Mis últimas vacaciones las he pasado en Cadaqués. Hace diez años pasé un día allí y me quedé con un buen recuerdo y ganas de pasar más días, en concreto han sido siete.
Cadaqués es un pueblo pesquero de la comarca del Alt Empordà (Gerona) cerca de la frontera con Francia. Es el pueblo más oriental de la península y está situado en el Cabo de Creus, que además es Parque Natural.
Sobre todo es conocido por ser el pueblo donde Dalí y Gala vivieron durante más de 40 años, en concreto en una de sus calas, Portlligat y cuyos paisajes plasmó en multitud de cuadros. Su presencia allí atrajo a numerosos artistas, y actualmente sigue siendo un pueblo lleno de pintores, artistas, galerías de arte, etc.
También otros artistas como Picasso o Klein encontraron en este hermoso rincón fuente de inspiración… todavía hoy en la actualidad numerosos artistas viven en Cadaqués.
Recomiendo la visita fuera de temporada alta, o al menos no en agosto. Pasamos allí la primera semana y en la segunda aún venía más gente, con lo cual la tranquilidad habitual del pueblo se esfuma, se llena de gente y coches y hasta se complica ir andando por el Paseo Marítimo y el sueño si, como nosotros, reserváis en un hotel que da a la calle con más tráfico de Cadaqués (Av. Caritat Serinyana). Así que mi opinión va a estar basada en esta época del año, creo que las cosas cambian bastante fuera de este mes.
La oferta hotelera no me pareció muy amplia (es normal, es un pueblo de menos de 2.000 habitantes), reservad con tiempo, yo tuve problemas para encontrar sitio mirando un mes antes. En la web del ayuntamiento pedimos información del pueblo, y muy amablemente, nos mandaron a casa información sobre restaurantes, actividades, un plano del pueblo, etc.
Contenido de la Guía
Cómo llegar a Cadaqués
Llegar a Cadaqués no es difícil, aunque no rápido, está muy bien señalizado en la carretera. Para que os hagáis una idea desde Zaragoza se llega en unas 5 horas y es casi todo el tiempo autopista (A-2 y AP-7) (unos 20 euros en total). Está todo bien señalizado, siempre en dirección Gerona, y una vez pasada esta ciudad, se toma la salida 4 (Figueres-Roses).
Ya en esa salida pronto señalan Roses y Cadaqués y es cuestión de no perderse en la multitud de rotondas que hay hasta el desvío a Cadaqués. Hasta el desvío se va por una carretera de dos carriles en cada sentido. Desde el desvío la carretera cambia y se convierte en una carretera de montaña, con un carril estrecho para cada sentido, unos 15 kilómetros de subidas, bajadas y curvas y paciencia y cuidado, sobre todo si viene de frente el autobús que va de Cadaqués a otros pueblos.
Aquí el paisaje cambia, se convierte en montañas y valles y antiguas plantaciones olivos y parece mentira que la final del todo vaya a haber un pueblo blanco lleno de barcas para pescadores y pequeñas calas en un mar con multitud de tonalidades.
Justo en la entrada del pueblo se encuentra uno con el primer atasco. La circulación de vehículos está bastante restringida, realmente con coche sólo se puede ir por algunas calles anchas y por el paseo, por lo que han habilitado un parking a la entrada del pueblo. Si se va a pasar uno o dos días, que es lo que creo que hace casi todo el mundo que va allí, no hay problema en dejarlo en el parking, sale por unos 17 euros diarios. Pero si, como nosotros, se van a pasar bastantes días, se salía del presupuesto, así que el segundo día logramos aparcarlo fuera de allí (es difícil, pero si acierta con la hora, se puede).
Conociendo el pueblo de Cadaqués
Una vez situados en el hostal ya sólo nos quedaba recorrer el pueblo para conocer sus bonitas calles en profundidad, sus tiendas de artesanía, las galerías de arte, el museo. El pueblo está muy cuidado, todas las casas están encaladas en blanco, la mayoría de calles están empedradas (mejor con calzado cómodo). El paseo (nada que ver con cualquier paseo marítimo del mediterráneo) es una calle que rodea al pueblo por la orilla del mar, que en lugar de barandillas tiene pivotes para atar embarcaciones y por el que se puede ir de cala en cala y de plaza en plaza en un agradable paseo.
La playa principal (la más grande) es estrecha y llena de piedras. Andando por el paseo se encuentran más calas, más pequeñas, también con piedras y barcas, pero menos llenas de gente, En especial recomiendo la de Ca Conca, que está un poco más alejada (pero dentro del pueblo). Una vez pasada esta cala se puede seguir andando y llegar, tras una excursión de unas dos horas, al antiguo faro de Cadaqués, que los vecinos salvaron hace años de su demolición. El camino no tiene dificultad, el paisaje hasta allí es apenas sin vegetación, sin sombra, pero tiene mucho encanto, se ve el pueblo desde otra perspectiva y calas preciosas y vacías a las que la gente sólo puede acceder con sus barcos.
Me gustaron muchos las playas, pero si se quieren playas de arena fina y oleaje no es el sitio indicado para ir, pero si se quieren ver erizos, plantas cerca de la orilla, rocas y pececillos muy cerca de la orilla, es un buen sitio. Yo me hice un corte en el pie con una roca, así que mejor bañarse con calzado. Pero no hay peligro ninguno, en las calas no hay oleaje, de hecho había mucho turismo familiar con niños.
En la dirección contraria rodeando al pueblo se puede llega al Cap de Creus y a su faro. Nosotros fuimos en el trenecito que sale de Cadaqués y va hasta allí pasando por Portlligat y cruzando el Parque Natural. Es una excursión muy tranquila, de unos 20 km, una buena forma de ir al Cabo y de ver el paisaje rocoso del Parque, las preciosas casas y las pequeñas calas. Vale 14 euros. Desde allí hay unas vistas increíbles y es el punto más al este de España.
Una visita obligada es la casa de Dalí, en Portlligat, es obligatorio reservar con anticipación en la web de la Fundación Dalí o por teléfono. Hay gente que no lo hacía, pero no lo recomiendo. Es muy interesante ver como vivía una personalidad tan atípica como la de Dalí. La entrada vale 8 euros.
Otra visita obligada es el Museo Dalí, en Figueras, (ciudad natal de Dalí) está sólo a unos 20 kilómetros, pero hay unos atascos increíbles en la entrada a Figueres.
El turismo predominante en la zona proviene de Francia, Holanda y Alemania, así que, aún siendo muy distinto a otro turismo del Mediterráneo, la parte de la plaza principal es un poco más turística, con tiendas más playeras, restaurantes más típicos, etc. Por algún extraño motivo, la mayoría de turistas se quedaba sobre todo por esta zona en lugar de pasear por las calles, las otras plazas del paseo y conocer otros establecimientos y otras calles.
La gastronomía de la zona es eminentemente marinera: destaca el tradicional suquet de pescado, arroz a la cazuela o la sepia con guisantes… para chuparse los dedos… también hay buenos vinos con denominación de origen de la zona. Los restaurante más cercanos la playa no los llegué a probar porque, sobre todo, eran de pescado, raciones, etc. (tenían bastante buen pinta algunos aunque eran un poco caros). Recomiendo callejear, alejarse del bullicio y buscar otros establecimientos pequeñitos con mucho encanto, buena comida y buenos precios.
Totalmente recomendable una visita a este pueblo tan bonito, recomiendo callejear mucho y mirar el mar.
Imagen – Anthiro 57 (Wikipedia)
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