Hoy os quiero hablar de uno de los lugares de referencia para los visitantes de la isla de Ibiza,…. se trata, del mercadillo de ES CANAR; junto con el de las Dalias, es el mercadillo hippie más famoso y castizo de la isla.
Desde que organicé el viaje a Ibiza tenia previsto visitar sus famosos mercadillos, y empaparme del autentico sabor hippie, pero por problema de fechas, regresaba un sábado, no puede ver el mercadillo de las Dalias; por lo tanto me tuve que conformar con visitar el de Es Canar, que es el miércoles.
Contenido de la Guía
Cómo llegar
Nos alojamos en la zona de Figueretes, muy próxima a Ibiza centro, desde nuestro hotel a Es Canar apenas habia 21 Km, claro que con el tráfico tardamos casi media hora en llegar.
Aparcamos el coche en el pueblo de Es Canar, en el paseo mismo, que por cierto me dejo fría, pues esperaba todo muy hippie, y es un pueblo de turistas como tantos hay en España,…lleno de chiringuitos de comida, y tiendas de souvenirs,…
El mercadillo está señalizado, así que decidimos ir andando dando un corto paseo, mas que nada por si había problemas para aparcar, por que no paraban de llegar autobuses.
Orígenes del mercadillo de Es Canar
En la década de los setenta, la zona de Es Canar, era solo un campo, en el término de Santa Euràlia des Riu, que los hippies eligieron para crear uno de los asentamientos mas grandes de la isla.
Años después, la zona se empezó a urbanizar y hoy alrededor del mercadillo no hay caravanas, ni tiendas, si no chalets y urbanizaciones…. El pequeño bar que existía en la zona se ha convertido en el club Punta Arabí un local enorme, alrededor del cual se ubican los puestos.
Datos Básicos
El mercadillo se celebra TODOS los miércoles del mes de abril hasta octubre entre las 10 y las 18 horas.
- Dirección: Club Punta Arabí.
- Que encontrarás: Toda clase de productos artesanos, ropa, zapatos, bisutería…
- Entre los Servicios de los que dispone hay bares, chiringuitos, restaurante, grill, pizzería y más.
Si vienes con niños pequeños, también hay disponible una guardería en horario de las 10:00 a las 17:00 horas en el apartamento 36.
Mi vivencia
Como podéis imaginar por los datos básicos, poco queda en la zona del reducto Hippie que era el foco de artesanos y artistas,… hoy adosado a la fama del mercadillo hay todo un negocio montando por y para turistas.
Como os digo fuimos andando, dando un paseo; nos sorprendió ver la cantidad de gente que había pensado como nosotros, pues íbamos en fila, como de romería,… vaya montón de gente y eso que eran las 10 de la mañana.
Al abandonar el pueblo todo son pinos; unos pinares magníficos… A la derecha, una gran explanada para aparcar, y a la izquierda la entrada del mercadillo. El aparcamiento es enorme; no se en agosto, pero en junio no había ningún problema para aparcar.
Cuando llegamos a la entrada muy bien señalizada, el bullicio era ya increíble,…mi marido sabiendo que me muero por las compras empezó a temblar,…
El primer golpe de vista fue alucinante,… no podía contar la cantidad de puestos que había, los olores, la música, los colores, era como estar en otra época.
Nos comentaron que el mercadillo llega a reunir 400 puestos todos los miércoles.
Comenzó nuestro paseo en el corazón del pinar, en una explanada hormigonada, este es otro detalle que da pie a pensar que el espiritu hippie, está ligeramente cambiado… aun así pudimos ver de todo, cosas preciosas de artesanía de todo tipo madera, metal, artículos reciclados, flores, lanas,…, ropa “ad lib”, que es moda ibicenca, prendas de algodón blanco o marfil, bordadas, con encajes, etc,… trabajadas de forma artesanal,…
Solo llegar, estuvimos mirando en un puesto de moda Ad lib, y me agencié una camisa blanca toda bordada por 20 €, no me parece mal precio pero artesana os aseguro que no era.
A medida que avanzaba nuestro paseo, nos dimos cuenta que entre artesano y artesano se colaban puestos de ropa, complementos, bolsos, camisetas, de estos que podemos encontrar en cualquier sitio playero y que de artesanía tienen 0,… En nuestro caso, que vivimos hace 10 años en una zona de playa, llena de puestecitos que en verano salen como setas, estamos cansados de ver los mismos artículos que nos ofrecían a un precio exagerado; claro que los negros, o los moros, que se reparten por la geografía española vendiendo sus cositas, aquí eran “artesanos”, ibicencos, que no desperdician una oportunidad de negocio en un sitio privilegiado y famoso como este.
De estos puestos fuimos pasando, y paramos solo a preguntar algunas chorradas por ver la clavada que les meten a los pobres extranjeros que se van felices con su “artesanía ibicenca”, made in China.
Por suerte si que hay auténticos hippies, que además de vender maravillas, no les importa perder un rato para charlar y contar anécdotas. Por ejemplo una señora que vendía plata, y que tenia pinta de estar bastante “colocada” nos contó que el mercadillo ha perdido el esplendor de los primeros años, en los que todos los vendedores que acudían eran artesanos que vendían sus trabajos, extravagantes y únicos. Hoy hay una mezcla, aunque bien fusionada de 400 puestos, de todo tipo…
Nos contó que está siempre rebosante de turistas y que los espacios para la venta son muy solicitados, y existe una larga lista de espera para poder participar.
El ambiente es magnifico, es un mercado bullicioso y muy vivo.
Paramos en el club, a tomar una Coca cola, y estaba a tope de gente,… el tío que lo montó tuvo un ojo increíble. El local es bastante grande. Los baños están fuera y son amplios y muy limpios.
No faltan los personajes extravagantes con sus puestos de piercing y los que hacen tatuajes, los que tallan la madera allí mismo, los que hacen ropa a mano, bordados,… Había puestos super curiosos como de “dediles” hechos con lana, (os pongo la foto), de zapatillas bordadas, de complementos realizados con materiales como tetrabricks, latas de coca cola, bolsas de plástico, etc.
Había un señor que hacia unos cinturones de madera alucinantes…pero el precio…Buf. El trato con los artesanos es difícil, que son hippies pero no tontos, el regateo prácticamente es nulo.
Después encontramos una serie de puestos “pijos”, serán hippies tuneados,…donde pudimos encontrar por ejemplo, faldas de preciosas sedas y brocados, a partir de la cintura y bolsillos de unos Levi’s,.. a unos precios de llorar, como 200 €… Aquí curiosamente aceptaban tarjeta de crédito.
Igual que este, había uno de alfombras, de sandalias,… a precios imposibles.
No puedo detallar puesto por puesto todo lo que me llamo la atención. Se que pasamos allí 4 horas, que se hicieron muy cortas. Fue muy divertido andar por los puestecitos, llenos de gente, arropados por el frescor de los pinos.
Gastamos 50 euros, y solo compramos tres cosillas,… los precios, no son nada baratos, de todas formas no te puedes ir sin comprar algo. Eso si, recomiendo que miréis bien, pues a veces encuentras lo mismo, o parecido, a mitad de precio,… me pasó con un collar de piedras.
A 300 metros de los puestos hay una playa bastante animada, pero nosotros, regresamos a por nuestro coche, y nos fuimos hasta Santa Gertrudis a comer en un sitio típico que ya os contaré en otra opinión.
Recomiendo esta visita al 100%; no podéis iros de Ibiza sin ver uno de sus mercadillos hippies, si no este, el de la Dalias, que actualmente esta más de moda y le ha quitado su puesto al de Es Canar, pues el entorno es mas salvaje, y tiene pocas edificaciones.
El ambiente es diferente al de cualquier mercadillo que hayáis conocido, como os dije, el entorno, los olores, la música chill out hacen que el espíritu hippie aunque “tuneado” siga vivo en Ibiza.
Y hasta aquí mi opinión, espero que os haya entretenido y os sea útil.
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