero como ya dije antes, nos pareció muy caro. Así que dimos la vuelta y cogimos la calle Infante Don Fernando «El de Antequera», paralela Diego Ponce y Cantaneros, hasta llegar a la Plaza San Sebastián. La verdad es que no nos informamos antes dónde comer en Antequera así que apenas encontramos ningún sitio. Suerte que en la esquina de la Calle Infante Don Fernando con la Plaza San Sebastián encontramos el Bar – Restaurante Chicón que ofrecía un menú por 10 euros. La verdad es que parecía más una cafetería que un restaurante o bar, pero luego descubrimos que tiene una subvención para adaptarlo a restaurante. Se comió genial, demasiado para mi gusto. Eran tres platos con bebida incluida. Todo casero y típico de la zona como puede ser las porrillas de setas o espárragos o carne en salsa de la zona. De postre, natillas, arroz con leche o flan.

Cuando salimos de allí, bastante «toneletes» tiramos para la Calle Encarnación, parándonos en el Coso Viejo donde pudimos ver el Palacio de Nájera y las torres y cimborrio de la Colegiata de San Sebastián y el Convento de la Encarnación. Pasamos por la Plaza de las Descalzas, donde hay un convento de las monjas de esta conocida orden, y seguimos hacia abajo. Donde encontramos una pastelería para comprar los típicos molletes antequeranos para desayunar al día siguiente y unos cuantos dulces. Por lo que pudimos ver, el cabello de ángel y el hojaldre son esenciales en la pastelería antequerana. Y podemos constatar que están buenísimos…!!!

Antes de llegar a la calle Carrera, giramos a la izquierda para llegar a la Plaza San Francisco que nos llevaba al parking. Cogimos al coche y nos dirigimos al parador. Creo recordar que realizamos el mismo recorrido que hicimos andando para girar a la derecha al llegar a la Plaza de Toros. Está todo muy bien señalizados y llegamos sin problemas, aunque antes nos paramos en una especie de mirador con jardines que permiten ver una bonita vista de las llanuras que se extienden dirección Sevilla y desde donde se puede ver el famoso «Perfil del Indio» que no es más que una montaña que lo recuerda. Del Parador no hay mucho que contar, otras ciudades tienen paradores más bonitos.

Luego intentamos encontrar los Dólmenes pero la verdad es que estábamos ya cansados y dimos demasiadas vueltas, así que decidimos volver a casita y probar la torta de cabello de ángel que habíamos comprado.

Por último os diré que en Antequera podéis comprar, sobre todo, artículos de cuero, esparto, vidrio, barro, mármol, fibras vegetales, hierro, madera, etc… Encontaréis muchos talleres que trabajan estos materiales.

Y en cuanto a la gastronomía de la zona destaca por su famosa repostería de convento (alfajores, angelorum, bienmesabe, higos con nueces, pastelillos de gloria, polvorones y mantecados)Para empezar bien el día tomaros un buen mollete (pan redondo muy tierno hecho a leña parecido al pan de hamburguesas pero sólo por la forma) acompañado de chanfaina o cualquier otro exquisito embutido típico. Si queréis podéis optar por desayunar porras (churros gordos)

Lo dicho, si queréis conocer Antequera, pillaros unos días y veniros a disfrutar

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