¿Viajas a Fuerteventura? A continuación te presentamos cuatro lugares que no puedes perderte en tu visita a la isla.
Contenido de la Guía
Corralejo
Se trata de una localidad situada en la costa de Fuerteventura y famosa por sus impresionantes dunas. De fácil acceso, se sitúa en el noreste de la isla. De camino por la carretera que lleva a Corralejo, en seguida se empiezan a distinguir grandes cantidades de arena, lo que indica que estamos llegando al Parque Natural de dunas de Corralejo.
Y es que, aunque la playa de Corralejo no es muy amplia, a sus espaldas posee kilómetros de dunas de arena blanca. Los coches se paran a ambos lados de la carretera para pasear y apreciar de cerca esta maravilla de la naturaleza. Un espectáculo que no hay que perderse por nada del mundo. Es como un pequeño desierto que se ha ido formando por los vientos que soplan con fuerza desde África arrastrando su arena hasta Fuerteventura.
El pueblo de Corralejo es pequeño pero posee un montón de restaurantes, bares y tiendas, situados alrededor de la plaza del pueblo, todo bastante económico. Por las noches hay bastante ambiente, más que en otros lugares de la isla.
También tiene un puerto pesquero desde donde salen algunos de los ferrys que llevan a la isla de Lanzarote o la isla de Lobos. Y es que Fuerteventura está al lado de estas dos islas, de hecho, podemos divisarlas perfectamente desde Corralejo. ¿Curioso verdad? Por lo que el trayecto en barco es bastante corto. Ofrecen excursiones para quien quiera visitarlas y pasar un día agradable en una isla vecina. Los billetes se compran en varios de los puestos que hay en el puerto.
Jandía
En el sur de la isla encontramos extensas playas que forman la península de Jandía.
La más famosa es la playa de Sotavento, situada en la costa este de Jandía. Esta playa es de visita obligada para cualquiera que pase unos días de turismo en la isla. Recuerdo que fue en el momento en el que iba en el coche de camino a Sotavento y empecé a distinguir el azul de la playa y las extensiones de arena, cuando entendí porqué decían que Fuerteventura es como el Caribe o, tal vez, mejor. Y bueno, yo no he estado en el Caribe, y por lo tanto no puedo asegurarlo, pero lo que sí diré es que la única diferencia que veo con las fotos que he visto del Caribe, es que en el Caribe hay palmeras, pero las playas de Fuerteventura no tienen nada que envidiar a las del Caribe. ¡Podemos estar orgullosos de esto!. Con esto no quiero menospreciar el Caribe, tan solo quiero enorgullecer a Fuerteventura, y desde luego, me encantaría ir algún día al Caribe. La extensión de Sotavento es de 28 kilómetros de arena dorada y agua cristalina, situada en una zona virgen. Es el paraíso donde cada año ser realiza el campeonato del mundo de windsurf.
En la parte occidental de la península se encuentran las playas de Barlovento y Cofete. A pesar de sus fuertes vientos y corrientes, y que por lo tanto no sea aconsejable bañarse, merece la pena visitarlas aunque sea sólo por contemplar sus magníficas vistas. Muestran un paisaje diferente que me sorprendió mucho. Encontramos un mar salvaje y enfurecido con gran cantidad de olas chocando contra la orilla de la playa, con montañas y nubes bajas a sus espaldas. El acceso a estas playas es difícil, se debe ir por una pista sin asfaltar varios kilómetros. Hay que tomárselo con calma, pero se puede parar durante el camino y visitar algunas de las playas vírgenes que hay, como por ejemplo la Playa de Juan Gómez, pequeña, cristalina y preciosa.
Cotillo
Cotillo se trata de un pueblo pequeño situado al noroeste de la isla. Lo más interesante son la gran cantidad de playas que posee ya que todas ellas son estupendas. Algunas son de difícil acceso, pero merecen la pena.
Además, para los que les gusten las visitas de faros, en el norte de Cotillo hay un faro que se puede visitar dando un paseo por los alrededores.
Betancuria
Situada en el interior de Fuerteventura encontramos un pueblo con mucho encanto, Betancuria. Es de visita obligada para todos aquellos a los que les guste el turismo rural. Su nombre proviene del conquistador francés Bethencourt. Es en este lugar donde se instalaron los primeros pobladores de la isla, los guanches. Se cree que lo escogieron por ser un lugar con mucha vegetación y agua. A parte de dar una vuelta por el pueblo, contemplando cada uno de sus rincones, se puede visitar su iglesia o el museo arqueológico, donde existen gran cantidad de pistas de los guanches.
También podemos sacar provecho por el camino hasta el interior de Betancuría ya que hay que subir por carretera y podemos parar en varios miradores donde se puede contemplar toda la isla.
Si te has quedado con ganas de más y estás buscando algo más cultural, no te pierdas los museos de Fuerteventura.
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