La Playa La Barrosa se encuentra en Chiclana de la Frontera, en la provincia de Cádiz, y en la urbanización con el mismo nombre, La Barrosa.
Se encuentra bastante alejada del núcleo de Chiclana, es más bien una zona turística donde predominan los complejos de bungalows.
La urbanización Novo Santi Petri, con grandes hoteles y campos de golf queda muy cerca, y es una buena opción si deseas pasar tus vacaciones.
Contenido de la Guía
Cómo es la Playa La Barrosa
La playa de la Barrosa posee la bandera azul, muy merecida por su gran calidad, tanto en la arena como en el agua.
La arena es dorada y el agua describe un color turquesa cristalino los días soleados. Para enmarcar la foto del brillo del sol en el agua. Tiene unos 8 kilómetros de arenas doradas y finas, que debido a las grandes subidas y bajadas de la marea, se encuentra en algunas partes algo endurecida, por lo que cuesta pinchar la sombrilla.
Hay alguna parcela de sombrillas y hamacas para alquilar, pero es tan espaciosa que rara vez está masificada, aunque también depende de la zona, porque junto al puesto de cruz roja si hay más concentración de personas, pero por la mayoría de zonas suele estar muy tranquila.
Hay una parte de ella, urbanizada, con duchas, que tiene paseo marítimo, con chiringuitos y zona de aparcamiento, y otra virgen, con una zona preciosa de rocas, donde la gente suele ir a buscar cangrejos. Si te acercas a esta zona, recomiendo llevar algún calzado.
Me llamó la atención que además de lo típico que ya te venden por las playas, como vestidos ibicencos, refrescos,..vendieran camarones cocidos y tortillas de camarones, buenísimas las dos cosas.
Los precios de la zona suelen ser los normales tratándose de una zona costera y turística, algo elevados pero normal en estos casos.
El agua está fresquita, no olvidemos que esto es el Atlántico. A mí me parece la temperatura ideal: Ni la tiritona del Cantábrico ni el caldito del Mediterráneo que ni refresca ni nada.
Es bastante sensible a las mareas: Puede ocurrir que haya que cambiar de ubicación varias veces al día. Tampoco cubre mucho, necesitas adentrarte muchísimo para que el nivel del agua te cubra.
Hay muchos servicios y ocio adicional: chiringuitos, motos de agua, torneos de volley-playa, paseo en catamarán… Además en la primera y segunda pista hay restaurantes y pizzerías para quienes no quieran comer en el típico chiringuito.
El único inconveniente es cuando sopla el viento de Levante, puesto que las olas rugen con furia y es recomendable no alejarse mucho de la orilla. Aparte de que te comes toda la arena. En días de Levante, es mejor buscarse una alternativa a la playa.
Y por favor, no os perdáis la puesta de sol. En agosto el disco de la vida cae sobre el Castillo (situado en una isla) Es un momento estupendo para hacer fotos, y por qué no decirlo, para reencontrarse con uno mismo (me estoy poniendo muy espiritual, jajaja). Si os apetece, os recomiendo encarecidamente que disfrutéis de este paseo en barco al atardecer porque es un recuerdo que se os grabará en las retinas.
Ocio y chiringuitos
Parte de la vida nocturna de Chiclana se desplaza a los bares de copas de la segunda pista. Es una marcha muy sana, con precios bajos en las consumiciones y música entre pachanguera y popera-operación triunfo. En los parkings se suele practicar botellón. A ver, no esperéis nada en plan glamouroso o en plan destroyer Ibiza. Los chiringuitos son fieles al carácter gaditano de buen rollito, buen ambiente y pocas concesiones a la galería. Es decir, tal vez para un grupo de chavales/as que quiera mucha marcha y tal, es mejor que vayan a Conil de la Frontera o a Cádiz Capital. Pero si vas en plan parejita o todavía sois jovencitos (16-20 años), con los bares a los que me refiero vais bien sobrados.
Quisiera destacar el chiringuito Bongo Chiclana, situado en el poblado antiguo de Sancti Petri (no confundir con la urbanización de lujo Novo Sancti Petri), que en verano organiza fiestas con música caribeña en vivo, un ambiente para toda la familia.
En cuanto a la manduca, pues lo típico por la zona: mucho pescaíto frito (os recomiendo el cazón), y algunas variedades de la tierra como el atún encebollado y la carne al toro (estofado picante) Es barato y las raciones abundantes (aunque con el boom del turismo se están empequeñeciendo) Recomiendo visita a un chiringuito llamado Bar Flotante, en el poblado de Sancti Petri, y a un restaurante llamado Manguita (en el pueblo de Chiclana) El pescaíto frito se suele acompañar con un vino fino llamado Barbadillo, que se hace allí y se toma fresquito. A ver, para gourmets en el tema del vino, absténganse, que no deja de ser un vino de pueblo, pero es graciosillo.
El pueblo de Chiclana es una villa marinera con las típicas casas andaluzas encaladas (no en vano el «lema» de Chiclana es «blanca y marinera»), surcada por el río Iro. Tiene un casco antiguo interesante, pero el verano pasado estaba en obras y aparcar en el centro es un auténtico infierno. Los que vayan por primera vez pueden echar un vistazo.
Por último quiero comentar la evolución que he visto en La Barrosa desde 2001, año en el que fui por primera vez hasta el año pasado. He podido comprobar cómo la afluencia de turistas se ha disparado, aunque todavía hay sitio para muchos más, dado el tamaño de la playa.
Bueno, como veis una opinión apasionada, y no es para menos, al tratarse, sin duda, de mi playa favorita.
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