Este fin de semana he estado en Safari Aitana, un sitio que no conocía, a pesar de vivir ya cerca de 9 años en Alicante. Parece que una lo tiene todo visto ya, y no es así.
Así que días antes estuve pensando y buscando sitios para ver qué podíamos hacer. Al final se me ocurrió que podíamos visitar el Safari de Aitana, que me habían dicho unos amigos que estaba bien.
Y allí que nos fuimos… y qué contentos quedamos!
Contenido de la Guía
Dónde está Safari Aitana
El Safari Aitana se encuentra ubicado a 1.020 metros de altura, entre los pueblos de Penáguila (cerca de Alcoy) y Sella, en la Sierra de Aitana. El parque se encuentra en plena montaña, rodeados de tejos, nogales o azerolos.
Su situación hace que la llegada hasta el parque sea un tanto dificultosa, pues la carretera es de subida y llena de sinuosas curvas («curvas de la muerte» como las llama una amiga), de forma que como uno sea propenso al mareo, lo pasa un poco mal.
Creo que su ubicación, así como su escasa publicidad y «competencia», véase Terra Natura, situado al lado de Terra Mítica, hacen que este lugar no sea todo lo visitado que debiera.
De hecho cuando llegamos había en la entrada del parque dos o tres coches que parecían de la gente que trabaja en el parque y luego dos coches más que parecían de visitantes. Mi novio se rió y me comentó que a ver si íbamos a estar solo nosotros, pero esto no fue así.
Precio y entradas
A la entrada del parque se encuentran las taquillas, donde una mujer nos atendió y nos contó cómo debía hacerse el itinerario.
La entrada para adultos tiene un precio de 22 euros, para niños 18.
La entrada permite hacer dos tipos de recorridos, por un lado uno en el que vas en coche, pues recuerdo que estamos en plena montaña y sería imposible hacerlo andando, para ello hay caminos de tierra transitables bien señalizados. Durante este trayecto, vas encontrando animales y puedes pararte y acercarte con cuidado siempre y verlos.
Por otra parte, el segundo trayecto lo haces caminando, es una zona más pequeña y vallada, donde los animales sí están en jaulas o en recintos. En esta zona se encuentran los animales que han sido rechazados por el resto del grupo que vive «en libertad» en la montaña, las crías, los que están en enfermos o los de tamaño más pequeño.
Itinerario 1
Lo bueno de este itinerario es que dos veces al día, a las 11 y a las 15, el cuidador va repartiendo la comida a los animales en su furgoneta, de modo que si estás allí a esa hora, puedes seguirle con tu coche y parar cuando él lo haga. De este modo, te deja que a ciertos animales les des de comer, les puedas acariciar, además de contarte cosas sobre su biología y anécdotas del parque donde ellos han sido los protagonistas.
Nosotros al ir hacia el Safari nos perdimos un poco y llegamos algo más tarde de las 11, de forma que creíamos que ya nos tendríamos que esperar a las 15, pero claro, el cuidador va despacio porque cada animal necesita su tiempo, así que tuvimos la suerte de «engancharnos» y pillarle para ir detrás.
Ciertamente no éramos los únicos que nos habíamos decidido a pasar allí unas horas, así que detrás de la furgo de reparto de comida iban seis coches con visitantes, y nosotros los últimos cerrando filas.
Antes de unirnos al resto de turistas, por el camino nos encontramos con llamas, cabras, muflones, cebras, bisontes, avestruces y ponys. Los avestruces estaban en un recinto vallado que las dejaba ver de cuerpo entero, en cuanto nos vieron se acercaron, son animales muy curiosos.
Las cabras, muflones y llamas nos las encontramos por el camino junto con las cebras, los bisontes y los ponys. Me resultó cuanto menos curioso que estuvieran todos juntos, con tan buen rollo. El cuidador acababa de ponerles comida y estaban muy metidos en faena, de forma que nos bajamos del coche y no nos hicieron mucho caso.
Impresiona bastante tenerlos a sólo unos metros y que estén tan libres, porque en realidad es todo montaña.
Posteriormente, como os decía, nos incorporamos a la comitiva y llegamos cuando el cuidador estaba poniendo de comer a los dromedarios, que a su vez también estaban rodeados de muflones que veían por todas partes y de cabras que venían pegando saltitos.
A partir de ese momento, pudimos ver las jirafas (eran padre e hijo), el cuidador nos estuvo contando cosas sobre el potente corazón que poseen para que la sangre les llegue bien a la cabeza, así como de su alimentación o la forma de mover el cuello. Hubo un momento que dejaba que, uno por uno, la gente se acercara a ponerles de comer de su propia mano, alzabas la mano con un tomate y ellas bajaban el cuello y lo cogían chupando bien las manos, jejeje.
Además de alfalfa y otras verduras.
En el momento que nos subimos al coche, una de ellas se puso delante y no pudimos movernos hasta que no se apartó a un lado, mientras la otra iba caminando en paralelo a nosotros. Resultaba muy divertido y espectacular, parecía que íbamos por la sabana.
Tras ello, estuvimos viendo un rinoceronte blanco al que el cuidador le puso su comida, no se acercaba a todos los animales, a veces les tiraba los paquetes de alfalfa y ellos se acercaban. Nos contó que el cuerno de este animal no es de marfil ni hueso, sino de pelo prensado que se vuelve duro. Por desgracia los chinos están haciendo que este animal esté en peligro de extinción porque creen que su cuerno tiene propiedades terapéuticas.
Vimos hipopótamos, una madre y un hijo, que resultó muy gracioso porque cada vez que alguien levantaba el brazo, abrían la boca, lo cual nos permitió verle los magníficos colmillos, así como el resto de dientes y su paladar rosado. El cuidador le rompió un pepino en uno de los colmillos para que viéramos cuanto cortaban. Además cuando abrían la boca, el cuidador nos daba tomates, pepinos o zanahorias y se las lanzábamos como si se tratara de una canasta. Era muy tierno ver al chiquitín cuando imitaba a la madre y abría la boca también.
Tras ello nos fuimos a ver los elefantes, había tres hembras de unos 25-26 años, nos comentó el cuidador que en cautividad pueden llegar a vivir de 80 a 100 años. Aquí sí pudimos tocarlas, además lo hicimos mientras comían, o sea que eran muy dóciles. El tacto rugoso de la trompa me sorprendió y me recordó un poco a las escamas de una serpiente. Como anécdota os contaré que había una avestruz con ellas, llamada Margarita, que nos dijo el cuidador que se creía un elefante y estaba siempre con ellas.
Y bueno, por no cansaros mucho después pudimos ver caballos y ciervos. El último tramo constaba de lobos, tigres y leones. Los tres grupos se encontraban en recintos vallados, aunque para los lobos pudimos bajar y verlos de cerca. Sin embargo, con los tigres y leones es diferente, en este caso debíamos entrar con el coche, con las ventanillas subidas y bajo ningún concepto bajar de él. Era como una especie de recinto más pequeño metido dentro de las montañas, con su propio camino de tierra.
Vimos primero el de los tigres y luego el de los leones. Me impresionó sobre todo el de los leones, porque estaban a un metro escaso del coche totalmente sueltos, están acostumbrados a las visitas, pero si algún día se levantan de mal pie podrían lanzarse al coche, qué miedo! De todas formas, pasamos por un grupo que dormía bajo unos árboles, formado por varias hembras y machos que descansaban a la fresca y no nos hicieron mucho caso.
Itinerario 2
Después del recorrido en coche, entramos en la zona donde ya había que ir andando. Esta zona cuenta con una pequeña área de picnic, muy tranquila y a la sombra, y también hay un parque para los niños.
Aquí pudimos ver mapaches, que me encantaron porque eran muy simpáticos, pelícanos, halcones, loros, pumas (parecían gatitos grandes), también había una pareja de leones, que se veían muy tranquilos. El macho se dejó caer para dormir y en ello rugió y de verdad que entendí porque es el rey de la selva, que sonido más asombroso.
También había llamas, perritos de la pradera que son bien pequeños pero nos quedamos alucinados porque son los depredadores de los hurones de patas negras que han llegado a declararse extintos en América por ser la presa favorita de los anteriores. También había un parejita de esta especie de hurones y la verdad que viendo a los perritos y a los hurones no entendí como podían ser depredador y presa.
Esta vez también había un tigre que había sido rechazado por el resto del grupo, y lo pudimos ver mucho más cerca que al anterior, me dio un poco de pena que estuviera allí solito.
Además de alguna cabra, cervatillo, una mona de Gibraltar y otros monos.
Servicios de Safari Aitana
En el parque hay un restaurante-cafetería Canibal, aunque sólo nos compramos las bebidas, pues nos llevamos los bocadillos de casa. Se encuentra a la entrada del parque junto con los servicios públicos.
Otros servicios son la zona del parque infantil y el área de picnic.
Preguntas frecuentes
El tiempo que se tarda en ver el Safari Aitana depende del ritmo de cada uno y de las paradas que se hagan para ver a los animales o para hacer fotos. Según la página web del parque, el recorrido dura entre una hora y media y dos horas.
Sin embargo, desde mi experiencia te puedo decir que tardamos más tiempo si se quiere disfrutar con calma de la experiencia
Se puede hacer el safari con el propio coche aunque existe la opción de hacer un tour privado con guía propio en el que irás con un vehículo del propio parque.
Sí, se puede llevar comida al Safari Aitana y comer en el área recreativa donde hay mesas y bancos. También hay un restaurante que ofrece menús y bocadillos a precios razonables.
No, no hay que reservar con antelación para ir al Safari Aitana. Se puede comprar la entrada en la taquilla del parque el mismo día de la visita.
Sí, hay descuentos o promociones para el Safari Aitana. Por ejemplo, hay descuentos para grupos de más de 20 personas, para familias numerosas o para personas con discapacidad. También hay promociones especiales en algunas fechas o eventos
Mi opinión de Safari Aitana
En general, salimos muy contentos de allí y nos gustó mucho, desde luego volveríamos a disfrutar la experiencia. Considero que no es caro para lo que se encuentra allí, el hecho de ver los animales en libertad hace que no tengas esa sensación de opresión de los zoológicos.
Además del encanto de la naturaleza que nos rodeaba, un pequeño pulmón verde en la sierra.
Lo malo es que hace bastante calor y por lo menos en esta época es recomendable llevar ropa ligera y cómoda, así como una gorra. Nosotros nos quemamos un poco y todo.
Imágenes: Página de Facebook Safari Aitana
Ingeniero de Telecomunicaciones y viajero incansable, trato de descubrir la historia y belleza de cada rincón del lugar que visito, por simple o sencillo que pueda parecer para dar a conocer al mundo sus secretos. ¿Te gusta viajar? Acompáñame en este viaje y disfruta conmigo del mundo. Los textos que encontrarás en esta web han sido escritos por muchas personas contando su experiencia en el lugar visitado, la web no se responsabiliza de la exactitud, lo actualizado que está su contenido y las opiniones vertidas en los textos. Si tú también quieres contar tu experiencia, puedes escribirnos un mensaje.