En la zona Norte de Madrid, concretamente en Moncloa se encuentra este en principio antiestético Faro, que no combina para nada con el entorno y que da una imagen de degradación de la zona.
Pero al margen de esta antiestética ubicación la gran ventaja que tiene este Faro es que se puede visitar. Por un módico precio un poco mayor de un euro, se puede ascender los 92 metros en ascensor panorámico, durante el cuál tienes la sensación de estar elevándote en un cohete que va a la luna hasta lo que es el mirador.
Es recomendable que el día sea de los más claros de los que se disfrutan en la ciudad de Madrid, porque entonces la visita será inolvidable y los aficionados a la fotografía, pueden gastar los carretes o la memoria de la cámara digital.
La vista es impresionante. Se tiene a sus pies el Cuartel General del Aire, el arco de la Victoria, el Parque del Oeste y toda la Ciudad Universitaria con sus facultades y escuelas. Se divisa a la perfección todo el complejo de la Presidencia del Gobierno.
En uno de estos dias superclaros, la vista de la Sierra de Madrid es genial, distinguiéndose todos los pueblos. Si continuamos haciendo el giro de las agujas del reloj, nos encontramos con el pequeño Manhattan, la Torre Picasso, la Torre BBV, que impiden que se vea el Estadio Santiago Bernabeu, pero destacan también las Torres Kio, otro de los símbolos de la ciudad.
Continuando en el sentido de las agujas del reloj, distinguimos los emblemáticos edificios de la Plaza de España, la Torre de Madrid y el Edificio de España y un poco más abajo, el edificio de Telefónica, objetivo de los bombardeos que desde la Casa de Campo efectuaban las tropas nacionales durante la guerra civil y el retiro.
Girando la vista a la derecha, tenemos casi a nuestros pies, el Palacio Real, el Teatro Real, el reloj de la puerta del Sol, y a lo lejos, se distingue el Cerro de los Angeles, en el término municipal de Getafe, y que dicen, es el centro geográfico de la Península Ibérica.
Observamos también la estructura del Estadio Vicente Calderón y más a lo lejos, en los días muy claros el Estadio del Rayo Vallecano.
Una de las ultimas vistas, antes de volver al punto donde hemos iniciado nuestro recorrido por la ciudad de Madrid y parte de la Comunidad de Madrid, es la Casa de Campo, distinguiéndose todos sus símbolos, el Lago, el Parque de Atracciones y el Zoo.
La visita puede durar todo lo que uno quiera. Para los que son de Madrid o viven en Madrid, que uno de los días excesivamente claros, cambien de planes y acudan al Faro de la Moncloa, para los que vienen de fuera, que aprovechen el día más claro que encuentren para dejarse caer, por este antiéstetico Faro, pero que permite ver una de las mejores vistas de la ciudad a vista de pájaro.
Opinión personal
Realmente se llama Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid, aunque se la conoce popularmente como el Faro de Moncloa, tiene 92 metros de altura y está situada en Moncloa.
Recuerdo de pequeña cuando iba a casa de mi abuela y veníamos a Madrid y pasábamos con el coche por Moncloa que veía como lo iban construyendo pero yo no sabía que se podía subir… pensaba que era como el Pirulí, un sitio privado digamos así.
El caso es que unas navidades muchos años después un amigo me dijo que me iba a dar una sorpresa y me llevó sin yo saberlo al faro de Moncloa, aluciné con lo que vi aquella tarde de Diciembre.
La vista desde allí es maravillosa y me impactó muchísimo.
Puedes ver a una lado la calle Princesa que es simplemente alucinante toda recta, con arboles y esos edificios tan bonitos, a otro lado el parque del Oeste y al fondo las facultades… al fondo casi donde se pierde la vista el otro lado de la ciudad… las torres Kio, la torre Picasso…
El Faro de Moncloa para mi es un auténtico tesoro que tenemos los madrileños porque no es un sitio que esté lleno de gente, de hecho te encuentras poca gente siempre en él.
La entrada cuesta 1.50 euros creo recordar (la última vez que fui fue en Abril del 2oo5) y con ella subes al faro en un ascensor panorámico (si tienes vértigo… te dará yuyu) y te puedes quedar allí el tiempo que quieras.
Arriba no hay bar ni cafetería, cosa que se agradece, simplemente es un mirador, donde aparte de todo hay un mural explicándote lo que ves.
Lo que más me gusta de todo, es la quietud que se respira allí, una de las veces que más recuerdo fue cuando sufrí un desengaño amoroso, un chico, mi primer amor, me dejó y fui allí a desahogarme, recuerdo que me senté en un rincón con mi diario a escribir y a intentar serenarme y serenar toda mi cabeza que estaba en ebullición… y viendo Madrid desde ahí, lo conseguí. Fue un momento importante.
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