Ya estamos a mitad de agosto, y ya he hecho la primera de mis escapaditas veraniegas por Alicante, aprovechando que el viernes fue fiesta, estuve en la localidad de Villajoyosa, aquí en Alicante, y que dentro de lo que cabe, me pilla más o menos cerca de donde vivo.
Ya había estado otras veces, pero en esta ocasión he aprovechado para darme un paseo por la localidad….por sus principales calles, por el paseo marítimo y por el casco antiguo, pero antes quiero contaros un poco acerca de este pueblo alicantino, para que os animéis a visitarlo…
Contenido de la Guía
¿Dónde se encuentra?
Villajoyosa, o también conocida como «La Vila», se encuentra anclada en la costa levantina, y más concretamente entre las localidades de El Campello (por el sur) y Benidorm (por el norte), de la que está prácticamente al lado (de hecho, desde el puerto de La Vila tenemos unas vistas espléndidas de Benidorm).
Llegar hasta ella es fácil, ya sea a través de la carretera que lleva a Valencia, la N-332, en el caso de que vayáis en coche, o bien cogiendo el tranvía (la mejor opción, ya que pasa de forma contínua) o el autobús (hay autobuses que partiendo de la Estación de Alicante llegan hasta Calpe, pasando por Villajoyosa y Benidorm). No tiene pérdida, y si estáis por Alicante, es una escapada que merece bastante la pena.
Conociendo Villajoyosa
Villajoyosa es una de las localidades alicantinas más conocidas, y así como una de las más turísticas, ya sea por su encanto y sus arraigadas tradiciones o también por su cercanía a la «megaturística» Benidorm. Se trata de un pueblo pegado al mar, literalmente, y con una férrea tradición marítima que juega en todos los puntos clave de su historia y su desarrollo.
De hecho es el típico pueblo marinero del Mediterráneo, y aunque tiene más de 30.000 habitantes y es frecuentemente visitado por turistas, es bastante tranquilo y acogedor. En él se pueden diferenciar dos partes. Por un lado la parte antigua del pueblo, dónde se encuentra el casco histórico (en él os toparéis con la típica foto de Villajoyosa) y que es la que queda más al sur (llegando desde Campello y entrando al pueblo). Nada más entrar a Villajoyosa lo haréis a través de un gran puente que se alza sobre el río Amadorio, el río que «atraviesa» el pueblo, y en cuyo cauce encontraréis la famosa hilera de casas pintadas de diversos colores que tanto representa a este pueblo alicantino. Una verdadera postal, y la primera foto que tenéis que hacer para guardar un grato recuerdo de la visita.
Pero si «La Vila» se caracteriza por algo, eso es precisamente por el importante crecimiento que ha desarrollado en la última década. Es por ello que en el pueblo se diferencia una parte más moderna, dónde se encuentra el Club Náutico y así como el puerto. Si vais o ya habéis estado, notaréis esta diferencia conforme vayáis recorriendo el paseo marítimo.
De todos modos aquí no vais a encontrar grandes bloques de apartamentos, rascacielos, enormes hoteles, etc., como en la vecina Benidorm, no. Los hay, pero en su justa medida, podríamos decir, con lo que no se estropea el encanto del pueblo (que es mucho) y se goza de una mayor tranquilidad, al no haber tanta masificación.
Antes de pasar al siguiente punto, os doy dos datos importantes por si so animáis a visitar Villajoyosa. Son:
- www.villajoyosa.com (la página web del ayuntamiento).
- Telf. de la Oficina de turismo: 966851371.
¿Qué ver y qué hacer en Villajoyosa?
Uno de los encantos principales de La Vila es su pintoresco casco antiguo, el cual se ubica dónde antes había una ciudad ibérica. En él hallaremos decenas de casas pintadas en colores vivos, tanto en el interior del casco, como en la parte que da al mar. Como ya he dicho antes, la hilera de casas pintadas más famosa es la que queda junto al cauce del río, y que podemos ver cuando pasamos por el puente que da acceso al pueblo. Sin embargo, hay otra hilera de coloridas casas también muy famosa, y quizá la que antaño ejercía una función más importante. Se trata del conjunto de casas que se encuentra frente al mar, junto al paseo marítimo, y que según algunos lugareños, servía como punto de referencia para el regreso de los pescadores al puerto.
Es un casco muy bonito, con callejuelas, cuestas, y sobretodo con preciosas (y cuidadas) fachadas. Es, por tanto, uno de los grandes encantos del pueblo, y por ello no debe faltar un paseo por el mismo….descubriendo todas esas calles y casas que tan bien cuidadas están, en la gran mayoría de los casos.
Pero no sólo debe faltar un paseo por el casco histórico, también debéis visitar la iglesia (el interior merece la pena), pasar por la «Creueta» (una cruz ubicada en la Plaza de Juan Carlos I, y que simboliza el paso de un antiguo camino por la zona), disfrutar de la tranquilidad y las zonas de ocio que nos ofrece el Parque Censal (que se extiende desde el paseo marítimo hasta la carretera que atraviesa el pueblo, en la parte alta), ver la Ermita de San Bartolomé (con más de 100 años a su espalda), recorrer el paseo marítimo de punta a punta (una gozada si lo hacemos en pleno anochecer), darse un agradable baño en sus playas (de las que os hablaré más tarde),…
También podéis pasaros por dos de sus principales museos, como son el Museo Municipal y el Museo Arqueológico (ubicado en la Casa de la Cultura), dónde os explicarán los orígenes de la villa, su historia más reciente, sus tradiciones, etc. Si tenéis tiempo pasaros.
Pero hay algo, además del casco histórico, por lo que Villajoyosa es nacionalmente conocida, y es por su larga tradición chocolatera. En La Vila se encuentran varias fábricas de chocolate y así como un museo del chocolate, toda una delicia para los amantes de este manjar. Para los interesados, deciros que si vais por la localidad, no debe faltar la llamada «Ruta del Chocolate». En dicha ruta hay varias paradas, como son la Fábrica y el Museo Valor (donde os harán un recorrido por la historia del chocolate, las formas de trabajarlo, la elaboración de los chocolates Valor, etc., y donde podréis hasta degustarlo, lo incluye en la entrada) o la Chocolatería Valor (la primera de una serie de establecimientos). Una ruta chocolateada la mar de deliciosa y original. Pero dentro de la ruta, también podéis visitar otras fábricas que trabajan con el chocolate. Ruta obligada dónde las haya.
Cómo veis hay muchas cosas que ver y que hacer, estando el entretenimiento asegurado, y siendo apto para toda la familia.
Las playas y el paseo marítimo
Éste es otro de los puntos fuertes del pueblo, sus playas. Unas playas de arena fina en las que darnos un buen baño, y que se caracterizan, a diferencia de otras playas de la provincia, por no llenarse tanto, lo que supone una gran ventaja (aún así, sigue habiendo bastante gente, no os voy a engañar).
Éstas playas gozan de «casi» todas las comodidades….desde buenos accesos (con rampas y pasarelas), zonas de recreo e infantiles, pistas de voley, papeleras, duchas para los pies, alquiler de hamacas, hasta zonas de sombra (con palmeras, repartidas a lo largo de la arena) y unas vistas increíbles. Tened en cuenta, eso sí, que no es como la playa de San Juan o la del Postiguet de Alicante, en las que te metes muy dentro y sigues haciendo pie…aquí es un poco más profunda (de ello queda constancia en la cercanía de las boyas a la orilla), con lo que debéis tener más cuidado y atención.
Pero junto a la playa lo mejor es el largo paseo marítimo, dónde ponen puestos, y que prácticamente está en la playa (hay unas barandillas de madera, nada más), con lo que las vistas son increíbles y un agradable paseo está más que asegurado. Si podéis, daros una vuelta al anochecer, ya que el ver como la luna va tomando protagonismo junto al mar, es una panorámica inigualable.
Fiestas
Si sus playas eran uno de los puntos fuertes, sus fiestas lo son en igual o mayor medida. Unas cuantas fiestas que se suceden a lo largo del año, y entre las que destacan la fiesta de «Moros y Cristianos» (con la famosa representación del desembarco moro en las playas de La Vila) que tiene lugar en julio y en honor a Santa Marta, la festividad de San Juan en junio o el mercadillo medieval que tiene lugar en abril, en pleno casco histórico.
Pero no son las únicas, y si por algo se caracteriza Villajoyosa, es por ser un pueblo festero y fiel a sus tradiciones. Muchas de estas fiestas, por cierto, son de tipo gastronómico, algo de lo que os hablo a continuación…..su rica gastronomía…
Gastronomía
Como en el resto de la provincia alicantina, la gastronomía de La Vila está basada sobretodo en el arroz, el pescado, las verduras…por algo hace honor a su tradición mediterránea. Son típicos los arroces a banda, los guisos, el pescado en todas sus variedades, la «Pebrereta» (un plato típico, y riquísimo, que se compone de pimientos, tomates, ajos, aceite o calabaza, entre otros), los salazones, etc. Eso en cuanto a los platos principales, ya que en lo referente a los postres, el rey es el chocolate (el producto más famoso de Villajoyosa), junto a los helados o la horchata.
Una gastronomía rica y variada dónde las haya, y en honor a la cual también se celebran diversos actos, como las «Fiestas del Peix Blau» (del pescado azul) que se lleva a cabo en octubre con motivo de la pesca del mismo (al ser la temporada de pesca), o la llamada «Xocolatíssima». De ésta última os diré que gira en torno al producto más típico del pueblo, el chocolate….y es, por cierto, lo que me atrajo en ésta última visita a la localidad. Se suele celebrar en verano, y más concretamente en agosto, y consiste en una serie de actos sobre el chocolate. Incluye sesión de cine (sobre el chocolate), cursos de cocina (con chocolate), arte (creo que de o con chocolate, jeje), y hasta, y lo más atractivo, una «xocolatada» gratuita en pleno casco histórico (ponen varios puestos y se sirven vasos de chocolate caliente, junto con magadalenas)…yo, que no me podía perder tal evento, os confirmo que el chocolate estaba de vicio, delicioso, y aunque hacía algo de calor para tomárselo, me lo terminé sin dudarlo…
En resumen, y para ir terminando, que es una localidad de visita obligada, y gracias a la cual gozarán vuestros sentidos….sobretodo el gusto. Y es una visita imprescindible para los amantes del chocolate…
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