Me habían hablado muchas veces de la «playa de las dunas» de Tarifa. Yo recordaba haber estado de pequeña pero tampoco creí que fuera tan espectacular, me acordaba de alguna duna, pero vaya, que no era para tanto. Mi opinión sobre el lugar cambió radicalmente cuando llegamos allí.
La zona es muy salvaje, por lo que hay que ir en coche y aparcarlo junto a la carretera en medio del campo/playa y luego ir andando. Tuvimos que subir una duna para acceder a la playa. Cuando alcanzamos la cima me quedé absolutamente boquiabierta. ¡Qué paisaje tan maravilloso! Te sientes como estar en pleno desierto, con unas enormes dunas que llegan hasta el mar. Apenas hay gente.
A lo lejos se ven muchísimas «kites», que es como hacer surf atado a una cometa y saltan un montón. Nosotras caminamos sin rumbo, investigando la zona. Tuve un poco de miedo por si nos perdíamos. Las dunas eran todas iguales y creí que sería difícil encontrar el coche a la vuelta. Bajar las dunas era muy divertido, ¡era casi como esquiar!
La playa Punta Paloma está situada al sur de la península, mas concretamente en Tarifa (Cádiz), en la parte del atlántico a pocos kilómetros del pueblo.
Sus arenas son muy claras y finas, sus aguas muy azules y transparentes y de poca profundidad. Es fácil encontrar la playa por que sólo hay una carretera por esos lugares, mientras estes atento al desvío, luego sólo tienes que seguir las indicaciones, pero vamos con las dunas que tiene que se ven desde muy lejos no tiene pérdida.
Cerca hay 2 camping, uno que esta justo enfrente de la playa, y otro un poco mas lejos, pero en el mismo desvío que conduce a la playa, ese es el camping punta paloma, que está bien calidad-precio. Si vas a ir un fin de semana de agosto no estaría mal reservar, aunque yo nunca he reservado y siempre he encontrado sitio, pero se llena.
La playa tiene bastante arena, así que prepárate para darte un paseo desde donde aparcas hasta la a orilla. Tanta distancia hace que no haya problemas para la gente que quiera jugar un partidillo o también mucha gente vuela su cometa. Pero lo que más hay es gente haciendo windsurf, o la nueva modalidad con cometa.
En esta playa no te aburres, tienes las dunas para subir y disfrutar de las vistas, lo normal es que este despejado y veas la punta norte de África, eso si, cuando subas si bebes un poco de agua y llevas una gorra mejor.
Tras andar un largo camino llegamos a las rocas que estábamos buscando. Mi amiga había estado en verano y había usado unas piedras que hay allí. Esas piedras al mojarlas se convierten en una especie de arcilla, que al parecer es buena para la piel. Pues allí nos embadurnamos e hicimos el tonto. Fue muy divertido. Había unos extranjeros allí mirándonos con cara extraña y cuando nos fuimos fueron corriendo a la roca de donde habíamos sacado la arcilla y la comenzaron a utilizar
Si paseas hasta el final de la playa verás un caño de agua potable antes de que termine la playa, y luego al final, antes de llegar al lugar dónde está la gente echándose barro en el cuerpo. Lo que tienes que hacer es coger la piedra seca q hay, mojarla y machacarla para convertirla en barro.
Justo encima hay una antigua torreta de vigilancia, por que es un sitio perfecto para ver los barcos que pasan por el estrecho (que debería de llamarse estrecho de tarifa y no de Gibraltar). Pero no te recomiendo que subas, esta lleno de cristales.
Trepar las dunas para regresar fue muy agotador. Los pies se hundían y casi no avanzábamos. Además hacía mucho viento. Me sentí como un tuareg del desierto, je je… Finalmente alcanzamos la carretera y no encontrábamos el coche, pero caminando al final topamos con él. Se nos quedó la rueda enterrada en la arena y casi no pudimos salir. Menos mal que apareció una pareja de alemanes y unos franceses que nos ayudaron. ¡Esto sí que era cooperación internacional!
Mi conclusión es que es una playa maravillosa. No está nada explotada, es totalmente salvaje y es como estar en el paraíso. El único contratiempo es que hace bastante viento, pero eso es parte de su encanto. Os recomiendo que vayáis, ya que el paraíso está mucho más cerca de lo que pensáis.
Por cierto si vais clavad bien la sombrilla sino queréis verla volar.
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