Uno de los iconos más característicos de Nueva York, junto con la estatua de la libertad, Central Park y los rascacielos es el puente de Brooklyn, que como su nombre indica, comunica la isla de Manhattan con el borough (distrito) de Brooklyn.
Realmente cuando lo ves de cerca, causa una gran impresión ya que es una obra de ingeniería magnífica.
Contenido de la Guía
Historia del puente de Brooklyn
Este puente se construyó entre los años 1.867 y 1.883. En su época fue el mas largo del mundo. Lo diseñó John Augustus Roebling y lo terminó su hijo Washington. Como hubo cierta polémica sobre su estabilidad, un circo desfiló con sus 21 elefantes por él el mismo año que se terminó.
Tiene una longitud de 488 metros y una anchura de 26 metros y está suspendido 40 metros sobre el East River. Está sostenido por dos pilares de granito con doble arco y se aguanta, además de por los pilares, por un sistema de tirantes y cables de acero.
Y a pesar de los años, sigue tan firme como el primer día.
La visita
Después de haber paseado por la mañana por Wall Street y visitar la zona cero, caminando por Fulton Street, solemos ir a comer alguna cosa en el mall de Pier 17, a precios realmente buenos, un centro comercial muy atractivo, que cuenta con unas terrazas con estupendas vistas donde podéis descansar tumbados en unas hamaca , en el South Street Seaport, si queréis podéis visitar el Peking, un mercante de 1.911 que transportaba nitrato desde Chile a Estados Unidos, dentro del barco hay una exposición de pintura.
Después de comer es un buen momento para fotografiarse y cruzar el puente de Brooklyn.
Cuando llegamos al puente recordamos algo que nos habían dicho y que yo también recomiendo a todo el mundo. Caminar hasta que lleguéis a la mitad del puente, sin mirar nunca atrás. Y cuando lleguéis a éste lugar os giráis. Las vistas que tendréis ante vosotros serán increíbles, geniales, inigualables, de película.
Estuvimos en aquel lugar alrededor de 1 hora, haciendo fotos, grabando en video y sobretodo mirando e intentando retener en nuestras retinas todo lo que pudiésemos. Fue fantástico. Creo que es el lugar del mundo más increíble dónde he estado. Quizás no el más bonito, pero si el más impactante. Te sientes en el centro del mundo.
Al lado de la calzada para coches hay otra para los peatones, con varios miradores intermedios. Más o menos cuesta sobre unos 20-25 minutos atravesarlo y tener una perspectiva diferente de la ciudad y además es gratis y os podéis hartar de hacer fotos.
Si cruzáis al otro lado llegareis a Brooklyn, un barrio principalmente habitado por italianos, rusos, chinos, y de todo tipo de etnias. Pero sobretodo, y el más pintoresco es el barrio judío. No os lo perdáis.
Y si os da pereza atravesarlo, desde las terrazas antes mencionadas podréis tomar estupendas fotos del puente.
El puente de Brooklyn fue sin duda una de mis mejores experiencias. Os aseguro que es esencial verlo de noche y de día.
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