Cuando oía hablar del Huerto del Cura de Elche (Alicante) pensaba que se trataba de una gran zona de palmeras, pero es mucho más que eso. Por un lado se encuentra el Palmeral de Elche, patrimonio de la humanidad (UNESCO) que cuenta con unas 200.000 palmeras, y por otro lado está el jardín botánico Huerto del Cura, con especies vegetales de todas las partes del mundo.
El Palmeral de Elche es una de las otras muchas poblaciones de la provincia de Alicante, que son dignas de ver, y la que tiene mayor número de palmeras tiene congregadas dentro del propio núcleo de población, y no como el de la ciudad de Alicante, que el gran encanto de esta provincia como son las palmeras datileras, se sitúa en este parque del que os voy a contar algo sobre él.
Me costó encontrar este lugar, y se agradecerían algunas señales más en algunas calles del centro de Elche, pero preguntando … ya se sabe. Aparcar el coche en la calle es una odisea, por lo que tienes dos opciones: aparcarlo muy lejos, o meterlo en el parking de pago del Hotel Huerto del Cura, que como su propio nombre indica, se encuentra justo enfrente de la entrada a este jardín botánico. Yo elegí esta última opción, que es la más cómoda.
Jardín botánico Huerto del Cura
La puerta de acceso al jardín me pareció poco llamativa, ya que , después de oír hablar mucho sobre el Huerto del Cura, esperas algo más «monumental» o por lo menos, más atractivo. Es una entrada ya envejecida que no invita precisamente a entrar. Incluso tuve dudas si se trataba de algún restaurante con terraza que tuviera el mismo nombre.
Los precios son bastante asequibles: Adultos 5 euros, los niños menores de 2 años no pagan. En la taquilla te dan información sobre lo que vas a ver. El precio de la entrada también incluye Audioguías individuales, para ir escuchando las diferentes explicaciones de las plantas sobre la marcha.
En cuanto a las especies vegetales que allí habían, no las describiré porque no soy ningún experto, pero puedo decir que se centraban en los diferentes tipos de palmeras en el mundo, cactus, árboles, y muchas otras plantas diferentes.
El ambiente era muy tranquilo y sosegado, la gente paseaba en silencio observando toda esa belleza natural, únicamente se escuchaba el sonido de los pájaros . Vas realizando un itinerario con unos puntos numerados con el fin de seguir la explicación del Audioguía.
Durante todo el itinerario hay muchos bancos y lugares para descansar y quedarse observando toda la vegetación.
Dentro del mismo parque hay aseos. Al salir puedes comprar recuerdos en una tienda-kiosco, y también puedes llevarte tu foto visitando este parque. En definitiva , si estás por la zona y te gusta la naturaleza, merece la pena hacer la visita.
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